Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Málaga

OPINIÓN. Pasados presentes. Por Fernando
Wulff Alonso
Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Málaga
02/02/11. Opinión.
“La fisonomía del bizcaíno es
inteligente y noble; la del español inexpresiva y adusta. El bizcaíno es de
andar apuesto y varonil; el español, o no sabe andar (ejemplo, los quintos) o
si es apuesto, es tipo femenil (ejemplo, el torero). El bizcaíno es nervudo y
ágil; el español es flojo y torpe. El bizcaíno es inteligente y hábil para toda
clase de trabajos; el español es corto de inteligencia y carece de maña para
los trabajos más sencillos”. Con citas textuales como ésta de Sabino Arana, el
colaborador de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com Fernando Wulff nos
acerca no sólo a la obra racista del inventor
y formulador del nacionalismo vasco, sino también “a la continuidad de estas
perspectivas en el Partido Nacionalista Vasco”.
Sabino Arana: racismo, nacionalismo vasco,
integrismo católico. Una breve antología y guía de lectura
HAY veces en que
los textos hablan por sí mismos y prácticamente hacen innecesario el comentario. El caso de Sabino Arana, el inventor y
formulador del nacionalismo vasco, puede ser un buen ejemplo.
AUTORES como Eric Hobsbawm han definido los rasgos más típicos de
los nacionalismos, empezando por su pretensión de ser frutos de una larga
historia, pero en realidad construyéndose con modelos nuevos de pensamiento y
acción y sometiendo la historia a un proceso de deformación sistemático.
ESA invención de unos orígenes puros, de falsas invasiones, de
peligros inminentes se viste en su caso de racismo e integrismo católico. Todo
ello va ligado a la postulación de una identidad única en la historia del
pueblo que se pretende suscitar, la negación de cualquier otra opción
interpretativa o política, la pretensión de representar de manera exclusiva las
esencias patrias que se inventan o recopilan o la reducción de cualquiera,
dentro o fuera del pueblo que se dice representar, que no esté de acuerdo con
sus premisas a la condición de enemigo a suprimir. La llegada de trabajadores
de otras zonas de España a “Vizcaya” (Vascongadas entonces) es vista como la
culminación de las invasiones españolas, no tanto por la llegada de gentes
pertenecientes a una raza mezclada e inferior, sino por su carácter liberal y
el alejamiento de la moral católica que suponen.
AUNQUE los textos hablen por sí mismos, pueden ser útiles dos
breves comentarios. Es evidente la aplicación de los mismos modelos mutatis mutandis que el nacionalismo
católico y conservador español que hizo triunfar el franquismo. Lo es menos
quizás su vinculación, de hecho toda una relectura, de la perspectiva
tradicional de la historiografía española que hablaba desde el siglo XVI de los
españoles como descendientes de unos habitantes primitivos que habrían
conseguido sobrevivir a todo tipo de invasiones, una perspectiva que
privilegiaba a determinadas zonas del norte consideradas como “no contaminadas”
por los invasores y cuya pretendida “pureza de sangre” era utilizada por una
parte de sus habitantes para reivindicarse como españoles puros y exigir su
derecho preferente a los cargos en la monarquía e imperio de los Austrias.
EL segundo se
refiere a la continuidad de estas perspectivas en el Partido Nacionalista
Vasco, bien visible en las palabras de los prologuistas al libro del que
tomamos lo que sigue (Obras completas de Arana-Goiri’tar Sabin (Sabino de
Arana-Goiri), S. Sebastián, 2ª ed., 1980, vols. I, pp. 24-5). Señalan cómo
sobre todo en las ciudades, se atacaba la fe, la moral cristiana y el
sentimiento vasco, y la peligrosidad añadida en estos campos por la inmigración
española, con lo que “Parecía entonces el principio del fin de la Nación Vasca. Un fin
que podía llegar con rapidez. Y Arana Goiri contempló la situación: la Patria esclavizada y
atacada por una invasión mortífera, abandonada por sus hijos...”. El peligro
continúa hoy, pero la salvación viene también de quienes continúan su obra: “En
la actualidad no ha cambiado substancialmente este problema. Ahora bien: por un
lado ha adquirido un incremento y una extensión pavorosa la inmigración, por
otro, existe, gracias al Nacionalismo Vasco...”. : En las pp. 22-3 señalan
dentro del conjunto de problemas de entonces (entre los cuales está la invasión
española) la aparición de una fuerza marxista en el país, que nunca hubiera
podido arraigar dadas las cualidades raciales, sentimiento religioso, milenaria
práctica democrática y otros factores que, constituyen la médula social del
vasco, no así en los inmigrantes, que “no poseían valores raciales, ni
educacionales, capaces de resistir a la doctrina marxista”; este desarrollo del
socialismo (y del anarquismo) sería contemporáneo al “apostolado patriótico” de Sabino Arana.
Frente a tanta degeneración, el Profeta (p. 10) “abandonó la carrera y la ciudad condal, decidido a
comenzar en la ocasión oportuna su apostolado patriótico”... y así consigue (en
1897) “la conversión del pueblo carlista al nacionalismo”. En el prólogo a la
segunda edición (p. XXIII) se le califica como “un hombre con la integridad y
la entrega de los místicos...”; y en p XXXI: “Y tuvo en este tiempo, en 1882,
la revelación política (recibida de su hermano Luis) que le hizo decir en su
discurso de Larrazábal, once años después: “Bendito día en el que conocí a mi
Patria, y eterna gratitud a quien me sacó de las tinieblas extranjeristas”.
EL Aberri Eguna, día de la patria vasca, conmemora hoy esa
iluminación y la bandera por él inventada sigue siendo la bandera oficial del
País Vasco. Hay allí una importante fundación llamada Sabino Arana, con fuertes
y ya tradicionales apoyos oficiales, que, entre otras cosas, entrega premios
por los derechos humanos.
INCLUYO a) textos y b) una pequeña guía de lectura con breves resúmenes para el lector que quiera profundizar en sus textos.
A) TEXTOS
LA historia. I,
184: “Del furioso ímpetu de la dominación romana se salvó este pequeño pedazo
de Europa, bien porque César Augusto comprendiera que guerras como la
cantábrica le costaban mucho más de los que les valiera el fruto de lo que de ellas
sacase, o bien porque la posesión de estas frías montañas pobladas de selvas
impenetrables le halagara muy poco a un pueblo que ya empezaba a trocar sus
aficiones guerreras por la avidez de riquezas y placeres...Tampoco a los
primeros bárbaros del Norte, que invadieron la Península en el siglo V,
les agradó nuestro abrupto suelo... Así pues, en efecto: penetraron en el siglo
VIII, bien lo sabe usted, los musulmanes en la península, derrocaron el trono
visigodo, avasallaron el territorio español y la media luna se implantó en
España para ocho siglos de dominación. Mas a esta Bizcaya, ni los belicosos
hijos de Mahoma pudieron rendirla y sujetarla”.
I, 155: “Y
aquella Bizcaya que tuviera la dignidad de conservarse pura e intacta en medio
de las inmigraciones ibérica y céltica, y la altivez de despreciar el fasto del
Imperio romano; aquella Bizcaya que supo esquivar el roce con los bárbaros del
septentrión y que pudo ser mermada, pero nunca sometida, por el acero del
belicoso visigodo, y burlara la energía y el talento del más belicoso de sus
reyes, Leovigildo; aquella Bizcaya que supo guardar su independencia al precio
de la sangre de sus hijos, venciendo en mil combates al musulmán, al hispano,
al galo y al sajón... hijos de Bizcaya, vedla ya en el siglo XVIII, intoxicada
por el virus españolista, anémica y sin fuerzas para oponerse a un contrafuero,
y por último en este nuestro siglo despedazada por la furia extranjera y
expirante, que no muerta, lo cual fuera preferible, sino humillada, pisoteada y
escarnecida por España, por esa nación enteca y miserable!”.
I, 606-7:
“Veintitantos siglos antes del nacimiento de Jesucristo llegaron a España los
celtas, y se mezclaron con el pueblo que la habitara, en gran parte del
territorio. La raza que antes de esa invasión la poblara parece cierto era lo
que hoy habla el Euskera. Hay quien asegura que antes de los celtas, que
procedían del norte, penetraron en España los iberos, que venían del oriente;
pero no se sabe si los iberos constituían raza, o eran más bien así llamados
los habitantes de una porción determinada del territorio peninsular. Después de
los celtas invadieron a España los fenicios en no pocos puntos; luego, los
griegos. Más tarde la conquistaron por completo los romanos, mezclándose con
los naturales hasta tal punto que la raza indígena desapareció, sustituyendo a
su lengua la de los latinos. Por esta razón, hoy es España una de las naciones
latinas....De suerte que la raza española es un producto de todas las
invasiones que han ocurrido en la península desde hace más de cuarenta siglos:
celta, fenicia, griega, romana, germana, árabe, dominando el elemento latino”.
LAS razas
latinas. III, 2197-8 sobre una declaración del Emperador de Alemania:
“Verdaderamente, las razas latinas tienen que reconocer la superioridad de las
del norte en todas las manifestaciones de la doble vida, espiritual y
material... Nosotros, los vascos, evitemos el mortal contagio, mantengamos firme
la fé de nuestros antepasados y la seria religiosidad que nos distingue, y
purifiquemos nuestras costumbres, antes tan sanas y ejemplares, hoy tan
infestadas y a punto de corromperse por influencia de las venidas de fuera”.
ESPAÑOLES/vizcaínos.
¿Qué somos? (I, 625-8): “Por el tipo, el carácter y las costumbres ¿es español
el bizcaíno? La fisonomía del bizcaíno es inteligente y noble; la del español
inexpresiva y adusta. El bizcaíno es de andar apuesto y varonil; el español, o
no sabe andar (ejemplo, los quintos) o si es apuesto, es tipo femenil (ejemplo,
el torero). El bizcaino es nervudo y ágil; el español es flojo y torpe. El
bizcaíno es inteligente y hábil para toda clase de trabajos; el español es
corto de inteligencia y carece de maña para los trabajos más sencillos. Preguntádselo a cualquier contratista de obras, y sabréis que un bizcaíno hace
en igual tiempo tanto como tres maketos juntos. El bizcaino es laborioso (ved
labradas sus montañas hasta la cumbre); el español perezoso y vago (contemplad
sus inmensas llanuras desprovistas en absoluto de vegetación)... El bizcaino no
vale para servir, ha nacido para ser señor (etxejaun); el español no ha nacido
mas que para ser vasallo y siervo (pulsad la empleomanía dentro de España, y si
vais fuera de ella, lo veréis ejerciendo los oficios más humildes). El bizcaino
degenera en carácter si roza con el extraño; el español necesita de cuando en
cuando una invasión que le civilice...Ved un baile bizcaino presidido por las
autoridades eclesiástica y civil, y sentiréis regocijarse el ánimo al son del
txistu, la alboka o la dulzaina y al ver unidos en admirable consorcio le mas
sencillo candor y la más loca alegría; presenciad un baile español, y si no os
causa náuseas el liviano, asqueroso y cínico abrazo de los dos sexos queda
acreditada la robustez de vuestro estómago, pero decidnos luego si os ha
divertido el espectáculo o más bien os ha producido hastío y tristeza....El
bizcaino que vive en las montañas, que es el verdadero bizcaino, es por natural
carácter, religioso (asistid a una misa en aldea apartada, y quedareis
edificados); el español que habita lejos de las poblaciones, que es el
verdadero español, o no sabe una palabra de religión o es fanático, o es impío
(ejemplos de lo primero en cualquier región española; de lo segundo entre los
bandidos andaluces, que usan escapulario, y de lo tercero aquí en Vizcaya, en
Sestao, donde todos los españoles, que no son pocos, son librepensadores).
Oídle hablar a un bizcaino, y escuchareis la más eufónica, moral y culta de las
lenguas; oídle a un español, y si sólo le oís rebuznar, podéis estar satisfechos,
pues el asno no profiere voces indecentes ni blasfemias. El bizcaino es amante
de su familia y su hogar...entre los españoles el adulterio es frecuente...”
LOS chinos en
Euskeria (III, 1780-1): “La plaga suprema que ha caído sobre nosotros ha sido la
inmigración de familias y aún tribus enteras procedentes de luengas tierras.
Chinos como los auténticos de coleta y tan dañosos aquí como sus congéneres lo
fueron en Norteamérica, forman por regla general en lo que aquí se llama
socialismo y constituyendo verdaderos cuerpos de ejército, caen sobre las
minas, las fábricas, sobre las obras todas que se presentan al paso,
ocupándolas...”. (Texto que celebra la legislación que suprimía la emigración
china en Estados Unidos).
LAS mujeres (III,
1993 ss.): “La mujer vasca, en el campo, trabaja como el hombre. Es bella, con
una belleza que ha perdido sus delicadas formas y se ha hecho varonil a los
rudos golpes de la laya y se marchita para los treinta años. Pero es más bella
del alma. La mujer vasca, en la población, es hacendosa y honrada como en el
campo. Sus virtudes se rebelan en su vestir: elegante en el gusto, modesto en
el precio, sobrio en los adornos. Bella y delicadamente gentil es entonces la
que en el campo habría sido varonilmente apuesta. Pero ¡qué musa podrá cantar
la belleza moral de la mujer bilbaína! Su amor y fidelidad conyugales; su
adhesión al hogar... ¡qué pluma podrá describir tantos encantos como encierra
su cristiano corazón! Ciertamente: la genuina mujer bilbaína va siendo cada vez
más rara: ya en muchas las pérdidas de aquellas virtudes se rebela en su
vestir. Pero esto también es fruto de la influencia exótica. ¿Tienen ellas la
culpa? No cabe dudarlo puesto que voluntariamente aceptan el contagio. Pero
¿qué mucho que la débil mujer sea seducida, si el hombre que la dirige está ya
extraviado? (III, 1995-6)”.
EFECTOS de la
invasión (II, 1326 ss.): “Entre el cúmulo de terribles desgracias que afligen
hoy a nuestra amada Patria, ninguna tan terrible y aflictiva, juzgada en sí
misma cada una de ellas, como el roce de sus hijos con los hijos de la nación
española. Ni la extinción de su lengua, ni el olvido de su historia, ni la
pérdida de sus propias y santas instituciones e imposición de otras extrañas y
liberales, ni la misma esclavitud política que hace más de once lustros padece,
la equiparan en gravedad y trascendencia... (1326-7). Nada importa, pues, la
extinción de nuestra lengua; nada el olvido de nuestra historia; nada la
pérdida de nuestras propias y santas instituciones y la imposición de las
extrañas y liberales; nada esta misma esclavitud política de nuestra Patria;
nada, absolutamente nada, importa todo eso, en sí considerado, al lado del roce
de nuestro pueblo con el español, que causa inmediata y necesariamente en
nuestra raza ignorancia y extravío de la inteligencia, debilidad y corrupción
de corazón, apartamiento total, en una palabra, del fin de toda humana
sociedad. Las virtudes católicas de los gobiernos y legislaciones que ha tenido
España en los pasados siglos no consiguieron llegar al pueblo antes de trocarse
por los vicios liberales; las virtudes de la familia euskariana pudieron
comunicarse a sus gobiernos y sus leyes antes del día de su esclavitud; pero ya
hoy, perdida su independencia, y con ella sus leyes y gobierno propios,
borradas han quedado las fronteras que la apartaban de la familia española...y
en el solar de la familia euskeriana penetra la española...(1328-9) y el
criterio extraviado vence y ahoga al buen sentido moral, la malicia a la
bondad, a la verdad el error, la corrupción a la pureza, la vileza a la
dignidad, el vicio a la virtud, el mal al bien...(1329).La sociedad euskariana,
hermanada y confundida con el pueblo español, que malea las inteligencias y los
corazones de sus hijos y mata sus almas, está, pues, apartada de su fin, está
perdiendo a sus hijos, está pecando contra Dios (1331)”.
REGENERACIÓN,
(1673-4): “Que todo cuanto vean nuestros ojos, oigan nuestros oídos, hable
nuestra boca, escriban nuestras manos, piensen nuestras inteligencias y sientan
nuestros corazones sea vascongado”
UNA advertencia final. Olvida tu lengua, sí. Pero si el maketo, penetrando en tu casa, te arrebata a tus hijos y tus hijas, para quitar a aquéllos su lozana vida y prostituir a éstas... ya entonces, no llores (II, 1307).
B) GUÍA DE LECTURA (resúmenes)
LOS maketos, los españoles, la raza más vil y miserable de Europa (I, 365), los derrotados de Europa (I, 381), invasores (I, 245; I, 261 y passim) que dominan a la raza superior, nunca invadida, y el horror de una mezcla que lleva a la inmoralidad, a la irreligiosidad y a la pérdida de la raza (II, 1326 ss.; II, 1334). Maketos (y maketania misma) asociados a los rasgos democráticos, liberales, socialistas, -que se entiende caben en ellos por su condición de racialmente perversos (I, 275; I, 368; II, 1326 ss; II, 1334). Los maketos como delincuentes, prostibularios, vagos, ladrones, mendigos, navajeros, blasfemos, feminoides, supersticiosos, sin dignidad, y no viriles (I, 296; I, 364-5; I, 368; III, 1681-2; I, 627-8; I, 438; I, 620-1; III, 2212-3; III, 1678-9); y así “maketania” (II, 1390).
LA limpieza interna en el seno del pueblo elegido (vasco=católico y nacionalista): el liberal, ateo, socialista o inmoral es o maketo o un traidor, un maketófilo, un colaboracionista, un enemigo (I, 560; I, 578; I, 593-5; I, 364-5). No se puede ser patriota y liberal (I, 368). Todas las políticas “que están enfrente del nacionalismo o bizcaitarrismo” son enemigas del pueblo vasco (II, 1215; III, 1731-3; III, 1778-9; II, 1214-15; II, 1346-8). El Partido Nacionalista Vasco como su único representante legítimo y por tanto con derecho a inventar símbolos, fiestas… (II, 1349 ss.; I, 646 ss.). La pureza de sangre y el rigor religioso e ideológico (I, 281) como definitorios del núcleo del Partido.
CONTRA el roce de los
maketos con los vascos, y contra que éstos aprendan un idioma que sólo les
servirá para facilitar una mezcla racial que lleva a la irreligiosidad y a la
destrucción (I, 257; I, 404-6; II, 1308). Contra la mezcla racial y la pérdida
moral: propuesta de supresión de las fiestas populares (las llamadas “fiestas
euskaras”) en diversas poblaciones vizcaínas ante la “peste extranjerista”,
formada por “los españoles y los malos euskerianos de que está atestada
Bilbao”, que corrompen como “una abundante inyección del virus extraño” a la
familia aldeana; el peligro de la mezcla racial y la degeneración mostrado en
el caso del maketo busque mujer vasca (I, 1257-9).
SU papel profético: el descubrimiento en su juventud, en una conversación con su hermano (I, 157-8), de la verdad de la esencia vasca, de su condición de nación esencial y natural: su tarea como profética. Ver por ejemplo I, 364-5 y compárese con su denominación como El Maestro -pie de foto final vol. II; Prólogo p. 10; XXIII; XXXI-. Así que consigue salvar del error a la vieja raza extraviada (II, 1108; II, 1297; III, 1705) y mostrar a todos su auténtica esencia (nación, raza, catolicismo integrista…). El pueblo elegido tiene a dios de su parte (cit. en Prólogo a II ed., p. XXXII): Y que no es posible que Dios olvide al pueblo que, arrostrando el rigor de las oleadas paganas y heréticas ha conservado vírgenes sus sanas creencias primitivas. Invención de gestas históricas antiespañolas y exaltación de la sangre derramada en ellas como gestas-fiestas a imitar (I, 109 ss.; I, 138; I, 274-5; I, 409 ss; ver también I, 638 ss; II, 1069 ss.; I, 573-4...). La reivindicación de la muerte por la patria y de los mártires por ella (II, 1272 ss.), la celebración de los actos, incluso violentos, que considera como modelos a seguir (I, 244; I, 645-6); la llamada a que los bizcaínos reproduzcan el alzamiento nacional contra los moros (I, 615; I, 196), a luchar contra la ignominia y la degeneración (III, 1679-80; II, 1731-2), frente a España como la gran enemiga, la culpable de la calamidad de la patria, a la que vería con júbilo destruida por la guerra civil o internacional, y a la que no quisiera ver próspera (I, 208-9).
LA violencia justificada frente a la persecución multisecular (III, 1740). Llamada a la salvación ligada a la necesaria unión frente al invasor, esa unión que deberá llevar a la independencia y a su expulsión (II, 1356 ss.; 1673-4; III, 1999; III, 2396-7). La limpieza étnica continúa: una vez que se consiguiera ésta habría que expulsar a los maketos como medida profiláctica (I, 545-6). La reacción natural frente a la perniciosa influencia de una “inmigración de gentes incultas, brutales y afeminadas” que hace que aparezca en todas partes “un apóstol de la civilización musulmana del pueblo de pan y toros”, predicando irreligión, socialismo y la revolución social y anticristiana: el “aislamiento más absoluto”, y la exclusión de todas las personas y de todo lo no vasco: “desechando inexorablemente todo lo exótico, todo lo inmoral, todo lo dañino” (III, 1761), La independencia ligada a leyes católicas en todos los campos (II, 1331-3). Que todo sea vascongado y puro alrededor (1673-4). La nueva confederación de Estados (Navarra, provincias vascongadas españolas, zonas francesas correspondientes) constituida sobre el principio de la raza común y de la religión católica (II, 1357-9).
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