GALERÍA DE IMÁGENES con fotos inéditas de calabozos, letrinas, archivo, despacho del decano, salas de juicio, las camas donde dormían los funcionarios de guardia…

archivo1.jpgÚLTIMA HORA 16/01/08. Tribunales. El ‘Miramor’, como cariñosamente era conocido el Palacio Miramar entre el personal judicial que durante años trabajó entre sus cuatro paredes, se ha quedado vacío. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com se ha colado...

GALERÍA DE IMÁGENES con fotos inéditas de calabozos, letrinas, archivo, despacho del decano, salas de juicio, las camas donde dormían los funcionarios de guardia…

archivo1.jpgÚLTIMA HORA 16/01/08. Tribunales. El ‘Miramor’, como cariñosamente era conocido el Palacio Miramar entre el personal judicial que durante años trabajó entre sus cuatro paredes, se ha quedado vacío. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com se ha colado en el vetusto edifico, ya desierto, para retratar en esta GALERÍA DE IMÁGENES exclusiva la cara menos conocida de esta emblemática sede: calabozos, letrinas, archivo, despachos, salas de juicio, salas de descanso, con las camas, todavía desechas, donde dormían los funcionarios de guardia...

CON el traslado hace unos pocos días del despacho del decano de la Audiencia de Málaga, Francisco Javier Arroyo Fiestas, a la nueva Ciudad de la Justicia en Teatinos se puso punto final al uso del Palacio Miramar como sede de Justicia. Los operarios de la mudanza ultiman esta semana su trabajo, recogiendo archivos y enseres desperdigados. Atrás quedan años de trabajo en uno de los edificios más emblemáticos de Málaga del que el personal judicial se ha despedido con una mezcla de nostalgia y desazón. Se acabaron las vistas al mar, los estucados, las lámparas de araña y los suelos de mármol. Comienzan los tiempos de unacelda.jpg nueva sede fría y funcional.

COMO despedida EL OBSERVADOR se ha colado en el Miramar para retratar la cara oculta del Palacio. Aquella que nunca salió en las noticias, los rincones que muy pocos conocían del vetusto inmueble, las partes más desconocidas para el público general: unas celdas con paredes a modo de palimpsesto, (“esta es mi quinta vez. Me han metido en el calabozo”, dice una de las leyendas), las letrinas tercermundistas de los detenidos, los objetos requisados que nunca volvieron a ser reclamados, las toneladas de papeles enclaustrados en el archivo del sótano…

Y también, la cara más retratada del Palacio, esa en la que se han desarrollado algunos de los episodios más conocidos de la historia judicial reciente de Málaga: las salas de vistas, el señorial despacho del juez decano, un patio central coronado por una magnífica lámpara de araña. Escenario en el que se han escenificados casos tan mediáticos como ‘Wanninkhof’, ‘Intelhorce’, ‘Fara’ y por el que han desfilado algunos de los rostros de los delincuentes más famosos… teatro de una justicia que ya ha echado el telón en el Miramar, el ‘Miramor’ como le decían los funcionarios.

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