“Porque los derechos no son una herencia garantizada. Se conquistan, se defienden y se amplían. Y la historia nos recuerda que cada paso adelante ha costado lucha, organización y calle”
OPINIÓN. Por Gonzalo Fuentes
Desde mi rincón de la Desembocadura del Guadalhorce
01/05/25. Opinión. Gonzalo Fuentes, histórico sindicalista de CCOO en Hostelería y Turismo, escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el 1 de mayo: “Más que una efeméride en el calendario, esta jornada es un grito colectivo que atraviesa generaciones, una memoria viva del sacrificio de miles de trabajadoras y trabajadores que se alzaron por condiciones laborales justas...
...Es, ante todo, una jornada para reafirmar la fuerza de la unidad frente a la injusticia y la explotación”.
1 de Mayo: Proteger lo conquistado, ganar el futuro
Cada 1 de mayo, el mundo entero se detiene para rendir homenaje a una historia de lucha, dignidad y conquistas sociales: el Día Internacional del Trabajo. Más que una efeméride en el calendario, esta jornada es un grito colectivo que atraviesa generaciones, una memoria viva del sacrificio de miles de trabajadoras y trabajadores que se alzaron por condiciones laborales justas. Es, ante todo, una jornada para reafirmar la fuerza de la unidad frente a la injusticia y la explotación.
Desde los mártires de Chicago hasta las actuales reivindicaciones por la igualdad, el empleo digno o la justicia social, el 1 de mayo sigue siendo un espejo donde mirar el pasado para entender el presente y construir el futuro. Un día para recordar lo logrado y, al mismo tiempo, para levantar la vista hacia los desafíos que siguen pendientes.
Este año, en España, los sindicatos llaman a la movilización en más de 50 manifestaciones, bajo una consigna que no puede ser más oportuna: "Proteger lo conquistado, ganar el futuro". Y es que el contexto no permite la indiferencia. Vivimos tiempos convulsos, marcados por conflictos internacionales, crisis económicas y el avance de una ultraderecha que amenaza con arrasar derechos fundamentales, debilitar las democracias y desmantelar el Estado del bienestar.
Frente a esta amenaza, el sindicalismo responde con claridad y firmeza. No hay espacio para la resignación. Defender lo conquistado es hoy un acto de justicia, de responsabilidad y de memoria. Defender la sanidad y la educación públicas, el sistema de pensiones, el derecho a una vivienda asequible, la atención digna a la dependencia y unas condiciones laborales justas, no es pedir privilegios: es sostener la dignidad colectiva.
Tampoco podemos conformarnos con resistir. Hay que avanzar. La reducción de la jornada laboral, la mejora de los salarios, la estabilidad en el empleo o el acceso universal a los servicios sociales son retos que exigen políticas valientes, diálogo social y movilización ciudadana.
Porque los derechos no son una herencia garantizada. Se conquistan, se defienden y se amplían. Y la historia nos recuerda que cada paso adelante ha costado lucha, organización y calle. Por eso, este 1 de mayo no es un día cualquiera. Es un día para salir, para levantar la voz, para encontrarnos en las plazas, en los barrios, en las avenidas de nuestras ciudades y pueblos.
Este 1 de mayo, digámoslo alto y claro: ¡Atrás, ni para coger impulso!
Nos vemos en las calles.