

REINABA en Fomento la malagueña Magdalena Alvárez cuando decidió que había que reformar el mercado de Atarazanas de su ciudad, para lo que dispuso de 6,3 millones de euros de su ministerio. Como entonces éramos ricos, los otros seis milloncetes los puso el Ayuntamiento de Málaga. La obra fue fantástica. El mercado quedó muy bonito.
ANTES de la reinauguración los pescadores se concentraron ante el Área de Comercio del Consistorio para reivindicar puestos más grandes, y amenazaron con un boicot porque les habían reducido a la mitad su espacio de trabajo y los mostradores se habían ‘jibarizado’ hasta unos exiguos 70 centímetros que no daban para exponer el género.

EXCEPTO este pequeño detalle –solventado: a los pescaderos se les dijo que si querían puestos más grandes, que se los pagaran- todo iba bien. Hasta que llovió. Entonces pasó lo mismo que pasa en Málaga en la Facultad de Derecho, en la sede del Ayuntamiento, en la sede de la Diputación, en la sede de la Autoridad Portuaria… que hay goteras. Y el agua estropea la mercancía, forma charcos y molesta, oxida, por lo que los comerciantes reclamaron al Ayuntamiento, que ha decido zanjar la situación con unas pegatinas de adorno. Esto no arregla nada, pero luce que es lo que a nuestros gobernantes les gusta.
ES como aquel paseo que se dieron las concejalas Carolina España, Gemma del Corral, Maria del Mar Martín y Ana Navarro rodeadas de periodistas por el centro de la ciudad, para ver el casco histórico “con los ojos de turista”, que sirvió para llegar a la conclusión de que lo que Málaga necesita son más macetas y geranios.

PORQUE cuando se pierda la ética, solo nos queda la estética.
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- 07/07/11 La concejala florero Carolina España