21/12/12. OPINIÓN. En este artículo EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com les propone un juego a sus lectores. Se trata de adivinar la ciudad en la que transcurre la historia que se cuenta y la identidad del protagonista.

ALQUILÉ
un edificio histórico al Ayuntamiento. Le cobraba más de 7.000 euros al mes. Como no estaba habilitado para discapacitados, hubo que ponerle un ascensor, por lo que durante nueve meses el Consistorio me pagó unos diez millones de pesetas por unas oficinas que no podía usar. Tras la reforma, revendí el inmueble.

DESPUÉS compré el edificio de al lado, también histórico. El Ayuntamiento me aprobó un aumento de altura en este bloque, y ahora me va a reformar todo el entorno, incluido el cableado de la fachada, en la que es prácticamente la única inversión municipal de urbanismo en este año.

EN un barrio que sale en ‘El Quijote’, el Ayuntamiento me cedió los derechos de explotación de una parcela municipal para que hiciera una instalación deportiva, luego revendí estos derechos a una gran empresa. Lo que iba a ser un polideportivo público acabó siendo un gimnasio privado.

EL Ayuntamiento construyó un pabellón polideportivo en otro barrio trinitario. Después adjudicó la gestión a una empresa privada. Ahora en ese espacio público he puesto una de mis empresas. ¿Quieren más? Soy el director de Deporte de este mismo Ayuntamiento.

HACE
cuatro años me presenté al Ayuntamiento como socio de otra empresa, un centro médico. La salud es lo más importante (esto lo dicen los pobres). Colocamos el negocio en otro pabellón deportivo municipal. En uno bien grande. Es el mismo pabellón donde están las oficinas de la empresa pública de deportes que dirijo. La clínica ha sido ampliada.

SOY
un emprendedor. Soy un hombre hecho a sí mismo. Soy de los que se visten por los pies. Soy un experto en gestión de equipos. Soy un líder que se encamina hacia el éxito.

PERO
tengo un problema. Ahora he puesto a otra de las empresas con las que trabajé a que despliegue su negocio en un día y un lugar que ya estaban reservados antes. Pero qué quieren que les diga, yo me sé ocupar de mis negocios, no de los negocios de los demás.