OPINIÓN. Sin acritud. Por Juan Area
Redactor jefe de El Observador
08/07/13. Opinión. El redactor de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com Juan Area reivindica en este artículo la figura de don Ramón Unzaga, creador de la chilena, la pirueta más hermosa del fútbol, y rescata de esa fuente de saber que es la Wikipedia un pasaje que atestigua cómo el atleta vasco llegó a defender este “salto de lujo” a bofetadas.
La chilena, un invento de vascos
EL gol de chilena es el orgasmo del fútbol. Es a lo máximo que puede aspirar un jugador. La sensación única de golpear al balón de espaldas a la portería, en acrobático escorzo, y el placer indescriptible de voltearse en la caída para ver la pelota entrar en la portería reporta un sublime estallido de felicidad y orgullo. No hay en el fútbol recompensa más bella.SÉ que algunos dirán del pase largo y certero, del regate preciosista, de la rabona, las panenkas e incluso de heroicos y providenciales despejes a pie de puerta. Sé que reivindicarán el gol por la escuadra, la galopada y los chuts desde el medio campo. Pero a todos ellos les digo que no hay nada en el mundo como el fútbol y nada en el fútbol como un gol de chilena.
https://www.youtube.com/watch?v=A7r2bek3A1Q
EL gol de chilena es el gol soñado y hasta el sin par Ronaldo dijo al retirarse que su espinita es no haber marcado un gol de chilena a lo largo de su carrera…
EN el estadio de El Morro, en Talcahuano, Chile, en enero de 1914 está certificada la primera chilena de la historia. La inventó un español, que además era vasco, se llamaba don Ramón Unzaga y emigró a Chile siendo un niño. Era un atleta, que también practicaba jabalina, salto de pértiga, natación y waterpolo. Llegó a jugar en la selección nacional. Repitió y popularizó esta fabulosa jugada que periodistas argentinos bautizaron como “chilena” y sus colegas uruguayos como “trizaga”, porque el gol debía valer por tres. El mejor retrato de Unzaga nos lo hace él mismo, al ser preguntado por una expulsión. Tras salir del campo, explicó:
“EN dos ocasiones el árbitro me cobró falta por un salto de lujo que daba a fin de rechazar la pelota (era mediozaguero) alegando que ‘fouleaba’ al jugador contrario del Río. Este mismo jugador se aprovechó de mi jugada y el árbitro me cobró para colmo, a mí la falta. Me vi obligado a observarle al árbitro su error, alegándole que reconocidos jueces no me la habían penado. Siguió después un cambio de palabras que trajo por resultado la orden del Sr. Beitía (el árbitro) para que abandonara la cancha. Me negué a salir de la cancha para arreglar cuentas. Lo hice y al lado afuera de ella tuve con el señor Beitía un cambio de bofetadas”. (Bendita Wikipedia)
PARA qué dialogar, si lo podemos solucionar a hostias, pensaría Unzaga. Decía Unamuno que los vascos habían hecho dos cosas muy grandes: la compañía de Jesús y Chile. A estos logros, deberíamos añadir también la chilena. Fue un vasco quien inventó la pirueta, quien hizo de ella una seña de identidad de su juego, quien la hizo famosa y estuvo dispuesto a defenderla.
Y otro día hablaremos del futbolín, que también es un invento ibérico.