Por Eduardo Serrano, arquitecto colectivo Rizoma
29/03/07 MÁLAGA. El pleno del Ayuntamiento de Málaga tiene previsto hoy, el PP con el apoyo del PSOE, aprobar el Plan de reforma de los Baños del Carmen.
Por Eduardo Serrano, arquitecto colectivo Rizoma
29/03/07 MÁLAGA. El pleno del Ayuntamiento de Málaga tiene previsto hoy, el PP con el apoyo del PSOE, aprobar el Plan de reforma de los Baños del Carmen. Incluido a ultimísima hora como un asunto de urgencia, sin pasar previamente por Comisión y sin tener la información sobre lo que se presentará con tiempo suficiente para poderse estudiar. Hay, aseguran, algunos cambios con respecto al Plan Especial que se aprobó el pasado 7 de diciembre de 2006. Si fueran muchos, se estaría desvirtuando la exposición pública que se hizo con motivo de la aprobación inicial para conocer la posición de los ciudadanos y las alegaciones presentadas. Si los cambios no son sustanciales, el proyecto es un desacierto total. En definitiva, muchos elementos extraños en la tramitación de un plan de reforma que es desgranado para los lectores de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com en este artículo por el arquitecto Eduardo Serrano. Un extenso e interesante texto sobre el Plan Especial aprobado en diciembre y que desvela los grandes inconvenientes de la transformación de este espacio singular e histórico de la ciudad. Privatización de espacios públicos, impacto medioambiental, estandarización de un paisaje único… Es, sin duda, el análisis más completo, concreto y técnico publicado hasta ahora sobre la cuestión. Las protestas en el pleno de hoy están garantizadas.
Lo que oculta la reforma de los Baños del Carmen: de equipamiento deportivo-cultural a gimnasio privado, contradicciones y desinformación sobre un edificio ‘tapón’
EL objetivo principal de este artículo es el de resumir los aspectos más críticos del Plan Especial de los Baños del Carmen, con el fin de que los concejales que votarán hoy dicho plan así como la ciudadanía en general los conozcan. Aunque ahora pasemos por alto algunos defectos en relación con el contexto urbano que fueron tratados en una de las alegaciones presentadas, no podemos ignorar que desde que fueron redactadas esas alegaciones han surgido nuevos e importantes motivos para oponernos al Plan Especial, justamente aparecidos al conocer el documento que fue aprobado provisionalmente; nos referimos al edificio de equipamiento deportivo y cultural. Puesto que este asunto ha tenido menos tiempo de ser conocido dedicamos la primera parte de nuestro análisis a ello, dejando para el final la manera en que se ha tratado la frontera entre el balneario y el mar, las relaciones con el exterior y la configuración prevista para el espacio interior y las actividades posibles.
EN la documentación -tanto en la memoria como en un plano- se describe lo previsto para el citado equipamiento deportivo y cultural, documentación que se contradice frontalmente con lo reflejado en otros dos planos de carácter general; así la superficie de la parcela, que es de 1.450 m2 según lo previsto en la memoria de las condiciones urbanísticas del equipamiento, resulta una vez medida en dichos planos con una cifra próxima a los 1.800 m2, lo que supone un aumento de un 24% aproximadamente, bastante más de lo que se suele admitir como imprecisiones propias de los planos urbanísticos.
EN cuanto a las alturas permitidas, sólo se dan en dicho plano dos referencias: la altura de la fachada principal, 10 m; y 10,50 m en la fachada a la calle Bolivia (medidos desde la rasante de la acera prevista, que a su vez resulta alrededor de medio metro por encima de la actual, tal como parece deducirse del plano mencionado). Las alturas de las demás fachadas son todas mayores de 10m, pues considerando las rasantes del suelo prescritas en los planos se deduce que la fachada occidental, la que da a la zona ajardinada, tiene una altura de 12,55 m en la mayor parte de la longitud, mientras que la fachada oriental que da al callejón del Perejil, donde se sitúan las casitas contiguas, tiene 13,00 m de altura; el ala sur del edificio tendría una altura de 10,45 m en la fachada a ese callejón, de sólo 5 m de anchura.
LA envolvente volumétrica equivale a la de un edificio de cuatro alturas (un edificio de viviendas así tendría alrededor de 11,30 m), llegando casi a las cinco plantas en la fachada al callejón; y eso sin contar los añadidos que están permitidos, tales como casetones para instalaciones, accesos a la terraza superior o las pérgolas. Tan sólo la parte que da al mar equivale claramente a la de un edificio de tres plantas. En estas condiciones el impacto del volumen permitido es muy considerable, tanto en relación con los espacios abiertos como hacia las casas contiguas, bastante mayor que lo que ahora son las naves de los astilleros Nereo, contradiciendo flagrantemente el criterio habitual de que los edificios de equipamientos deben cuidar su inserción en el contexto urbano; a las casas de al lado se les permiten sólo dos plantas, mientras que al otro lado de la calle Bolivia el límite es de tres alturas. Por añadidura la fachada al callejón probablemente será bastante ciega y sin accesos, mientras que la fachada de orientación opuesta deberá "[...] cerrar visualmente el parque hacia el este y conformar una fachada digna al mismo, por delante del caserío de Pedregalejo" [de la Memoria del Plan Especial, epígrafe 2.3 Criterios de ordenación. Justificación de la solución].
OBSERVANDO la forma en "L" de la parcela, encerrando por sur y oeste al grupo de las casas, surge la impresión de que se quiere poner un auténtico tapón (aunque ‘digno’) a la parte más occidental del barrio de Pedregalejo-playa.
TANTO por lo que se deduce de las alturas libres de las plantas de dicho edificio como por lo manifestado por el mismo concejal del distrito el destino del equipamiento deportivo será con mucha probabilidad el de gimnasio, spa, piscina cubierta y actividades similares. La política municipal actualmente vigente confía la gestión y explotación de este tipo de equipamientos a la iniciativa privada; de ello podemos deducir lo que serán los precios con el referente de los que aplica el gimnasio Wellness situado en la calle Plaza de Toros Vieja, que para la modalidad básica y más barata (por las mañanas) es de 50 euros al mes o 530 euros al año; a esto habría que añadir, para quien lo precise, el euro a la hora que al menos puede que cueste dejar el coche en el aparcamiento que posiblemente se acabará construyendo muy cerca. Dos horas al día y unos tres días a la semana suponen unos 320 euros anuales en aparcamiento, que incrementa la cifra total hasta unos 850 euros durante todo el año. (Los precios manejados son orientativos para hacer un cálculo del coste global).
NI por el aspecto económico ni por el cultural son instalaciones para el tipo de población que habita el barrio contiguo. De haberse querido establecer una pieza de relación entre los nuevos espacios ajardinados del Balneario y este barrio no se habría diseñado un edificio-tapón ni su uso hubiese sido el que parece por todos los indicios que le está reservado.
LOS datos del Plan Especial en su versión aprobada provisionalmente difieren mucho respecto a los que se han publicado en algunos medios de comunicación locales (Opinión de Málaga, 21 de octubre): según esta información en el Plan Especial se "[...] prevé 1.550 metros cuadrados de equipamiento, con una altura de baja más dos pisos. Este edificio, pegado a Pedregalejo, tendrá uso cultural en la planta baja y deportivo en la primera y cubierta".
EN cambio en la Memoria del Plan Especial (epígrafe 2.7 Resumen de características y superficies) leemos que la superficie de la parcela destinada a equipamiento tiene una superficie de 1.450 m2 (y cerca de 1.800 m2 según los planos anteriormente indicados), siendo la edificabilidad total, contando también el uso cultural, de 5.150 m2; en cuanto a lo previsto para la parte del equipamiento deportivo la edificabilidad es de 4.400 m2 para una superficie de parcela de 1.080 m2 (de todo ello se deduce que el edificio deportivo debería tener algo más de cuatro plantas). Cotejando esto con la configuración y superficie de la parcela dedicada a este equipamiento deducimos que sólo hay dos explicaciones a la fuerte disparidad que se observa: o bien la ordenación de este equipamiento en el Plan Especial ha cambiado radicalmente; o por el contrario la información publicada es muy inexacta o incluso a errónea.
SOBRE LA MANERA EN QUE SE TRATA LA FRONTERA ENTRE EL BALNEARIO Y EL MAR
A continuación planteamos otros asuntos espinosos que no han dejado de ser denunciados de muy diversas maneras (entre ellas mediante alegaciones, de una de las cuales extraemos parte el texto que sigue) pero que puede ser útil difundirlo junto con lo ya tratado y con el fin de que se comprendan en toda su magnitud las consecuencias de este Plan Especial.
SALVO la parte del roquedo contiguo al balneario el resto se proyecta como playa de arena; esta solución entendemos que ignora la singularidad del Balneario del Carmen al aplicar una solución estándar para facilitar la relación de los ciudadanos con el mar, como si la única manera de disfrutar de éste fuera a través de playas, en este caso artificiales en casi toda su extensión.
NO faltan ejemplos históricos de otros modos de aproximarse al mar, entre otros los ofrecidos con tanto éxito por los antiguos balnearios que proliferaron en esta parte de la costa. Ahora conocemos estupendas soluciones que respetando esa inmediatez del contacto con el mar, incluso a través de grandes rocas o escolleras, ofrecen un acceso cómodo, seguro y muy atractivo (por ejemplo el proyecto de Álvaro Siza hecho realidad en Leça Palmeira en Oporto, las muchas actuaciones en situaciones parecidas en las Islas Canarias; y más recientemente la interesante solución que se ha ensayado en Vinaroz por parte de la propuesta ganadora de un concurso nacional sobre esta temática, llamada “microcostas”). Además de su economía y respeto por el sustrato natural, el valor de singularidad del Balneario se acentuaría precisamente por el contraste de este tipo de actuaciones con lo que domina en el entorno.
ADEMÁS la solución de la playa artificial es muy onerosa de hacer y mantener (existiendo serias dudas, basadas en la experiencia en este mismo lugar, de que lo previsto sea precisamente una “solución”), significando un daño en los lugares de extracción, tanto por la alteración en la dinámica marina como por la afectación de los ecosistemas existentes, al margen de suponer un daño irreversible a los fondos marinos existentes en este mismo lugar que al parecer han sido desde siempre muy favorables a la vida marina.
DAMOS por supuesto que las actuaciones de la Demarcación de Costas en el frente marítimo de Málaga lo que persiguen es el beneficio de los malagueños. Sólo que en este caso pasando por alto valores muy singulares que son eliminados en favor de una actuación cara, perjudicial desde el punto de vista medioambiental y desventajosa en cuanto al disfrute del mar por parte de los ciudadanos en relación con la que podría llevarse a cabo respetando y aprovechando la configuración de su transición entre tierra y mar.
SOBRE LAS RELACIONES CON EL EXTERIOR
UN asunto de gran interés consiste en el sorprendente bajo nivel de ruido del que se beneficia este espacio ahora aislado acústicamente del muy intenso tráfico de la calle Bolivia. Consideramos que es un error el no haber considerado este factor en unas mínimas determinaciones que deberían manifestarse en el planeamiento.
HAY que añadir que el relativo aislamiento perceptivo y funcional de este espacio respecto su contexto urbano (y no sólo en el aspecto acústico) ha reforzado su singularidad, distinguiéndose por su tranquilidad, aun en los días festivos del verano, lo cual lo convierte en un excepcional oasis de paz en el conjunto del litoral malagueño, incluso a escala provincial.
LA conexión con el Paseo marítimo de Pedregalejo ha sido repetidamente tratada como una necesidad, incluso de un modo enfático por los vecinos del barrio, como es natural. Sin poner en duda la conveniencia de dicha relación, especialmente porque el Balneario constituye un espacio libre "verde" propio casi del barrio, sí hay que pensar cómo se vincula a éste sin que resulte dañada su peculiar atmósfera, su tranquilidad y recogimiento que le hacen único en nuestra costa.
PORQUE no se trata tanto de poner dificultades para que las gentes accedan a él sino de que se perciba como un espacio especialmente atractivo, una singularidad efectivamente a resguardo de la proliferación de reclamos consumistas que se dan en el paseo marítimo contiguo; y sobre todo un espacio no dominado por la componente direccional del tránsito peatonal y paralelo a la costa que induce el continuo dinamismo del gentío paseando los días no laborables.
QUEREMOS que este tema y otros parecidos que afloran en estos comentarios no se entiendan mal: no estamos en contra de que las personas paseen, incluso en bulliciosas y abigarradas muchedumbres; o que existan establecimientos comerciales en calles y paseos, faltaría más. Lo que decimos es que ese tipo de usos de los espacios públicos tiene su oportunidad en casi toda la longitud del litoral malagueño y que la personalidad y contraste del Balneario con todo ello no deberían perderse.
ESTE es el motivo de que nos parezca desafortunada la rígida traza del paso peatonal que prolonga en línea recta el paseo marítimo de Pedregalejo, destruyendo una de las más valiosas cualidades del espacio tal como ahora está, la suave transición entre la zona de rebalaje y el bosque de eucaliptos, esa componente transversal a la costa que en el diseño proyectado queda fracturada en varios sitios y sobre todo donde se provoca una radical separación entre el paseo con sus materiales duros y la playa.
SOBRE LA CONFIGURACIÓN PREVISTA PARA EL ESPACIO INTERIOR Y LAS ACTIVIDADES EXTERIORES
EL espacio arbolado de eucaliptos en su parte a levante (donde estaba el camping), una amplia explanada con un suelo terrizo casi horizontal, cubierto con una perenne alfombra de hojas caídas, disfruta del gratísimo ambiente de sol y sombra que proporcionan los esbeltos árboles, siendo muy destacable su disponibilidad actual para las actividades que de modo espontáneo se han dado en este lugar por iniciativa de las ciudadanas y los ciudadanos, muchas de ellas de gran proyección social: concursos de fotografía, pases de cortos y vídeos, exposiciones, talleres de pintura y escritura autogestionados, prácticas deportivas diversas, exhibiciones de películas, audiciones musicales y jam-sessions nocturnas bajo las estrellas, comidas y moragas colectivas o en pequeños grupos, asambleas y reuniones, charlas alrededor del fuego, actividades festivas de muchos tipos, etc.
MUCHAS de sus actuales cualidades se perderán si se ejecuta el diseño previsto. Ello es debido a la fragmentación del espacio, tanto en superficie como en diferentes alturas; así como por la desaparición de una parte nada desdeñable de la actual arboleda (unos cuarenta eucaliptos serán talados para hacer sitio al equipamiento deportivo-cultural, a los que su sumarán otros muchos por su "inconveniente" situación en relación con la configuración del diseño adoptado).
SI lo que hemos dicho se refiere al modo de tratar el medio físico en relación con sus cualidades actuales o potenciales, ahora queremos llamar la atención sobre la manera en que la actuación en dicho medio físico condiciona las conductas de sus usuarios y en particular sobre la crisis de los espacios públicos de nuestras ciudades, tema que se relaciona en particular con el debate que se ha abierto sobre los propios modos en que los técnicos (ingenieros y arquitectos) piensan y redactan sus proyectos. El problema que queremos exponer y aclarar en la medida de lo posible es éste: los espacios se proyectan de acuerdo con cierta prefiguración de las actividades que deberán albergar; pero estas prefiguraciones están crecientemente distanciadas respecto lo que acontece realmente, convirtiéndose en imposiciones de comportamientos normalizados.
EL éxito de la operación creemos que se debería medir no tanto por la adecuación de esos espacios a ciertas actividades que se estiman (por parte de los técnicos, gestores y políticos) como deseables sino precisamente por su poder de suscitar y/o adaptarse a nuevas maneras en que las ciudadanas y los ciudadanos habitan su ciudad, maneras que todavía no se han formulado, nuevas formas de vida en común (pues precisamente se trata de espacios públicos), que por lo tanto no están descritas en los manuales de urbanismo ni las define plan ni proyecto alguno. Es la actividad espontánea de la gente la que construye el territorio y no al revés; lo importante aquí no es la arquitectura, ni el diseño, sino las personas que con su mera presencia y su actividad cualifican el espacio.
SOSTENEMOS que la potencia del lugar actual para acoger actividades de lo más variado, aun con sus muchas carencias y defectos, es óptima y que esta aptitud debe ser apreciada y potenciada. Puede que ahí esté el quid del asunto, en la necesaria ambigüedad e indeterminismo que debe tener como cualidades positivas, justo las que exhibe ahora este lugar.
Eduardo Serrano (arquitecto)
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