Leonardo Cervera define su novela sobre una guerra sin ‘republicanos buenos’ y ‘nacionalistas malos’, como un trabajo ‘objetivo y generacionalmente distante’
13/04/07 MÁLAGA. El alcalde presenta, hoy viernes 13 de abril, a las 19:30 horas, en el salón de actos Cajamar (C/Tomás Heredia, 14), la novela ‘La primera en el peligro de la libertad’, publicada por la editorial Arguval y escrita por el abogado malagueño Leonardo Cervera
Leonardo Cervera define su novela sobre una guerra sin ‘republicanos buenos’ y ‘nacionalistas malos’, como un trabajo ‘objetivo y generacionalmente distante’
13/04/07 MÁLAGA. El alcalde presenta, hoy viernes 13 de abril, a las 19:30 horas, en el salón de actos Cajamar (C/Tomás Heredia, 14), la novela ‘La primera en el peligro de la libertad’, publicada por la editorial Arguval y escrita por el abogado malagueño Leonardo Cervera, especialista en derechos de autor y similares y, por tanto, aunque se estrena en el género novelístico, no así en la ficción. El relato de Cervera transcurre durante la Guerra Civil en Málaga, 1937, y cuenta la pandemia del terror rojo, el andancio posterior de Queipo de Llano y los avatares de la mano incorrupta de Santa Teresa. Se entiende que Paco de la Torre haga público su interés en los jóvenes creadores locales, como ya ha demostrado con Picasso y los paisajistas de la Baronessa Tita, pero causa cierto estupor que muestre alguno en una mano, sea de quien sea, pero incorrupta. EL OBSERVADOR anima a todos los malagueños a asistir al acto y participar; estamos en plena campaña electoral, seamos buenos malagueños e intervengamos.
LA novela sobre la mano incorrupta es una narración de medio millar de páginas y viene a ser a Pérez Reverte lo que Falete a Marifé de Triana. Para que se vea que el autor es objetivo y distante generacionalmente hablando, la encabeza con esos agradecimientos típicos entre escritores yanquis, y uno de ellos desvela todo el misterio de la objetividad: ‘al historiador don Juan Ramos Ramos Hitos, la ayuda e información prestada’. Para los que no lo tengan ubicado, se trata de un capitán de la Benemérita al que Elías de Mateo, el historiador de la feria de Málaga, de la semana Santa de Málaga y, recientemente, del terror rojo en Málaga, define como perteneciente a la escuela ‘revisionista’, junto a Ricardo de la Cierva y Pío Moa, y cuyos métodos el mismo Elías de Mateo define como poco sólidos, y reprocha la falta de metodología académica rigurosa en el tratamiento de documentos, y que se deje llevar por valoraciones y comentarios personales. Ya sabe el lectorado de esta revista quién y qué inspira la novela de Cervera. Por si alguien no cae, un detallito: Queipo de Llano aparece descrito como un militar profesional, mientras que el líder anarquista local aparece como un tío sucio y mal vestido, violento, con el pelo largo, y al que Cervera hace decir ‘no me gustan las buenas personas’ (el malo, vamos).
COMO saben los lectores de Fernando Francés y David Delfín, la redacción de EL OBSERVADOR está llena de incultos, y por tanto difícilmente podemos comentar la dimensión literaria de una novela. Por equilibrar, abunda el olfato periodístico y una ilimitada capacidad de análisis comunicacional. Para ser una redacción llena de burros, y que sólo uno de la recua ha sido alumno de Teo León Gross, no está tan mal. Por tanto, en esta pieza encontrará nuestro siempre generoso lectorado la disección de unas cuantas frases de la nota de prensa de convocatoria (pinche aquí) del acto del alcalde y la mano incorrupta de Cervera y Argüelles.
EL párrafo más jugoso viene entrecomillado y dice así: ‘La primera en el peligro de la libertad es una novela valiente que huye de tópicos y desinformaciones y que no dejará a nadie indiferente. “Con frecuencia se presenta a la guerra civil española como un conflicto en el que "los buenos" eran los republicanos y "los malos" eran los nacionales. En la ciudad de Málaga esto no fue necesariamente así”, explica Cervera. “Durante los primeros meses de la guerra, las nuevas autoridades republicanas, los comités, cometieron crímenes execrables que a menudo se han tratado de justificar como “revolucionarios” o “propios de elementos descontrolados” pero, desgraciadamente, las circunstancias que rodearon algunas de esas muertes (cuando no los propios archivos), demuestran que la premeditación estuvo presente en muchas de aquellas ejecuciones sin formación de causa”, subraya Cervera’.
EL asunto de los buenos y los malos es antiguo, pero se lo vamos a explicar a Cervera y a Arguval, y también al alcalde, por si no lo sabe y sólo va allí por esa solidaridad tan suya con el artista joven -y que tantas veces le pierde. Bien, la cosa es como sigue. En España había una república legítima y constitucional; esa república tenía un gobierno, elegido por todos los ciudadanos españoles, por sufragio universal y con el voto de mujeres y hombres en igualdad de condiciones. Parte del ejército del Estado, en lugar de mantenerse a las órdenes del gobierno legítimamente constituido y votado por los ciudadanos, en lugar de defender al gobierno y al pueblo, se confabuló con una serie de empresarios y magnates nacionales que financiaron el plan para derrocar por las armas al gobierno legítimamente constituido y votado por los ciudadanos, a fin de instaurar un régimen a la manera italiana de Mussolini o siguiendo el modelo alemán de Hitler; a ese plan le llamaron Alzamiento Nacional. El lado alzado del Ejército, en lugar de defender a la población civil a la que había jurado defender, se dedicó, mientras lograba derrocar o no al gobierno legal, a matar, violar y robar. Eso es ser malo; de hecho, muy, muy malo. El final del plan, por si alguien no lo recuerda, fue que quedaron abolidos todos los derechos. El bando victorioso suprimió las elecciones generales durante esos cuarenta años en que mataba y robaba impunemente (e impune ha quedado), y persiguió hasta el final a quienes se le oponían. No es ficción. ¿Hay alguna duda de que eso es ser malo? No sabemos si el autor de la novela ha huido mucho de las desinformaciones, pero la primera declaración no deja lugar a muchas esperanzas. Y el hecho de que, por evitar presentar su novela en 14 de abril lo haya hecho en viernes 13 tampoco resulta tranquilizador.
LOS primeros meses de la guerra; se refiere Cervera al ‘terror rojo’ con la expresión ‘las nuevas autoridades republicanas, los comités’. Esto recuerda al punto de vista de Elías de Mateo. Las autoridades republicanas eran, incluso en la guerra, un gobernador civil, un alcalde, un comandante… Los comités jamás fueron una representación legal del gobierno constituido y contra el que luchaban los fascistas. Otra cosa es que fueran miembros de partidos de la izquierda integrados en el Frente Popular y que constituyeran un poder; en cualquier caso un poder autónomo que jamás recibió la autorización del gobierno. Si Cervera hubiese consultado la documentación que obra en manos de Elías de Mateo, sabría que el gobernador civil trató, sin éxito, de controlarlo. Otra cosa es que Cervera, como Elías de Mateo, concluya que, pese a las evidencias de lo contrario, el terror rojo fue una estrategia del gobierno legal.
NO queda la cosa ahí. Sigue la nota de Arguval: ‘El autor explica que “tras la liberación de la ciudad por las tropas hispano-italianas del despiadado general Queipo de Llano, se volvieron por completo las tornas y a partir de ese momento fueron las nuevas autoridades nacionales las que desencadenaron una represión brutal que bañó las tapias de los cementerios con la sangre de algunos criminales del período anterior y también de muchas personas inocentes cuyos restos aún reposan en fosas comunes”.’ Cervera llama ‘liberación de la ciudad’ a lo que hicieron las tropas que se habían alzado contra el legítimo gobierno de la República. Él sabrá por qué. Introduce después que la represión iba dirigida tanto a los criminales (?) como a los inocentes. Quizá el autor ignora que la represión siempre es un acto criminal, venga de donde venga y vaya a quien vaya dirigida, y que si el bando nacional igualó a inocentes y criminales en la represión y la fosa común, Cervera los iguala en la misma frase lo que no le deja precisamente en buen lugar.
LA nota incluye otro párrafo de esos en los que se pretende la apoteosis del buenismo y sale una auténtica epifanía: ‘Cervera, que se ha documentado durante años en archivos y bibliotecas para escribir este libro, considera que “los únicos "buenos" de la guerra civil en Málaga fueron aquellas personas de uno y otro bando que como Porfirio Smerdou, cónsul honorario de Méjico (bautizado por el escritor y periodista Diego Carcedo como el Schindler de la guerra civil) o Norman Bethune, el canadiense que asistió a los refugiados en la carretera de Málaga a Almería, se esforzaron por salvar vidas humanas”.’ El recurso de poner la señal fuera para no tener que pringarse con lo de dentro apesta. Pero es que además es mentira. Todas las personas que quisieron salvar el país del fascismo que le convertiría en el lodazal que llegó a ser durante 40 años, y que la inmaculada transición no ha logrado limpiar, también eran buenas, por poner un ejemplo; pero es que eso obliga a pensar en la Guerra Civil en función del franquismo y el franquismo en función de la Guerra Civil. ¿Quién querría eso? No Cervera, ni Arguval, ni el alcalde De la Torre.
LA novela de Cervera parece inscribirse dentro de la estrategia general del Partido Popular de realizar una revisión suave de la Guerra Civil y presentar batalla contra la Memoria Histórica sin quedar mal. El PP sabe que no puede ser muy visible con este asunto, un material inestable que puede explotar en las manos a cualquiera, así que está desarrollando una estrategia local de generar acontecimientos de corto alcance que van dejando su terreno húmedo: la lluvia fina. Sabe el PP que mientras sus huestes se movilizan sin graves riesgos contra los homosexuales, contra la paz y por la unidad de la patria al son del himno nacional y protegidos por la cangrejera, no puede movilizarse contra la Memoria Histórica sin generar un conflicto social imprevisible. Así que se ha optado por el goteo discreto. Arguval parece haberse incorporado al Movimiento, publicando esta segunda entrega tras la versión de Elías de Mateo. En ambos casos se presenta poco antes de las elecciones municipales, de las que saldrán los futuros alcaldes, algunos tan devotos de las manos incorruptas como de prestar apoyo a según qué jóvenes creadores.
PUEDE consultar aquí algunas opiniones anteriores de la redacción de EL OBSERVADOR:
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PARA leer lo referido a la obra de Elías de Mateo y Arguval que se nombra en esta noticia, pinche aquí:
- 16/03/07 Elías de Mateo y Editorial Arguval firman con Las víctimas del Frente Popular en Málaga la respuesta a la conmemoración de la caída de Málaga en manos del ejército fascista en 1937