Profesor de Geografía de la Universidad de Málaga

OPINIÓN. Aviso para caminantes. Por Alfredo Rubio
Profesor
de Geografía de la Universidad de Málaga
29/07/09. Opinión. Los ‘fragmentos’ de Alfredo Rubio en sus
colaboraciones con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com son
pensamientos como pinceladas, reflexiones diseminadas que dibujan un paisaje
propio en el que no faltan las preguntas sin respuesta, las consideraciones
éticas y la incredulidad de un alma curiosa. Un asesinato triste y violento,
unas elecciones en las que pocos votan, el incierto futuro de la Casa
Invisible, el devenir turístico de la Costa del Sol y el adiós de Leopoldo del
Prado sirven a Rubio para reivindicar el derecho y la necesidad de tener
sueños.
Fragmentos, 2.
MIGUEL R.B., de treinta y siete años y
natural de El Burgo, era un obrero especialista de la construcción. Casi toda
su vida laboral transcurrió dentro del último ciclo alcista. En pleno auge
económico se casó, compró un piso en un barrio humilde y tuvo dos hijos.
Probablemente Miguel pensó que todo seguiría siendo así por tiempo indefinido
pero la crisis lo arrastró al paro. Parece que luchó denodadamente por
encontrar de nuevo un empleo, incluso se trasladó a Madrid para buscarlo. Una
tarde de finales de mayo le pudo la presión de la incertidumbre y tomó una
decisión equivocada: armado con un cuchillo se encaminó a un establecimiento de
juegos para robar. Ya dentro del mismo se puso nervioso, el cuchillo se le cayó
al suelo y atemorizado rompió a correr. Unos seiscientos metros después un
grupo de ‘ciudadanos’ lo alcanzaron. Fue golpeado y probablemente lapidado por
esos supuestos ciudadanos hasta la muerte. La siguiente imagen, que no he
podido olvidar en muchos días, es su cadáver tendido en la calle Pacífico,
triste y paradójico nombre para una muerte tan violenta e injustificada.
EL
asesinato de este hombre que creyó solucionar sus problemas convirtiéndose en
delincuente, acaso por una vez, para salvar la situación, para superar la
angustia de estar desposeído, y acabó lapidado en una calle de Málaga me llevó
a mi primer fragmento en estas páginas, donde me referí de una parte a las tertulias
y de otra a aquella pareja de mauritanos que había vendido literalmente a su
hija que fue violada por un hombre mayor. Por entonces, pretendí reflejar lo problemático que
se abre cuando desde tales lugares se jalea la toma de la justicia por la mano;
se insulta a los jueces y se pone en duda el sistema judicial. Esos lugares
que, con independencia de la ideología que cada uno rezume, deben ser espejo de
un creerse la ley y la posibilidad cierta de que desde instancias
especializadas se juzgue adecuadamente. Cosa distinta creo que es defender la
posibilidad de cambiar la ley, ensancharla y abrirla a los cambios sociales.
Desgraciadamente, la justicia ha sido puesta por unos y otros en un disparadero
y ha ido perdiendo fiabilidad social. De esta deriva peligrosa caben múltiples
posibilidades. Una de ellas es la idea de que si no hay justicia me la tomo por
mi propia mano. Me produjo mucha tristeza y vergüenza ajena que un ciudadano,
presunto delincuente, pudiera ser juzgado (?) y asesinado en plena calle a golpes
y pedradas. Un síntoma de regresión más que preocupante, como tantos otros.
LA cuestión de la construcción de Europa, que parece una especie de ejercicio genital de políticos y euroburócratas, en el sentido de que serán tantos referéndums como sean necesarios para que los ciudadanos de cada país acepten cosas como el ‘Tratado de Lisboa’, una vez que no fue aprobada la supuesta constitución europea. Según los políticos, “Europa ha de ser construida de una determinada manera por narices” y nosotros terminaremos aprobando cualquier cosa por puro cansancio y agotamiento. Sobre eso no cabe duda alguna y, durante la campaña -si es que puede denominarse así- Europa (y su construcción) fue la gran ausente.
PERO no se trata sólo de que un porcentaje alto de las directivas afecten directamente

LO que parece realmente increíble es que ninguno de los partidos mayoritarios nos dijera cuál es su idea de Europa (su modelo); cómo y de qué modo quieren proseguir con la construcción europea; cuál es el papel que nos asignan; cuáles son nuestros aliados preferentes para un cierto modelo de construcción; cómo se va a profundizar la democracia en Europa. No nos llamamos a engaño sobre que la construcción europea sigue siendo especialmente difícil, siempre diferida a un momento otro. Sin embargo, nos quedamos huérfanos de explicaciones y se perdió una nueva oportunidad.
PERO, en todo caso, tampoco ninguna de estas cuestiones es la principal: lo que se percibe con mucho esfuerzo es la ausencia de política. Y no hay debate político porque las organizaciones partidistas se han venido especializando justamente en la producción generalizada de despolitización y han acabado por conseguir que lo político sea entendido por el común exclusivamente como lo partidario (un campo de acción ajeno). Algo similar sucede con los medios de comunicación: unos más que otros ponen énfasis justamente en aquello que despolitiza: lo anecdótico, lo banal y, como ha sucedido en este último, las grandes y pequeñas miserias de los partidos políticos. Acaban por convertir los procesos electorales en algo similar al ir de compras a un supermercado.
SIN embargo, en este caso, el aviso para caminantes lo es justamente para tales

CAMPAÑAS electorales como la última que hemos vivido no sólo son irresponsables, aunque muchos crean que a los pocos días no quedan efectos, sino que son literalmente una burla de los ciudadanos: muestran un desprecio absoluto sobre su capacidad a cerca de la conducción del mundo (de un mundo que es suyo, mientras no se demuestre lo contrario); un descreimiento también radical sobre su capacidad de comprender y actuar en los “grandes temas”, muy propio del pensamiento y de las prácticas de políticos partidarios, euroburócratas y expertos de toda condición. Con la despolitización inducida la cohesión social, que tanto preocupa aquí y en Europa (véase: Comisión de las Comunidades Europeas: Libro Verde sobre la cohesión territorial. Convertir la diversidad territorial en un punto fuerte, Bruselas, 6.10.2008), sigue hundiéndose en el pozo de los individualismos, los particularismos y las tenencias regresivas. Una realidad que es el mejor campo de juego para los grupos organizados de toda condición pero no para los ciudadanos. Si Europa como comunidad política continental aún puede ser considerada por algunos analistas como un objetivo del pensamiento mágico (S. Halimi) ya que en el horizonte no se percibe una identidad política común, que naufraga aún mas cuando los debates son sustituidos por las cuestiones nacionales, la obligación de los partidos políticos es precisamente la de politizar ese objetivo promoviendo la presencia ciudadana y alentando la formación de una opinión pública cabal y dotada de información de calidad.
LAS dificultades para ampliar la democracia se expresan con claridad en lo que ya es algo más que una amenaza: el desalojo de la Casa Invisible. Cuando escribo esto no estoy en Málaga y desconozco la situación exacta. Desde hace ya tiempo la sombra del desalojo es algo más que una posibilidad. Podría escribir muchas cosas para definir la Casa pero las resumo en una: creo que es un grito que rasga el silencio con que asistimos a la marcha inexorable de las cosas tal y como transcurren. Un grito lanzado por aún unos pocos, que serán muchos más en el futuro, por una nueva existencia. Y no es un grito localista: resuena en las metrópolis de todo el mundo. Un grito que, en mi abochornante ingenuidad, creí que podía ser recogido por nuestro Ayuntamiento dando lugar a un proceso que diera un poco más de nueva luz en la ciudad. Por eso me alegraba tanto ver en una misma mesa de negociación a nuestro alcalde, algunos de sus concejales y asesores, y a los creadores invisibles. Creí que nos reunía el interés común por abrir las puertas a nuevas realidades, por construir un futuro más rico y denso con la imaginación, es decir, ensanchar la democracia con el diálogo, la exposición de posiciones y los acuerdos en el desacuerdo. Es nítido que se sientan en la mesa dos posiciones antagónicas en lo político y lo cultural, en sus proyectos de ciudad y en su potencia. Pero la realidad será siempre lugar de divergencias y posiciones antagónicas. Durante ese tiempo me he sentido orgulloso de mi ciudad.
LO que viene sucediendo últimamente se me escapa: en estos momentos la dialéctica se deposita en la firma de un protocolo, como paso previo a un convenio, con una duración

POR otra parte, el ofrecimiento de la Caja Blanca o de una condición itinerante de la Casa Invisible, al margen de sus posibles efectos en la opinión pública en el sentido de poner a la vista de la sociedad la buena disposición del Ayuntamiento de Málaga y, por contra, la escasa receptividad de los invisibles, no es la respuesta adecuada a un proyecto complejo que requiere una sede estable y se pretende autogestionario por asambleario. La condición itinerante, que no se aclara exactamente, nos obligaría a ser algo así como caracoles que transportan su propia sede. Se trata de superar el miedo, por otra parte lógico, que implica abrir la puerta a nuevas situaciones. Por tanto, sólo nos cabe argumentar en el sentido de la continuidad de las negociaciones y su concreción definitiva en el protocolo, de modo que se abra otro tiempo que permita visualizar la operatividad real de lo que proponen los invisibles. El miedo es siempre destructor.
NO podemos olvidar que estamos en la Costa del Sol. La Costa ya no es la modernidad. Ha cumplido cincuenta años con el Hotel Pez Espada, construido a la vera de la playa en Montemar. Aunque el inicio del turismo es anterior se puede decir que este hotel marcó una frontera. Todo hoy irreconocible. El hotel ha publicado un libro para conmemorarlo. A la vez, aparece en algunos medios de comunicación, la puesta en funcionamiento de un nuevo hotel en Benalmádena dentro del complejo Holiday Village donde uno se adentra en la atmósfera de las islas Bora Bora, Samoa y Pascua. Son hoteles “all inclusive” (todo incluido).

EL modelo las Vegas, expreso referente de sus promotores, según leí en algún lugar, llega a la Costa del Sol. Por tanto, no son ya ninguno de los “valores” territoriales, culturales o sociales los que se presentan como cualidades del destino turístico, como sucedía con el Pez Espada, lo que se sitúa en el primer plano -es más, ni siquiera es necesario salir para nada del resort-, lo decisivo como reclamo es el vivir una experiencia “como sí” (se estuviera en la misma Polinesia) pero más cerca y sin ninguno de los inconvenientes del verdadero estar en una isla. Artificialidad radical radicalizada.
¿SERÁ el futuro deseable de la Costa una sucesión interminable de resort aislados, incomunicados, tematizados con turistas que sean conducidos desde el aeropuerto al resort que han seleccionado donde permanecerán enclaustrados hasta realizar el recorrido inverso para regresar a sus lugares de procedencia? Me asalta la duda: ¿será la calle N-340 un futuro Strip, como el de las Vegas? Ya saben: el Strip conduce a Fremont Street y al downtown. Puede ocurrir que desde el aeropuerto y, tras recorrer esa avenida galería, alcancemos Freemont Streep en el preciso momento en que se desencadena la luz. Durante el recorrido por el Strip habremos visto una sucesión casi interminable de hoteles y casinos, con una verdadera fantasmagoría de topónimos y alusiones históricas y hasta mágico-históricas, precedidas, delante del Mandala Bay, del cartel conocido de “Welcome to Fabulous Las Vegas, Nevada” (Luxor, Excalibur, New York New York, Monte Carlo, Flamingo, Imperial Palace, Casino Royale y muchos mas).
COMENCÉ con la referencia a un ciudadano asesinado en la calle Pacífico por los nuevos bárbaros. No puedo olvidar la fotografía de su cadáver tendido en la calle. Sólo.

PERO la muerte, que nos preside, también se ha llevado a otros: murió ese ser inclasificable que fue M. Jackson. Reconozco que nunca tuvo mi simpatía ni comparto el inmenso montaje mediático que ha rodeado su fallecimiento. Su vida y su muerte parecen la metáfora de lo que nos rodea y sus efectos sociales e individuales. Una apoteosis de lo monstruoso. Hasta la ceremonia de su despedida fue un espectáculo (hortera).
CUANDO aún andaba por otros sitios murió Leopoldo del Prado, comunista. Me entero muchos días después. En vano he buscado un artículo largo, una columna o una colaboración que diera cuenta de su vida, de lo profundo de sus convicciones políticas y humanas y de su capacidad para estar siempre al lado de los más débiles. Cuando se escriba realmente la historia de la (escasa) oposición al franquismo en Málaga su figura será una de las preponderantes. Cuando aún éramos estudiantes de enseñanza media, algunos días, al finalizar las clases, íbamos desde el Instituto de Martiricos a la Facultad de Ciencias Económicas y nos sentábamos en el aula magna para oír atentamente las intervenciones de los dirigentes estudiantiles en las asambleas. Nos parecían extraterrestres. Entre ellos estaba Leopoldo y su inconfundible presencia física. A veces duro, siempre cercano, entrañable y dispuesto a ayudar. Acaso no tuvo en la vida otra cosa que el sueño de una sociedad mejor y los desgarros vividos quedaron registrados en su rostro. No compartí su ideología pero siempre lo consideré un compañero y un amigo. Su vida tuvo sentido, también su sueño.
PUEDE leer aquí la primera parte de ‘Fragmentos’
- 10/03/09 Fragmentos
PUEDE ver aquí otros artículos de colaboración de Alfredo Rubio:
- 03/06/09 El innombrable: ¿por qué no podemos o no nos atrevemos a hablar del capitalismo?
- 12/04/09 Europa nos ha mirado. Sobre el informe Auken y la congelación del alma nuestra y de los fondos estructurales
- 10/03/09 Fragmentos
- 03/02/09 Israel: hasta la próxima
- 24/12/08 Tiempo de Navidad
- 20/11/08 El esplendor de la noche americana y los artículos de un antiguo alcalde nuestro