Profesor de Geografía de la Universidad de Málaga

OPINIÓN. Aviso para caminantes. Por Alfredo Rubio
Profesor
de Geografía de la
Universidad de Málaga
09/02/12. Opinión. “No puedo estar de acuerdo
con la siguiente afirmación: ‘parece
difícil discutir que el hecho más destacado de 2011 en la cultura malagueña ha
sido la apertura del museo Thyssen Málaga’. Hay otros que tienen mayor
relevancia por su significación profunda, en especial el fracaso de la
candidatura a capital europea de la cultura 2016. Lo decisivo es el
entendimiento y la valoración de ese fracaso como punto de partida para un
replanteamiento, una reconsideración con el objetivo de definir alguna vez
algún tipo de política cultural municipal a plazos medio y largo. Sin embargo,
ninguna alusión, ninguna reflexión crítica que transforme el fracaso en un
aprendizaje”. Alfredo Rubio
reclama en esta colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com una
política cultural municipal que haga de Málaga una ciudad de “potenciales creadores y no puros y simples espectadores”.
La política cultural
municipal y la nada
ESTE escueto folio me produce la siguiente reflexión: ¿Se está aplicando realmente una política cultural en la ciudad? Me refiero a un instrumento dotado de objetivos, contenidos, líneas, programación de eventos, planificación de recursos, equipamientos; y su distribución en áreas y barrios de la ciudad (la territorialización urbana de la cultura). ¿Es posible una política cultural sin dar cuenta del papel de centralidad metropolitana de Málaga?
CREEMOS que no en un sentido estricto, lo cual no excluye que exista un modo de hacer que

NO quiero extenderme mucho pero no puedo estar de acuerdo con la siguiente afirmación: “parece difícil discutir que el hecho más destacado de 2011 en la cultura malagueña ha sido la apertura del museo Thyssen Málaga”. Con toda mi consideración, y no es retórica, esa afirmación se puede discutir. Sin entrar a valorar el museo, las 236 obras cedidas... no creo que haya sido el acontecimiento del año (acaso, sólo para la prensa rosa). Y no apelo a las significativas incidencias previas a su inauguración. Hay otros que tienen mayor relevancia por su significación profunda, en especial el fracaso de la candidatura a capital europea de la cultura 2016. Y no lo señalo desde mi lógica, nunca favorable la hegemonía negativa que supone para la ciudad ser entendida como producto y destino turístico, sino desde la propia lógica o entendimiento municipal de lo cultural. Como hemos escrito en otras ocasiones, no conseguir siquiera pasar la primeras criba es un fracaso rotundo. Lo decisivo es el entendimiento y la valoración de ese fracaso como punto de partida para un replanteamiento, una reconsideración con el objetivo de definir alguna vez algún tipo de política cultural municipal a plazos medio y largo. Sin embargo, ninguna alusión, ninguna reflexión crítica que transforme el fracaso en un aprendizaje.
EL peso de los museos es innegable pero la ciudad carece de un plan de museos (un sistema y una sistemática). De modo que, cualquier iniciativa interna o externa acaba pareciendo oportuna y dan lugar a fantasmagóricos asuntos: museo del automóvil; un pequeño museo donde un artista plástico poco relevante oscurece los espacios de un escultor que si lo fue (Pedro de Mena), museo de las gemas, cuya millonaria inversión no mereció ni siquiera un párrafo. Después hemos asistido a la desmesura del comportamiento de la empresa concesionaria respecto de este último.
NO pretendo abrir aquí este asunto -no era mi objetivo- pero algunos pueden llegar a nuestra ciudad con ciertos proyectos precisamente porque es obvio que se carece de cualquier modelo a cerca de lo que se quiere sean la ciudad y sus ciudadanos en esa dimensión de la compleja realidad urbana.
ASISTIMOS a la inauguración del museo de la nada, exponiendo nada y, lo que es peor, sin su correspondiente centro de interpretación de la nada. Sin quererlo estos promotores han situado -posicionado, como conviene decir ahora- la ciudad en la senda mas europea:

SIGUE cerrada la posibilidad de una ciudad dotada de infraestructuras y equipamientos en cada una de sus zonas, distritos o barrios, donde los ciudadanos encuentren bases mínimas para desarrollar a la vez su creatividad y su capital relacional. ¿Cuando seremos considerados potenciales creadores y no puros y simples espectadores?
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