OPINIÓN. Despacho abierto. Por Encarnación Páez
Alcaldesa de Villanueva de Tapia
20/02/13. Opinión. “El pasado viernes 15 de febrero se inició el ataque más profundo al municipalismo que podamos imaginar (…) Que no le quepa duda a nadie de que lo que encierra este Anteproyecto de Ley es un maquiavélico plan de privatización de los servicios públicos que se prestan desde los ayuntamientos (…) Vamos a volver a la época franquista en la que los alcaldes eran apéndices del Gobierno Civil y sólo podían ejercer este cargo aquellos que tenían dinero. Más retrocesos no, por favor”. Nueva colaboración de Encarnación Páez con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com.
La agonía de los ayuntamientos
ME gustaría hacer varias preguntas a los ciudadanos y ciudadanas de este país ¿Creen que es razonable y justo que en estos momentos de cruenta crisis económica, política y social se tengan que pagar precios astronómicos por la recogida de basura? ¿Están de acuerdo con que el agua que consumen, fuera de los criterios de bajo consumo de un bien tan preciado y escaso, alcance un precio desorbitado para que unas cuantas empresas engorden su margen de beneficios? ¿Se les ha consultado sobre las cuotas que deben aplicarse en su recibo del Impuesto de Bienes Inmuebles? Yo les diría que no deben preocuparse, nadie les consultará de ahora en adelante. El pasado viernes 15 de febrero se inició el ataque más profundo al municipalismo que podamos imaginar.
MARIANO Rajoy y toda su cohorte de malhechores políticos se han empeñado en no dejar títere con cabeza de nuestro Estado y nuestra Constitución. Bajo los sacrosantos principios del ahorro y la estabilidad presupuestaria han subido el Impuesto del Valor Añadido (que pagan por igual los desempleados, las viudas, los pensionistas y Emilio Botín), han puesto en marcha una reforma laboral que ha sembrado la desolación y el drama en millones de familias, han destinado miles de millones de euros (de “nuestro dinero”) a los bancos para que los miembros de sus Consejos de Administración sigan percibiendo indemnizaciones millonarias... Ahora les toca el turno a los ayuntamientos, o sea, nuevamente a los ciudadanos. Que no le quepa duda a nadie de que lo que encierra este Anteproyecto de Ley es un maquiavélico plan de privatización de los servicios públicos que se prestan desde los ayuntamientos.
EN el pueblo que ha decidido que yo sea su alcaldesa la tasa por la basura es de 36 euros al año; una familia normal de cuatro o cinco miembros paga al trimestre aproximadamente 15 o 20 euros de agua y la cuota del IBI es del 0.45 por ciento. Por otra parte abonamos las nóminas de los trabajadores todos los meses, estamos más o menos al día con los proveedores y no hemos dejado de contratar algún personal eventual para ayudar a los vecinos y vecinas de nuestro municipio.
NUESTRA Constitución en el artículo 140 consagra el principio de autonomía municipal y establece que los municipios gozarán de personalidad jurídica propia ¿Dónde queda esa normativa? Un gobierno con mayoría absoluta está desvirtuando absolutamente la misma, un gobierno que adolece de la más mínima legitimidad política, embarrado por múltiples escándalos de corrupción. Ahora utilizan el torticero argumento de que los alcaldes recibimos grandes emolumentos para que la ciudadanía perciba que si nos rebelamos es porque se ponen en peligro nuestros ingresos. Yo reivindico la dignidad del cargo de alcalde y todavía más el de los miles de concejales que, sin percibir sueldo alguno, prestan un servicio a su pueblo. Siempre he estado de acuerdo con que se regulen los sueldos de los políticos (de todos) porque se han producido situaciones escandalosas. Igualmente creo que es necesaria una reducción drástica de los cargos de confianza que, sin selección previa ni una preparación adecuada, sobreviven políticamente en las instituciones.
YO cobro 1.800 euros por un trabajo que cada día intento desarrollar lo mejor posible. Con este Anteproyecto de Ley, los alcaldes de los municipios menores de 1.000 habitantes no percibirán ninguna retribución. Vamos a volver a la época franquista en la que los alcaldes eran apéndices del Gobierno Civil y sólo podían ejercer este cargo aquellos que tenían dinero. Más retrocesos no, por favor. Y es que este Gobierno ha dado un golpe de estado encubierto.
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