Las respuestas -consultar AQUÍ- ofrecidas por Francisco de la Torre en un foro organizado por IBM en Estados Unidos son de una preocupante pobreza discursiva

04/12/12.
OPINIÓN. Al hilo de las críticas vertidas por el alcalde de Málaga contra la Universidad de Málaga en un foro organizado por la empresa IBM en Nueva York, el gabinete de comunicación del Ayuntamiento que dirige Jesús Espino difundió las intervenciones realizadas allí por De la Torre. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com les invita a leer las palabras del también senador del PP, reflejo de una mediocridad discursiva y de una falta de preparación específica para dicho evento.

SI acceden a las intervenciones de De la Torre -AQUÍ- verán que parte de sus respuestas están subrayadas en rojo y otras en verde. La parte roja es la remarcada por el Ayuntamiento, la parte verde es de EL OBSERVADOR. Estos textos son las referencias a las políticas de Educación en Málaga que el alcalde hizo. Las marca en rojo el gabinete del Ayuntamiento como para demostrar que no dijo nada inconveniente. Lo que en realidad confirma es la cantidad de argumentos banales y zafios que el alcalde aporta contra la Educación en Málaga en particular y en España en general. En azul, esta revista subraya algunas argumentaciones que el señor De la Torre ofrece en un foro internacional y de un supuesto reconocido prestigio intelectual para demostrar que Málaga es una ciudad “inteligente”, mejor: un “paraíso inteligente”. Las razones que aporta no tienen desperdicio innovador, tecnológico o de i+D+I: Tenemos lucecitas encimas de los aparcamientos para saber cuándo están vacios o llenos, las marquesinas de los autobuses dan información de cuánto tardan en llegar, las farolas generan su propia energía, los contadores de agua son digitales para saber cuánta gastamos…  Y con estos ejemplos se dan cuenta realmente de que somos lo que somos y por eso envidian a nuestra ciudad… y sobre todo a nuestro alcalde. Pero antes de analizar lo que dijo, es necesario resaltar cómo lo dijo.

ESTE
encuentro se basaba en una presentación seguida de un turno de preguntas. Es lógico deducir que bien el alcalde, o bien sus asesores, debían haber elaborado un guión mínimo con las preguntas más previsibles de cara a ofrecer las respuestas más correctas y hacerlo sin titubeos, con el aplomo y la seguridad propia de quien, al fin y al cabo, está vendiendo Málaga en un foro empresarial extranjero.  

PERO a la luz de lo leído es evidente que De la Torre es capaz de ofrecer un rosario de datos menores en el Debate sobre el estado de la ciudad, pero le falla tino y aptitud en un sarao en el extranjero como al que le invitó IBM. Las repeticiones constantes e innecesarias, el estrangulamiento de la sintaxis, las desviaciones de discurso de las respuestas ofrecidas por el alcalde apenas dan para un aprobado raspado siendo muy benevolente. Son mediocres. Quedan muy lejos de la excelencia, por utilizar su propio lenguaje. Recaen en aclaraciones que hacen aún más lioso el discurso, y resultan difíciles de entender sino es que alguien no se ha estudiado la lección.

Y luego está lo que dice, que resulta igualmente pobre en la descripción de ejemplos prácticos y absolutamente inapropiado, cuando no erróneo y magnificado, en alguna de sus afirmaciones. No obstante, el debate generado a raíz de esta intervención gira en torno a si la UMA, el sistema público de enseñanza, es mejorable en España. Pues claro que sí, aunque fuera el mejor del mundo, tendría que ser constantemente mejorado. Pero a cuento de qué saca De la Torre a relucir esta necesidad de mejora en Nueva York. No porque haya que ocultarla, sino porque podría hablar también de investigaciones desarrolladas por la UMA como el superodernador IAUMUS referenciado en la revista ‘Nature’ como pionero en la generación de una nueva serie de posibilidades de la inteligencia artificial. Por poner un ejemplo de algo que se hace en Málaga, en el sistema de educación público superior

PERO en lugar de ello De la Torre habló de las competencias de las autonomías de 1978 y los bandazos en el sistema educativo, lo cual le puede servir para ir al Senado a jubilarse, pero dista mucho de lo que se espera que haga fuera para destacar la pujanza de Málaga más allá del apellido Valley.