La Térmica es un proyecto rechazable, de base, porque somete a una administración pública a los intereses de un partido y a la carrera particular de un político

23/01/13. Opinión. Las críticas de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com al proyecto cultural La Térmica de la Diputación de Málaga obedecen a los oscuros mecanismos administrativos que utiliza su director, Salomón Castiel, para llevarlo adelante; a una programación sin criterio, y a los modos despóticos con los que un partido -el PP- y un político -Elías Bendodo- utilizan el dinero público que debe ir destinado a los 100 municipios de la provincia para gastárselo en una iniciativa en Málaga capital, que, entre otras finalidades, disimule y compense los fracasos de la acción cultural del Ayuntamiento capitalino: 2016, museo de las Gemas, Astoria, cubo del puerto…

LAS diputaciones son gobiernos provinciales. Administraciones creadas para equilibrar las inversiones públicas entre grandes ciudades y pequeños pueblos. En el caso de Málaga, su objetivo ha sido y es el de compensar la relación entre la costa y el interior. Y hacer que la igualdad de oportunidades sea una realidad para cualquier ciudadano, viva en la comarca de la Axarquía, en la comarca Nororiental, en la Serranía de Ronda, en el valle del Guadalhorce o en la Costa del Sol.

ESTE es el ideal perseguido, y si nos atenemos a sus discursos, es el propósito del actual presidente de la Diputación, Elías Bendodo, cuyos actos sin embargo pervierten este credo, subvirtiéndolo hasta convertirlo en una pantomima de cara a la galería. El ejemplo más palpable del uso utilitarista del mensaje es La Térmica.

EN un momento crítico, la obligación de la Diputación es centrarse en ayudar a los ciudadanos de los pequeños y medianos municipios. En materia cultural su prioridad debe ser las acciones educativas de base, con niños, adolescentes y jóvenes, hablamos de alfabetización digital, de impulsar el aprendizaje de idiomas –una de las demandas civiles más escandalosamente olvidada por los políticos- como una estrategia prioritaria. La obligación legal y moral de la Diputación es posibilitar la entrada a la sociedad del conocimiento allí donde más hace falta. En fin: compañías de teatro itinerantes, clubes de lectura, talleres audiovisuales… lo que sea, pero en los pueblos, no en la capital, donde ya opera un Ayuntamiento suficiente para estas cuestiones y donde, por la lógica de las grandes urbes, estas herramientas son más accesibles.



PERO en vez de cumplir este mandato con una mínima visión a largo plazo y una pizca de ética, Bendodo se vale de los fondos de Diputación para labrar su propia carrera política y para tapar, de paso, las miserias y fracasos cosechados por el PP en lo que a la ciudad de Málaga y cultura se refiere. La vergonzosa descalificación en la carrera por la capitalidad cultural en 2016, con ese cutrevídeo resumen, el vodevil del museo de las Gemas, la tragicomedia del Astoria, el vacío del cubo del Puerto… esos millones de euros malgastados por el Ayuntamiento de Francisco de la Torre se pretenden tamizan ahora con La Térmica.

UN tamiz que apuesta por una exposición vieja (que no antigua) que nos vende una interesada empresa de Madrid y que es el hazmerreir del resto del mundo cultural español que no la quiere ni en pintura y que ve como nos han metido el gol del cateto; por viejas glorias del futbol que vengan a charlar sobre la nada porque saldrán en los periódicos al día siguiente; por el conocido y ya aburrido rollo teórico sobre Twitter por la misma razón y motivos y para que salgan allí mismo (en Twitter) y en el diario que coorganiza el cotarro; en viejas glorias del cine español para que vengan a hacer lo que sea porque son las que también les suenan al prójimo (catetismo puro) y así también saldrán en los periódicos al día siguiente; etc…

EFECTIVAMENTE, algo se mueve en lo que antes era conocido como el Centro Cívico de la Avenida Los Guindos. ¿Pero a costa de qué? ¿Cuánto supone la producción de todo el programa de la Térmica? ¿Y para qué? ¿Quién se beneficia con esto? Entren a la web www.latermicamalaga.es y verán que es la misma camarilla cultural capitalina de siempre.

ES todo tan patético que solo si quedara algo de coherencia en la figura del presidente del PP y de la Diputación, Elías Bendodo, podríamos entender que se beneficiara del presupuesto del gobierno provincial una camarilla cultural… la de los pueblos.

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