
EL dentista Francisco Ruiz maldice: “tendría que estar poniendo empastes, no cortando calles”. Junto con otros profesionales y comerciantes del barrio de El Perchel se dirige a cortar el tráfico de la avenida de la Aurora, protesta que llevan a cabo todos los miércoles por la mañana para exigir una solución a la paralización de las obras del metro de Málaga que les está llevando a la ruina. “El dinero que se gastaron en la última campaña de publicidad antes de las elecciones autonómicas lo debían haber invertido en la obra. Aquí nadie asume su responsabilidad. Todos se van de rositas”, indica a esta revista. Preguntado por la gestión de Salvo Tierra, Ruiz señala que ha habido “mala gestión y mala comunicación. No es alguien que suela coger el teléfono”.
LUIS Martín es peluquero en el Perchel, forma parte del grupo de afectados que cortan la calle, y tiene también un mal concepto del director de Metro Málaga: “Ese señor es un embustero. Un impresentable que nos ha estado engañando y que no ha dado la cara. A mi -lo tengo grabado- me dijo el pasado mayo que los Callejones del Perchel estarían abiertos al tráfico el próximo septiembre. Y mientras los obreros nos decían que les quedaba por lo menos un año”.
VICTORIA Fernández tiene un estanco en la glorieta Albert Camús. También participa en la

AYER esta revista volvió, por enésima vez, a intentar ponerse en contacto con el director de Metro Málaga. Tarea imposible. Reunido. Salvo Tierra es conocido en Málaga por sus plantones e incomparecencias. Es ‘el hombre de los cinco minutos’ como en su día le bautizó La Opinión de Málaga por su costumbre de comprometerse a devolver las llamadas telefónicas que recibe ‘en cinco minutos’, llamadas que luego no realiza.
EFECTIVAMENTE, como apuntan los afectados, desde que se supo el resultado de los comicios autonómicos, y tras la súbita paralización de los trabajos, Salvo Tierra ha desaparecido del mapa. Lo ha hecho después de desembolsar una suma cuantiosa de fondos públicos en una masiva campaña de publicidad multimedia (la llegada del metro “está muy próxima”) a la que siguió una sutil estrategia de propaganda en periodo electoral. Por ejemplo: Situar la fecha final del plazo para presentar las solicitudes para trabajar en el Metro el día 29 de febrero. Invitar por esas mismas fechas a los medios gráficos para que ilustren la eficacia de las nuevas instalaciones de los Asperones. O anunciar seguidamente la licitación del tramo del metro que va entre el Guadalmedina y la Alameda… todo esto cuando, hay que subrayarlo, como director de la infraestructura Salvo Tierra ya conocía la asfixia financiera a la que se enfrentaba. Y de no conocer esta realidad, hablaríamos de un incompetente en lugar de un falso profeta.
UN poco de memoria. En 2006 Enrique Salvo Tierra era portavoz del grupo municipal del PSOE en el Ayuntamiento de Málaga con Marisa Bustinduy como número uno. Fue un error de

EN 2007, a la semana de anunciar que sería el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Málaga para la pasada legislatura, salió disparado al gabinete de Magdalena Álvarez en el Ministerio de Fomento. Un sonoro plante que ahondó más la crisis que atravesaba un grupo municipal socialista entonces descabezado. De nuevo de rebote y en una extraña suerte de carambola, tras las elecciones europeas, Salvo Tierra pasó a ocupar la secretaría técnica de la Consejería de Obras Públicas de la Junta, en donde no llegó a cumplir un año antes de ser nombrado director del Metro Málaga a las órdenes de la entonces consejera de Obras Públicas, Rosa Aguilar.
LA actual consejera de Obras Públicas, Elena Cortés (IU), fue la gran ausente el pasado martes en la inauguración de la segunda pista del aeropuerto de Málaga. En representación de la Junta acudió la consejera de Presidencia, Susana Díaz, que repitió el único mensaje que es capaz de trasladar el Gobierno andaluz sobre esta infraestructura: hay compromiso de terminarla pero no se sabe cuándo se va a poder hacer.
EN tanto, fuentes socialistas indican que Salvo Tierra “ya está fuera del metro” y su cese ya es algo pactado, a falta de concretarse encontrar el momento de adecuado para anunciarlo. Mientras se dilucida esta cuestión, los comerciantes del barrio seguirán cortando la avenida de la Aurora en lugar de atender sus respectivos negocios.
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