Segunda escala del paseo marítimo de EL OBSERVADOR por la ‘Costa del Solar’. Vea nuestra GALERÍA DE IMÁGENES
13/11/07. Medio Ambiente El paseo
marítimo de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com
por la ‘Costa
del Solar’ se detiene hoy en Benalmádena, el cuarto municipio con mayor
ocupación urbana -el 69,3%- en su primer kilómetro de litoral, señalado como
otro de...
Segunda escala del paseo marítimo de EL OBSERVADOR por la ‘Costa del Solar’. Vea nuestra GALERÍA DE IMÁGENES
13/11/07. Medio Ambiente El paseo
marítimo de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com
por la ‘Costa
del Solar’ se detiene hoy en Benalmádena, el cuarto municipio con mayor
ocupación urbana -el 69,3%- en su primer kilómetro de litoral, señalado como
otro de los “puntos negros” del litoral malagueño por Ecologistas en Acción o
Greenpeace.
Un municipio cuyo espectacular ímpetu urbanístico no se explica sino es por el hombre
que ha manejado las riendas del consistorio desde que en 1966 accediera por
primera vez a la alcaldía, Enrique Bolín, cuya herencia, tras perder estos
últimos comicios, es un municipio con sus posibilidades de crecimiento agotadas
y la mitad de suelo sellado por el asfalto. Vertidos, contaminación, problemas
de tráfico y una depuradora en pruebas hacen el resto.
UNA noticia define bien el estilo de Enrique Bolín en la que ha sido durante muchos años su particular parcela de poder en la Costa del Sol. Cuando el ‘caso Malaya’ estaba en su apogeo y la corrupción en Marbella ocupaba grandes titulares de los medios nacionales, el ex alcalde de Benalmádena homenajeó a dos de sus principales imputados, los constructores Rafael Gómez ‘Sandokan’ y Cristóbal Peñarroya. En su discurso de agradecimiento a estos dos promotores Bolín argumentó que ambos “habían contribuido al desarrollo de la ciudad” y que al fin y al cabo, “todos estamos imputados por algo”.

PESE a que ha sido denunciado en varias ocasiones y acusado de corrupción, tráfico de influencias, cobro de comisiones e enriquecimiento ilícito, a “La Reina” -como le denominan sus enemigos- nunca le ha condenado un tribunal por sus gestiones urbanísticas. Más al contrario, le han proporcionado una bolsa de votantes incondicionales que le han aupado a la alcaldía de Benalmádena en repetidas ocasiones.
ENTRE sus ‘logros’, Puerto Marina, unas instalaciones que impulsó en los años setenta y que hoy se han convertido en uno de los “puntos negros permanentes” para Ecologistas en Acción con la playa de Malapesquera como “principal receptora de todos los vertidos tóxicos, derrames de carburantes, restos de pinturas, disolventes, aguas fecales de las embarcaciones e instalaciones portuarias”. La organización conservacionista recuerda que “el antiguo puerto ya construido en sus defensas exteriores fue rellenado y ampliado, sepultando toda la increíble fauna que albergaba, se convirtió en la zona en la que actualmente están los aparcamientos, restaurantes, centros comerciales y pueblo marinero. El dique de levante se retranqueó 400 metros mar adentro dando lugar al puerto que conocemos actualmente”. Puerto Marina es también un centro de diversión nocturna en el que se ha producido una de las primeras sentencias condenatorias por contaminación acústica contra un ayuntamiento, al que obligan al pago de una indemnización de 15.000 euros.
ECOLOGISTAS en Acción también ha otorgado banderas negras en Benalmádena a la playa de Santa Ana, donde “desembocan dos arroyos olvidados que arrastran aguas tanto pluviales como fecales y domésticas sin tratar, de algunos establecimientos hosteleros de la zona” y a los “acantilados de Torremuelle por la gran presión urbanística de la zona que ha triplicado el número de viviendas que hacen sus vertidos directamente al medio marino, sin emisarios, y desde unas supuestas depuradoras privadas”.
TAMBIÉN para Greenpeace el litoral de Benalmádena “está prácticamente destruido por la voraz presión

CON casi 46.000 habitantes censados y una población que aumenta más del doble en verano el nuevo alcalde de la ciudad, el socialista Javier Carnero, ha reconocido que Benalmádena “ya no puede crecer más”. Las imágenes que acompañan esta información tomadas por el fotógrafo y miembro de Ecologistas en Acción José R. Moreno Tamayo son bastante explícitas. Benalmádena sufre problemas de tráfico propios de una gran ciudad derivados de la ausencia de planificación urbanística. La mitad de sus 34 kilómetros cuadrados de suelo están sellados con asfalto y hormigón. Su depuradora todavía está en periodo de pruebas y Bolín se encuentra desaparecido de la escena pública. Algunas fuentes lo sitúan ahora como asesor de la promotora Cogilco con cuyos responsables ha estado viajando a los países del este en busca de nuevas oportunidades de negocio, si bien este extremo no ha podido ser confirmado.
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