El informe de 2012 explicaba que en La Resinera, donde hace dos días se declaró un incendio que lleva calcinadas casi 3.000 hectáreas, se pretendía “legitimar de antemano una macrourbanización en medio de un bosque de alto valor ecológico, por la legislación vigente que lo justifica y encubre. Nada nuevo bajo el sol de la especulación”
Juan Terroba a EL OBSERVADOR: “El fuego es un peligro real que está ahí latente en todas estas montañas, por los intereses urbanísticos, por el abandono de las prácticas ganaderas, por la falta de inversiones y de trabajos forestales…, una serie de causas que todas juntas hacen que eso sea un polvorín”
10/06/22. Opinión. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. La finca de La Resinera se ha hecho famosa en España a causa del incendio que se produjo hace dos días, y que lleva calcinadas casi 3.000 hectáreas. No es el primer incendio que se produce en la zona, todo el mundo recordará el incendio que el año pasado quemó casi 10.000 hectáreas en Sierra Bermeja,...
...donde se ubica también La Resinera, y que estuvo rodeado de polémica al considerar los propios bomberos que hubo falta de organización y tardanza en movilizar efectivos para combatir el fuego (AQUÍ).
Los reconocidos ecologistas Juan Terroba y Paco Puche (fallecido el año pasado), publicaron en noviembre del año 2012 un informe titulado ‘La Resinera y sus fantasmas’ (AQUÍ), en el que ya advertían del gran riesgo de fuego que presentaba la finca forestal de La Resinera, que abarca 6.500 hectáreas de alto valor ecológico y se extiende por los municipios de Estepona, Benahavís, Pujerra y Júzcar.
El informe salía un par de meses después de otro gran incendio que tuvo lugar a finales del mes de agosto del 2012 y que calcinó más de 8.000 hectáreas, afectando a los municipios de Alhaurín el Grande, Coín, Marbella, Monda, Mijas y Ojén (AQUÍ), llegando a la conclusión de que “para que haya tenido lugar este incendio, uno de los mayores de los últimos 50 años y cuando existían más medios que nunca de prevención y extinción, ha sido, por supuesto, por la política forestal ancestral a base de plantaciones de pinos y eucaliptos (por los pinos sabremos donde estará el fuego); por el manejo del monte (los fuegos se apagan en invierno); por el cambio climático (una gran amenaza para la humanidad) ; por la perdida de usos y aprovechamientos tradicionales como la ganadería extensiva y por lo que hemos llamado ‘el urbanismo combustible’”.
Y es que, según los ecologistas “hacer una vivienda sin destino agropecuario o una urbanización en medio del monte no solo es correr un riesgo excesivo en todo caso, sino que supone dos cosas muy importantes que alimentan los incendios y que explican la gravedad del ocurrido en la Alpujata a finales de agosto: una que concentra la atención de los equipos de extinción en las personas y viviendas y ello retrasa la extinción en el origen, y la otra que las propias viviendas son “bombas” que lanzan el fuego a distancia, por sus contenidos combustibles (gas, butano, gasolina, etc)”.
Por esto a Juan Terroba no le falta razón cuando preguntado ahora por EL OBSERVADOR considera que “el fuego es un peligro real que está ahí latente en todas estas montañas”, y esto se debe a “muchas causas, por los intereses urbanísticos, por el abandono de las prácticas ganaderas, por la falta de inversiones y de trabajos forestales…, una serie de causas que todas juntas hacen que eso sea un polvorín”.
Lo que si tiene claro Terroba es que “se solicitó hace tiempo la declaración de Parque Nacional de la zona, que así habría más apoyo y más financiación, y a lo mejor se podría evitar alguno de estos incendios, pero no se tuvo en cuenta”, ya que “nueve meses después del último gran incendio ya tenemos otro, es un disparate”.
El informe de 2012 explicaba que en La Resinera se pretendía hacer en esa fecha “un campo de golf de ‘interés turístico’, es decir legitimar de antemano una macrourbanización en medio de un bosque de alto valor ecológico, por la legislación vigente que lo justifica y encubre. Nada nuevo bajo el sol de la especulación y de la especulación con el sol”. El proyecto estaba ligado al arquitecto José Seguí.
La finca pertenecía desde el año 1991 al líder libio Gadafi, “por ejecución de una hipoteca impagada, a través del banco público Lybian Foreing Bank”, y desde entonces “se viene planteando un macroproyecto urbanístico llamado Resinera Village”. Tras el asesinato del dictador el proyecto se paraliza durante un año, hasta que en mayo de 2012 la Junta de Andalucía presenta a exposición pública un expediente para “la declaración del campo de golf de interés turístico de Resinera Village”.
El proyecto consistía en “urbanizar unas 500 hectáreas, hacer 1200 chalets con sus correspondientes servicios y equipamientos, 77.500 m2 de hoteles y alojamientos turísticos y, por fin, el campo de golf y sus aparejos”.
Finalmente el proyecto no salió adelante, tal y como confirma Terroba, “aquello se quedó parado, no lo aprobaron. En principio a la información pública no ha salido nada nuevo”. Aunque imagina que “habrá interés en resucitarlo, y no sabemos si estará relacionado con esto”.
El estudio de José Seguí
En el informe de 2012 también aparece uno de los personajes recurrentes cuando de polémica urbanística se trata, el arquitecto José Seguí, responsable, entre otros, del proyecto del rascacielos del Puerto de Málaga. Para los ecologistas el estudio de Seguí, Arquitectura y planeamiento SLP, “se lleva equivocando demasiadas veces, por eso produce preocupación y temor cuando aparece su nombre”.
Así, entre sus ‘memorables actuaciones’, en el informe recuerdan: “la demolición del viejo Teatro Espinel en Ronda y su sustitución por una modernidad nada encajable en las Cornisas del Tajo, amputando un trozo a la Alameda de Ronda y dentro del entorno del BIC Plaza de Toros, un proyecto tan ilegal como injustificado en dicho lugar”; “El proyecto encargado por la Junta de Andalucía (se dice que este Estudio es uno de los preferido de la Junta) del puerto de la Bajadilla de Marbella imitando las ciudades de los ricos, como Dubai, y con una agresión a la costa sin precedentes en la provincia”; o “el presente proyecto de la Resinera Village del que seguiremos hablando, pero, especialmente, la redacción del PGOU de Ronda, en el que figura José Seguí Pérez como Arquitecto Director. Este plan general ha hecho posible que sean urbanizables unos 14 millones de m2 de terrenos forestales que contienen algunos de los mejores encinares de la provincia y sobre los que se ha proyectado, entre otros planes, Merinos Norte”.
A los ecologistas les “causa perplejidad el hecho de haber sido este estudio de arquitectura “Seguí Arquitectos” el que por encargo de la Junta, realizó el Plan de Ordenación de Territorio de la Costa del Sol Occidental, y que en el mismo se abriesen las puertas a la realización de estos proyectos (Puerto La Bajadilla y La Resinera) y que posteriormente el mismo estudio de arquitectura aparezca como redactores de éstos, ¡vivir para ver!”.
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