Jesús Guzmán, coordinador de Ecologistas en Acción Málaga

29/03/07 MÁLAGA. Jesús Guzmán, coordinador de Ecologistas en Acción en Málaga, desgrana en esta entrevista a EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com los problemas derivados de la fábrica cementera de La Araña

Jesús Guzmán, coordinador de Ecologistas en Acción Málaga

29/03/07 MÁLAGA. Jesús Guzmán, coordinador de Ecologistas en Acción en Málaga, desgrana en esta entrevista a EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com los problemas derivados de la fábrica cementera de La Araña, propiedad del grupo multinacional Italcementi, al que pertenece Financiera y Minera: ubicación inadecuada en un casco urbano, obras de reforma que conllevan un aumento de la producción y de las emisiones tóxicas, publicidad insultante, destrozos arqueológicos, alteraciones de la flora y fauna marinas, leyes que no se aplican y, lo más alarmante, una afección generalizada a la salud de los vecinos de los barrios colindantes de la que es la empresa más contaminante de la provincia.

- ¿EXISTEN otras fábricas cementeras como la del grupo Italcementi que se encuentren dentro del casco urbano de una ciudad?
- Tanto en Cantabria como en País Vasco existen casos similares. La cementera está en funcionamiento desde hace muchos años en Málaga cuando los barrios que la rodeaban –La Araña, El Candado, Pedregalejo y El Palo– eran más pequeños, tenían menos población y la producción de la fábrica era mucho menor. Su ubicación actual no es la adecuada. Más aún cuando la reforma que se ha llevado a cabo es para aumentar la producción.

- ¿POR QUÉ entonces no la han cambiado de sitio?
- Porque la obra que han llevado a cabo no es una reforma como tal, sino que se ha hecho precisamente para aumentar la producción. Además, porque las canteras de las que se nutre mayormente están justo en los aledaños de la fábrica. Toda la zona de detrás de las instalaciones es propiedad de Italcementi Group. Aquello, que era patrimonio histórico arqueológico, está siendo destruido para producir cemento.

- ¿ES posible aumentar la producción de cemento sin aumentar las emisiones tóxicas?
- Emisiones siempre van a haber, a pesar de que en España las normativas son muy estrictas en este sentido, pero efectivamente: a mayor producción mayores emisiones… y ya de por sí en La Araña se están sobrepasando con creces los límites fijados por la Unión Europea.

- SIENDO la normativa tan estricta, ¿por qué no conlleva el exceso de emisiones contaminantes ningún tipo de sanción?
- Más que una normativa estricta, que quizás no sea la palabra adecuada, lo que hay son muchas leyes sobre emisiones. Las sanciones no se ponen porque siempre se tiene como prioridad la defensa de la producción y de los puestos de trabajo de la fábrica, más que la aplicación de las leyes medioambientales. No se están aplicando las leyes no sólo por eso sino también porque se trata de una multinacional y muchas veces las administraciones, y en especial la Junta de Andalucía, pues no aplica realmente esta legislación.

- ¿POR incapacidad?
- Bueno, hay varias opiniones; la visión que nosotros tenemos es que no las están aplicando porque valoran más la producción que la contaminación que genera.

- HAY vecinos de los barrios afectados por las emisiones que hablan de que nos encontramos ante un problema de salud pública. ¿Cree que puede haber consecuencias para la salud en los barrios colindantes con la fábrica?
- Sí. Hay datos que demuestran que los vecinos han sufrido problemas de respiración y problemas cardiovasculares. Es un riesgo. Es un asunto de salud pública porque además el PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) de Málaga está considerando aquella zona como una de las principales para la expansión urbanística de la ciudad, incluso por encima de la autovía. Con lo cual puede haber afectaciones en un radio de unos 20 o 30 kilómetros, en las que se notará la actividad de la fábrica por la presencia de cemento y polvo en el aire… no puedo asegurar que eso cause directamente las enfermedades. Con la chimenea más alta  –114 metros de altura, la instalación más alta de la ciudad– el humo llegará más lejos, por lo que es previsible que aumente el rechazo ciudadano contra Italcementi.

- ¿CÓMO afectan las emisiones al medio natural que rodea a la fábrica?
- Estamos hablando de una zona que no tiene un alto valor ecológico, pero las emisiones también llegan al mar y puede que migren (que entren por red cutánea o vía respiratoria) a la fauna marina. El problema de las cenizas es que reducen la entrada de sol a los fondos marinos y entonces la fotosíntesis que se produce en la flora marina gracias a los rayos de luz que se filtran en el agua se ve reducida por los mantos de ceniza, lo que repercute en la nutrición de los peces.

- ¿QUÉ es lo recomendable entonces?
- Nosotros hemos defendido primero la reducción de la producción y el reciclaje de escombros y cementos, ya que hay parte que se puede reaprovechar para la construcción. No entendemos cómo en Málaga no hay todavía una planta de reciclaje de estas características cuando esto sí que se hace en otras comunidades. Esto es inapelable, cuando se consiga este primer paso ya podremos hablar de reubicación. Si vamos a esconder las industrias que no nos gustan, el impacto visual lo evitamos, el problema de salud en parte también, pero no el problema principal de la contaminación. Además, hay que tener en cuenta que ahora mismo en el municipio de Málaga no hay espacio para reubicar una fábrica de estas dimensiones.

- LAS campañas de publicidad de Italcementi insisten en la idea de sostenibilidad y repiten el mensaje de ser una empresa limpia. ¿Qué opinión tiene al respecto?
- Son campañas propias de cualquier empresa que incluso en ocasiones vienen obligadas por ley. El cartel en el que aparece una madre con su hijo de modo ‘muy natural’ me parece prácticamente un insulto. Se pueden hacer campañas de todo tipo pero utilizar esta imagen y apelar a estos sentimientos es un insulto. Pero la campaña no puede llegar a ningún lado porque las denuncias contra la empresa están ahí, el exceso de emisiones también, reconocido por la Delegación de Medioambiente de la Junta, pueden plantar árboles y pueden financiar proyectos medioambientales, pero el sentido y el objetivo final de la fábrica no lo van a cambiar nunca. No hay ahora mismo una aplicación legislativa para evitar la contaminación, tampoco hay una tecnología para evitar que este tipo de fábricas contaminen, pero no deja de ser cierto que tampoco hay voluntad política ni empresarial para realizar una campaña medioambiental de cara al funcionamiento interno de la propia empresa.

- ¿VE una solución a medio plazo?
- Sólo si hay decisiones judiciales al respecto.

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