“Un liderazgo debe ser leal con quienes han promocionado, mediante su apoyo, ese liderazgo. Decía Zapatero que no se es líder, sino que te sitúan como líder, te reconocen como persona líder”
OPINIÓN. La columna de Cristo. Por Cristóbal Fernández
Graduado en Derecho y coordinador en la FAMP
17/05/21. Opinión. El coordinador en la FAMP Cristóbal Fernández escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre lealtad y liderazgo: “La lealtad con los principios compartidos por quienes te apoyan y para con quienes confían en ti de manera mayoritaria, sea la ciudadanía o la militancia de una organización política, es un pilar básico para liderar. Nos abre un interesante...
...debate, porque habría que preguntarse cuando un líder es desleal”.
La lealtad y el liderazgo: Votaré a Susana Díaz
El ex presidente Zapatero inauguró en abril la academia digital del PSOE de Málaga. Nos dio una auténtica lección de liderazgo democrático, válido para cualquier esfera ideológica, pero muy oportuno para quienes sentimos y proclamamos el socialismo.
Sobre la persona líder, Zapatero dijo que ésta debía ser leal. No me resultó extraño que en un partido hablásemos de lealtad, pero debo reconocer que situar la lealtad como una de las condiciones imprescindibles del liderazgo me resultó muy apropiado para estos momentos.
Un liderazgo debe ser leal con quienes han promocionado, mediante su apoyo, ese liderazgo. Decía Zapatero que no se es líder, sino que te sitúan como líder, te reconocen como persona líder.
Así, la lealtad con los principios compartidos por quienes te apoyan y para con quienes confían en ti de manera mayoritaria, sea la ciudadanía o la militancia de una organización política, es un pilar básico para liderar. Nos abre un interesante debate, porque habría que preguntarse cuando un líder es desleal.
Vivimos intensamente un periodo de primarias en el PSOE de Andalucía donde elegiremos a nuestro candidato o candidata a la presidencia de la Junta, en suma, el liderazgo socialista para volver a ganar, como ya hicimos en 2018, sin que se pudiera revalidar el gobierno que cayó en las manos de las derechas andaluzas.
Ese liderazgo deberá ser leal a nuestros principios políticos, nítido con respecto a las opciones políticas de la derecha, leal a nuestro pasado y a nuestra gestión en la Junta y con los compañeros y compañeras, porque es la única manera de preservar el interés general por encima del individual.
Quiero pensar que es tiempo de debate y no mero enfrentamiento. Es tiempo de lealtad, y desgraciadamente, de deslealtades.
En ese debate, que debería producirse sin injerencias de las direcciones políticas superiores, cuatro personas han dado un paso al frente. A ellas debemos un gran respeto y consideración. La tarea de representar en unas elecciones autonómicas a un partido como el PSOE es un honor y a la vez una grandísima responsabilidad ante la militancia y la sociedad andaluza.
Entre la candidaturas, en mi opinión, Susana Díaz es la mejor persona que el PSOE de Andalucía puede presentar a las próximas elecciones. Es una mujer trabajadora, honesta y comprometida, que ha dicho no a cualquier salida o puente de plata. En las últimas semanas ha demostrado, más si cabe, su profundo compromiso con Andalucía.
No se ha doblegado a las presiones ni ante la campaña brutal y desafortunada de descrédito que ha tenido que sufrir. Ha aprendido de errores y ha superado brechas pasadas. Su energía vital es fundamental para afrontar un reto de tales características: ganar y gobernar. Necesitamos a una líder identificable con el PSOE y con la izquierda, que comprende la realidad de Andalucía, nuestra pluralidad, eso sí, sin olvidar quiénes somos. En tiempos de polarización política, proyectada en la sociedad, no caben proyectos tibios en lo ideológico.
Hoy por hoy, Andalucía necesita un proyecto socialista reconocible. Lo cual implica que nuestro afán de llegar a la identificación plena con la sociedad andaluza no puede hacernos olvidar las razones de nuestra existencia: el apoyo a la clase trabajadora, ser la voz de los vulnerables, cohesionar el territorio andaluz; en suma, ser útiles para una Andalucía próspera en igualdad. Susana Díaz nos garantiza todo lo anterior.
El PSOE de Andalucía se ha entregado a una tarea de oposición constructiva, con más de 25.000 iniciativas parlamentarias. Susana Díaz ha estado con los sectores más afectados por la pandemia y ha recorrido Andalucía atendiendo las reclamaciones de alcaldes y alcaldesas socialistas que han sido abandonados por el gobierno de la derecha, preso de VOX. Los últimos hechos de Madrid, con una alarmante derrota del PSOE, han ratificado su advertencia: la derecha del PP blanqueará a VOX.
Las primarias han sido adelantadas para cerrar un debate interno, que en ningún caso estaba en la sociedad andaluza, preocupada por la atención sanitaria en su centro salud o por los efectos económicos de la pandemia, en ningún caso, por nuestras cuestiones internas. Suele pagarse electoralmente cuando un partido se convierte en un fin en sí mismo, y no en un instrumento útil para la sociedad. No sigamos caminando por un desfiladero tan peligroso.
Llegará el tiempo de la unidad, estoy seguro, pues confío en mis compañeros y compañeras. Será imprescindible mirar para el futuro, sacar la vista de intereses particulares y pensar en colectivo. Sobre todo, siendo leales a los principios y a la palabra dada, que como nos recordó Zapatero, es una cualidad imprescindible para el liderazgo. Compañera Susana Díaz, yo te votaré.
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