“Los partidos políticos del ‘no’ han antepuesto sus intereses partidistas, electorales y cortoplacistas a los intereses de los trabajadores de este país”
OPINIÓN. La columna de Cristo. Por Cristóbal Fernández
Graduado en Derecho y coordinador en la FAMP
07/02/22. Opinión. El coordinador en la FAMP Cristóbal Fernández escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre la aprobación de la reforma laboral: “Un día antes de la votación, UPN anunció que votaría a favor de la reforma laboral, por lo que el Gobierno se aseguraba la mayoría justa para convalidar el Real Decreto-ley. Sin embargo, los dos diputados de esta formación se rebelaron contra...
...la orden de su partido y votaron no a la reforma, pero un diputado del PP se equivocó en el voto telemático y posibilitó la aprobación de esta”.
Reforma laboral: de rebote y en el descuento
La convalidación en el Congreso de la reforma laboral ha sido uno de los momentos más importantes de lo que llevamos de legislatura. Por ello, el jueves pasado estuve atento al debate y a la votación que se produjo.
En circunstancias normales, una reforma que mejora las condiciones laborales de los trabajadores y que ha sido pactada entre el Gobierno, sindicatos y empresarios, debería haber cosechado un amplio apoyo en el legislativo.
Si añadimos que esta reforma cumple con los compromisos adquiridos con la Unión Europea y es clave para seguir recibiendo los fondos de recuperación económica, menos aún se entiende la actitud de algunos partidos políticos.
Pero no ha sido así. La reforma laboral se ha aprobado por un solo voto y porque un diputado del Partido Popular se equivocó. De haber votado lo mismo que el resto de sus compañeros, partidos políticos tan antagónicos como PP, VOX, ERC o Bildu habrían conseguido tumbar la reforma laboral.
El espectáculo fue poco edificante. Un día antes de la votación, UPN anunció que votaría a favor de la reforma laboral, por lo que el Gobierno se aseguraba la mayoría justa para convalidar el Real Decreto-ley. Sin embargo, los dos diputados de esta formación se rebelaron contra la orden de su partido y votaron no a la reforma, pero un diputado del PP se equivocó en el voto telemático y posibilitó la aprobación de esta. Tiempo le faltó a Casado para acusar de pucherazo al Gobierno y a la presidenta de la cámara, por un error de uno de los suyos. Sencillamente rocambolesco.
Pero lo que más me llama la atención es que la mayoría de los partidos que han votado en contra de la reforma no lo han hecho por el contenido de la misma. Los partidos políticos del ‘no’ han antepuesto sus intereses partidistas, electorales y cortoplacistas a los intereses de los trabajadores de este país.
De la derecha y de la extrema derecha poco se puede esperar. Cuanto peor para España y para el Gobierno mejor para ellos. La estrategia que utilizan es conocida; confrontación permanente, polarización y negacionismo absoluto a cualquier tipo de avance.
El PNV votando en contra más pendiente de la competición electoral con Bildu en el País Vasco que por motivos verdaderamente de peso en el texto de la reforma y la posición más inexplicable la de ERC. No es razonable ni coherente votar en contra de una reforma que avanza y recupera derechos para la clase trabajadora porque no se ha conseguido todo.
ERC justifica su posición porque señala que esta reforma apoyada por Ciudadanos no es de izquierdas, olvidando que estaban a favor de la misma, entre otros, partidos como el PSOE, UP, Más País o Compromís. Argumento pobre de quien gobierna con la derecha en Cataluña desde hace una década. Todos sabemos que detrás de la posición de ERC está la competición electoral con Yolanda Díaz y el enfado con el Gobierno por otros asuntos que poco tienen que ver con la reforma laboral.
Afortunadamente, casi de rebote y en el descuento, la reforma laboral se ha aprobado y sus mejoras se aplicarán en beneficio de millones de trabajadores. La nueva reforma reduce la temporalidad, potencia la contratación indefinida, ofrece seguridad jurídica a las empresas, recupera la ultraactividad, de forma que los convenios se prorrogarán hasta que sean sustituidos por otros nuevos, se recupera la prevalencia del convenio sectorial frente al de empresa y se pone freno a los despidos incentivando la figura de los ERTES, que han salvado más de tres millones de empleos durante la pandemia. Sin duda, el jueves se vivió una votación de infarto e histórica en el Congreso de los Diputados.
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