“En la escala culinaria que va desde “ni lo ha probado” al “rebañar hasta los dibujos del plato” este guiso entra en la categoría de acabar lamiéndolo”
Cocina vegetal
Por Dela Uvedoble
22/02/22. Opinión. La conocida escritora malagueña Dela Uvedoble comparte con los lectores de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com recetas de ‘su’ cotidiana cocina vegetal: “Aquí encontrarán recetas sencillas y familiares, la mayoría malagueñas. Son las comidas que preparo para los míos, sanas, económicas y... totalmente vegetales”. Esta semana nos trae una receta de...
...arroz caldoso. Pasen y pónganse el delantal.
Receta 58. Un arroz caldoso que está de escándalo
Éxito, éxito rotundo tiene siempre esta receta en mi casa. En la escala culinaria que va desde “ni lo ha probado” al “rebañar hasta los dibujos del plato” este guiso entra en la categoría de acabar lamiéndolo. Barato, sencillo, completísimo en cuanto a que posee los hidratos del arroz, la proteína de la legumbre, la fibra de las espinacas y la saludable grasa del buen aceite de oliva, no se le puede pedir más.
Ingredientes
—3 puñados de arroz redondo (atención a esto, que yo tengo la mano muy chica)
—100 g de alubias blancas cocidas (las de bote son estupendas)*
—300 g de espinacas (frescas de preferencia)**
—1 cebolla
—4 dientes de ajos
—1 papa gorda
—2 tomates maduros o 200g de triturado
—1 cucharadita de pimentón dulce
—Unas hebras de azafrán
—Aceite de oliva
—1 litro de caldo de verduras
—Sal
*Las envasadas que solo llevan agua y sal son saludables, aunque un poco más caras que las que contienen sulfitos. A tomar en cuenta que los precios del gas y la electricidad van en aumento, metiendo el lápiz sale más barato comprarlas ya cocidas. O cocer una gran cantidad y congelarlas, si tienes un arcón y lugar para ponerlo.
**Sirven las congeladas, a unas malas. Yo he usado dos bolsas de las que vienen envasadas y ya limpias y cortadas. Genera residuo plástico, lo sé, pero a personas que tienen dificultad en las manos para cortar y preparar verduras esto les facilita la vida. No todo es blanco o negro.
Preparación
1) Ponemos a infusionar las hebras de azafrán con un poco de agua caliente.
2) Picamos los ajos en rodajas y los doramos en aceite; antes de que se quemen añadimos la cebolla picada muy fina, con un poco de sal para que suelte el agua. Cuando esté transparente añadimos el tomate.
3) Una vez listo el sofrito, lo apartamos con la espumadera a un lado, dejando un hueco con aceite donde tostaremos un poco la cucharadita de pimentón, con cuidado de que no se queme porque si esto ocurre dará a la comida un sabor amargo. Incorporad al sofrito, revolviendo.
4) Añadid el litro de caldo y la infusión de azafrán sin quitar las hebras.
5) Nada más arranque a hervir echad las papas chascadas, las alubias cocidas y las espinacas cortadas y limpias. Salad un poco y dejad cocer unos veinte minutos, es decir, cuando las papas estén tiernas, pero no deshechas.
6) Es el momento de poner el arroz. Si veis que está seco de caldo, añadid más cantidad, pero calentándolo. Yo puse tres puñados de arroz, pero tengo las manos pequeñas. Debe quedar caldoso. Tened en cuenta que tiene que cocer otro cuarto de hora y que al reposar el grano absorbe líquido.
7) Servid caliente, después de reposar cinco minutos.
Las felicitaciones al chef están aseguradas.
Si se habla de espinacas, detrás viene Popeye
Lo mento con placer pues era uno de los dibujos animados que veía de niña y me hizo apetecible ese refrito verde que decían tenía tanto hierro, aunque la verdad es que esta afirmación parte de un error.
Estados Unidos, años treinta. Las autoridades sanitarias están preocupadas por el alto índice de anemia de la población (recordad que están inversos en la gran crisis de 1929), así que encargan al dibujante Elzie Segar (1894-1938) crear un personaje al que le encante esta verdura y sea muy fuerte. Nació “Popeye, el marino”.
Pero sucedió que al traducir el estudio sobre las espinacas elaborado por el científico alemán E. von Wolf, publicado en 1870, en el dato relativo a la cantidad de hierro se colocó mal la coma de los decimales, de forma que la cantidad fue multiplicada por diez. No obstante, es un alimento interesante en dietas de adelgazamiento pues posee vitaminas A, C, E y está compuesto por un 93% de agua (de ahí su gran merma al cocinarlas) por lo tanto, aporta muy escasas calorías y bastante fibra.
Como dato curioso diré que una mujer (nosotras necesitamos mayor aporte de hierro al menstruar) tendría que ingerir cada día unos 28 kilos de espinacas cocidas para satisfacer la demanda de este mineral. Por muy ricas que estén, es demasiado.
Otra curiosidad, el nombre de Popeye proviene del inglés pop-eye (ojo saltón). Se trataba de un vocablo común entre los marineros americanos, aunque los pop-eye no eran exactamente tipos con ojos salientes sino lobos de mar tuertos por algún accidente ocurrido en lides oceánicas, o más prosaicamente, en reyertas tabernarias.
Espinacas en jerga era…
La banda de jazz Julia Lee and her boyfriends, actuaba en clubes de Kansas City donde una nube de humo flotaba todas las noches sobre los parroquianos mientras ellos cantaban La canción de la espinaca:
No me gustó la primera vez, fue tan nuevo para mí
Yo era tan joven, ya ves.
Solía huir de estas cosas, pero ahora de alguna manera
no tengo nunca bastante.
No me gustó la primera vez, ¡oh, cómo creció en mi!
Por supuesto se referían a la marihuana, en su particular argot. Y Popeye solía canturrear “yo soy fuerte hasta el final porque como espinacas”. En los años treinta corría el bulo de que la marihuana te hacía inmune a las balas aparte de dotar al consumidor de otros poderes especiales. Y los marineros americanos fueron los que introdujeron el cannabis en Estados Unidos.
Aún hay otra referencia a Popeye, su perro se llamó Alpiste y la semilla del cañamo se usa también como alimento para pájaros.
Manhattan es un pastel de espinacas
“… Mucha gente cree que Manhattan es Nueva York, cuando simplemente forma parte de Nueva York. Una parte especial, eso sí.
Se trata de una isla en forma de jamón con un pastel de espinacas en el centro que se llama Central Park. Es un gran parque alargado por donde resulta excitante caminar de noche, escondiéndose de vez en cuando detrás de los árboles por miedo a ladrones y asesinos, sacando un poquito la cabeza para ver brillar las luces de los rascacielos que flanquean el pastel de espinacas, como un ejército de velas encendidas para celebrar el cumpleaños de un rey milenario”.
Carmen Martin Gaite “Caperucita en Manhattan”.
Ilustración del libro
Nunca puedo resistirme a una referencia literaria alusiva a la receta que publico, y si, como en este caso, es de una grandiosa escritora, mejor que mejor.
Probad este arroz caldoso con espinacas, veréis cuanta energía os da, y no estoy utilizando la jerga. Si después hacéis la digestión leyendo a la Gaite, tenéis asegurado el disfrute integral.
Enjoy your meal!
Puede ver aquí anteriores recetas de Dela Uvedoble.