“Un untable con todo el sabor de la sobrasada, pero sin ingredientes de origen animal. Yo lo llamo sabrosada porque está buenísima y sin mijita de colesterol”
Cocina vegetal
Por Dela Uvedoble
29/03/22. Opinión. La conocida escritora malagueña Dela Uvedoble comparte con los lectores de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com recetas de ‘su’ cotidiana cocina vegetal: “Aquí encontrarán recetas sencillas y familiares, la mayoría malagueñas. Son las comidas que preparo para los míos, sanas, económicas y... totalmente vegetales”. Esta semana nos trae una receta...
...de sabrosada. Pasen y pónganse el delantal.
Receta 62. Sabrosada
Una de las cosas que me preguntan mucho es que de qué hago los bocadillos pues al ser vegana no los como con el relleno que se supone “tradicional”. Pues una de las opciones es esta de hoy, un untable con todo el sabor de la sobrasada, pero sin ingredientes de origen animal. Yo lo llamo sabrosada porque está buenísima y sin mijita de colesterol.
Ingredientes
—150 g de anacardos crudos
—1 puñadito de almendras crudas (con o sin pelar)
—sal
—Aceite de oliva
—2 dientes de ajo pelados
—150 g de tomates secos
—Un puñado de orégano seco
—Pimentón, una cucharadita del dulce y otra del picante
Elaboración
1) La víspera dejad en remojo los anacardos, las almendras y los tomates (juntos en el mismo bol).
2) Poned todos los ingredientes en un procesador o batidora de vaso y triturar. Podéis dividir la masa en dos o tres tandas para que quede muy fino.
3) Probad de sal y especias hasta que lo encontréis a vuestro gusto, la cantidad de pimentón dulce y picante va a vuestro criterio.
4) Guardad en un reciente de cristal tapado en la nevera. Se puede comer enseguida.
5) Servid untado en un bocadillo, en canapés, crakers, tostadas, cruasán, sobre pasta cocida o donde gustéis. Está riquísimo.
Sobrasada, de Sicilia a Mallorca ¡y sin puente!
Se cree que en esa isla italiana (aunque en esa época pertenecía a España) inventaron, alrededor del siglo XVI, este adobo para conservar la carne prensada (sopressa) y que de la palabra que designaba a esta preparación (soprassata) provenga sobrasada, pero tuvo que llegar el siglo XVIII para que se incluyera el pimentón en la fórmula, pasando a ser su característica definitoria por darle ese colorido y sabor peculiar.
Sal, ajo y pimentón para sazonar son lo mejor
El pimiento molido o pimentón es el resultado de la molienda de determinadas variedades de pimiento rojo seco o ñora, fruto de una planta originaria de México. Existen, dicho de grosso modo, tres tipos: dulce, picante y ahumado, conociéndose también con el nombre de papikra.
Es uno de los condimentos más utilizados en la cocina española, no se concibe potaje ni adobo sin él.
Actualmente India y China son los principales productores.
En España se llamaba pimienta a todas las especias picantes, así que para distinguirlos lo llamaron pimiento de Chile o pimentón. Colón deja escrito en su diario del 15 de enero de 1493 la existencia de una nueva especia a la que llama, por transcripción fonética de los indios, ají.
Ángel Muro dice en su “Diccionario Culinario de 1892 que el pimentón ha llegado a ser en España, sobre todo en Castilla la Vieja, un artículo de primera necesidad como la sal y el aceite.
Las dos variedades más conocidas en la península ibérica proceden de la comarca de La Vera (Cáceres), en donde existe un Museo del pimentón situado en la Plaza Mayor de la localidad de Jaraíz de la Vera.
Madame Pimentón
Hubo en el Madrid de primeros del siglo XX un curioso personaje femenino que ha pasado a la historia con el nombre de Madame Pimentón.
Cuentan que, de joven, inicio una prometedora carrera como cantante de ópera tras obtener el primer premio de piano en el Conservatorio de la capital y que viajó por Europa dando recitales bajo el nombre artístico de Yucunda, una versión glamourosa de su nombre de bautismo que era Facunda, hasta que perdió la voz por una enfermedad que decía no saber cómo se llama.
Había nacido en 1864 y contaba su vida a todo aquel que quisiera escucharla. Conocida por doña Gundi por la vecindad, parece ser que le gustaba beber aguardiente para templar las cuerdas vocales, y la pobre, tras un matrimonio amargo con un marido que casi la deja tullida, no se vio con más futuro que cantar por los cafetines. Presentaba un aspecto peculiar, pues se ataviaba con las prendas que personas generosas le donaban. Así que para complementar su aspecto de prima donna peinaba su moño con esmero y adornaba sus dedos con multitud de sortijas baratas. Incluso tenía un abrigo de astracán, ya muy desollado, que atestiguaba su antiguo esplendor.
La bebida acabó haciendo estragos en lo que le quedaba de voz y se vio obligada a cantar por las calles, convirtiéndose así en un personaje popular, valleinclaniano podríamos decir. Corría el rumor de que el remoquete por el que se la conocía proviniera del color de su semblante, avivado siempre con “rubor de botella”.
Gracias a sus exquisitos modales, que solo aparcaba para contestar bien contestado cuando el insulto la hería, alcanzó tal popularidad que un grupo de periodistas, escritores y dibujantes decidieron organizarle un homenaje, al que asistieron, según las crónicas, unas ochenta personas de la buena sociedad matritense. Se celebró en el merendero “Los cipreses’, en la ribera del Manzanares y la homenajeada recitó “La regadera” canción de la revista “La alegre trompetería” de 1908. Uno de los autores de la letra de “La Revoltosa”, López Silva, entonó unos versos, compuestos por él, en su honor:
No eres tú de esas cantantes
de estropajo y soplilllo
que se forran de brillantes
enseñando el solomillo
Deja que tu mano estreche
fenómeno de mujer
y ojalá que te aproveche
la ensalada de escabeche
que te acabas de comer
Madame Pimentón agradeció mucho tal fineza, así como un matón de Manila y cincuenta pesetas que le fueron entregadas. También un ramo de flores, pero este lo repartió con el respetable que aplaudió el gesto a rabiar.
Tras haber pasado veinticinco años cantando en las calles, Facunda Torres Martín, Madame Pimentón, fallecía el 6 de febrero de 1928, a los sesenta y cuatro años, en su vivienda alquilada de Chamberí.
El entierro fue pagado por Conchita Supervía, conocida cantante del momento que compró una tumba perpetua para Yucunda en el cementerio de la Almudena.
Madame Pimentón junto a algunos ilustres artífices de su homenaje
Madame Pimentón aparece en las obras de importantes autores de la época tales como Rubén Darío, Pío Baroja (“Desde la última vuelta en el camino”), Camilo José Cela (“La colmena”), Ángel Torres del Álamo y Antonio Asenjo (autores de “El gusano de luz”) y José Manzano y Pedro Baños (padres de “Películas madrileñas”).
María Teresa León (1903-1988), esposa de Rafael Alberti, escribió en 1944 un cuento llamado “Madame Pimentón” basándose en Facunda. Aparece en su libro “Memoria de la Melancolía”.
*Fuente: “Crónicas de Madrid” Diario 16
Y para terminar…
Ya veis lo que da de sí una “vulgar” especia, pero tened en cuenta que son ellas las que dan gracia y sabor a los guisos. Esta sabrosada de la receta de hoy le debe a este polvillo coloráo su sabrosura.
Si me permitís un consejo, cosa que no soy aficionada a repartir, os daría este: que no falten en vuestra despensa las especias si queréis que un plato cualquiera se lleve la voz cantante.
Puede ver aquí anteriores recetas de Dela Uvedoble.