Romera explica como en Huelin “la hostelería ha ido ganando terreno y se ha hecho dueña literalmente del barrio, gracias a la diosa Mahos y al beneplácito del equipo de Gobierno municipal de Paco de la Torre”

OPINIÓN. 
Calles de Málaga. Por Nacho Romera
Vecino comprometido por una ciudad mejor

25/10/21.
Opinión. Nacho Romera, vecino malagueño, continúa su colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com en la que trata temas sociales, con un texto sobre los barrios taberna, que se crean mediante la “privatización de sus aparcamientos, la extensión del ocio y la hostelería, y por consecuencia la expulsión de vecinos de la zona”, y creando “situaciones insoportables para los que aun residen...

...en estas calles”.

Málaga y su nuevo barrio taberna: Huelin

Por desgracia estamos viendo estos últimos años en Málaga la creación de lo que muchos denominamos ‘Barrios taberna’. Recordamos como era el centro de Málaga, sus zonas de comercios y sus vecinos. Hablamos de calles como Carretería, Dos Aceras, Álamos, Madre de Dios, entre otras que componen el casco  antiguo.


Todo ello cambió con la llegada de los apartamentos turísticos y un ocio descontrolado. El centro de Málaga se convirtió en el primer barrio taberna de nuestra capital. Los vecinos fueron expuestos a un sin vivir de incomodidades, como la falta de descanso, la mala limpieza de sus calles o la insuficiente seguridad pública en muchas ocasiones, todo ello lo tuvieron que incluir en su día a día.

El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Málaga masifica la famosa zona azul y aún hace más imposible la convivencia con la privatización de los aparcamientos en la vía pública, la puntillita que sigue alterando la vida cotidiana de los vecinos.

Gran parte de ellos se resignaron y se fueron, sin embargo todavía quedan personas luchando por sus calles y por el bienestar robado.

A día de hoy podemos celebrar una gran victoria de nuestros vecinos de Málaga centro, los cuales tras la sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo nº2 de Málaga nº380/2021 han conseguido que les den la razón a su denuncia por padecer un ruido continúo. Lo que deja en evidencia y recalca la inactividad del equipo de gobierno para arreglar las irregularidades y problemas que ellos han creado durante años, dándole la espalda a la coherencia y a la ciudadanía que solicitaba soluciones.

El primer barrio taberna no era suficiente, por lo que el Consistorio extendió la idea a la zona más próxima y propicia, el Soho.

A día de hoy hemos visto que la misma estrategia ha llevado al mismo resultado; privatización de sus aparcamientos, extensión del ocio y la hostelería, y por consecuencia expulsión de vecinos de la zona o situaciones insoportables para los que aun residen en estas calles.

Siguiendo por la misma línea fijémonos en el nuevo barrio taberna, Huelin y sus zonas de alrededor como Tomas de Echevarria, Pintor de la Fuente Grima o aledaños.


Huelin tiene varias décadas de vida y fue construido como barrio residencial. En él encontrábamos una gran cantidad de comercios como heladerías, peluquerías, tiendas de cosmética, de ropa, concesionarios de coches, fotógrafos…

Sin embargo, hace una década aproximadamente esto cambió y la hostelería fue ganando terreno, se hizo dueña literalmente del barrio, gracias a la diosa Mahos y al beneplácito del equipo de Gobierno de Paco de la Torre.

Algo que quizás se debería estudiar a fondo, puesto que muchos creemos que el PGOU no permite tantos locales de ocio, sobre todo nocturno, en lo que era un barrio residencial.

Denunciamos públicamente las actividades que llevan a cabo bares de copas en suelo urbano, siendo inexistentes sus licencias para su realización, según ordenanzas desde hace bastantes años. Además, según información verificada por la policía local, estos locales trabajan bajo la licencia de cafetería, aun siendo este acto ilegal. Sin embargo, el apoyo de la policía y de los vecinos no es suficiente y el alcalde De la Torre y su séquito siguen mirando hacia otro lado.

Queremos resaltar que nadie tiene nada en contra de ningún establecimiento y sus actividades, siempre y cuando cumplan las normativas y ordenanzas municipales, como el resto.

Aclarado esto seguimos con la denuncia de este barrio taberna. En dichas calles los vecinos han presentado diversas denuncias por el ruido, horas de cierre y ocupación de la calle, pero siempre se han encontrado o con la negativa en la búsqueda de alguna solución por parte del Ayuntamiento, o con las falsas esperanzas de un cambio dadas a los ciudadanos. Incluso a algunos vecinos les han llegado a responder a sus reclamaciones: “Si no puede descansar cómprese una casa en el campo”.

La expulsión de los vecinos no debe ser una opción a negociar
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A día de hoy, con la vuelta de la normalidad, vuelve la pesadilla para la mayoría de los vecinos, y decimos mayoría pues siempre hay que respetar a todo aquel que no piense de la misma manera.

Varios, justo antes de la pandemia, denunciaron la situación en el pleno del Ayuntamiento y se llegaron a unos acuerdos, que están claros que fueron una farsa, puesto que no se ha hecho nada de lo acordado, incumpliendo el deber de compromiso una vez pactado.

La zona sigue contando con dos grandes problemas, además de los ocasionados por los establecimientos, los gorrillas y la doble fila de coches en las calles.


El equipo de Gobierno prometió buscar soluciones y de hecho llevó a cabo la imposición de la zona azul con la excusa de acabar con estos problemas, pero todo acabó siendo una estrategia para la creación de este nuevo barrio taberna privatizando los aparcamientos. Algo que nos suena de otras barriadas. Así, facilitando dicho aparcamiento tal y como decía textualmente el concejal del distrito Luis Verde, “hay que facilitar el aparcamiento a todo aquel que venga al barrio a comer y beber”, qué dinero más mal gastado por la DGT en la campaña que nos aconseja “si bebes no conduzcas”.

Esta opresión al barrio llegó con mentiras y engaños a los vecinos y con el incumplimiento del programa electoral de Francisco De La Torre. Pero de este tema tan extenso hablaremos en otro momento.

Se prometió hacer mediciones de ruido, las cuales ni se han hecho ni esperan hacerlas. A este paso terminarán realizándolas un domingo a las 09:00h de la mañana.

Se prometió más presencia policial para regular, entre otras cosas, las horas de cierre nocturno, por el mero hecho de que muchos establecimientos seguían sus actividades a deshoras, y muchas de ellas ilegales tal y como hemos comentado antes. Más de lo mismo.

La ocupación de la vía publica por parte de mesas y sillas, causa desconfort, y no nos referimos al permiso otorgado tras la pandemia, si no antes de ella. Y por lo que vemos seguimos igual o peor tras el nivel 0 de la misma.

Y no solo hablamos de zonas del acerado libre de paso, si no incluso de zonas de acceso a las viviendas. Cualquier espacio es bueno para colocar terrazas, de manera indiscriminada y con total impunidad, por la inacción del equipo de Gobierno y los organismos competentes.

A día de hoy los vecinos han buscado mejorar su bienestar incluso colocando carteles, los cuales manifestaban un llamamiento al descanso, aunque de poco les ha servido.


Nos encontramos actualmente buscando y pidiendo soluciones, pero las quejas y peticiones, por lo que se ve, siguen acabando en saco roto.

Nadie desea ningún mal a nadie, pero pedimos que los locales que hacen que la vida se haga incómoda en un barrio residencial, sean sancionados. Buscamos una convivencia entre establecimientos y vecinos, sin perjuicios de ninguna parte. Es hora de poner las cartas sobre la mesa y tomar la ley como solución a estos problemas.

Cabe recordar que el ayuntamiento de Málaga fue galardonado en 2010 como ciudad accesible. Y a pesar de ello, en la última década, hemos pasado de mirar por un bien común a mirar solo por el bien de los que les convienen. Si lo que les renta son barrios tabernas, el equipo del Gobierno estará manos a la obra para conseguirlos.

Ya van tres con el sector Huelin y, visto lo vivido, no se van a poner ningún límite, ¿cuál será el siguiente?

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