Los usuarios, recibieron una carta del Ayuntamiento de Málaga a mediados de septiembre en la cual les rescindían el contrato y tenían que abandonar su plaza el 1 de octubre del 2020”

OPINIÓN. 
Calles de Málaga
Por Nacho Romera.
Vecino comprometido por una ciudad mejor

08/11/21.
Opinión. Nacho Romera, vecino malagueño, en su colaboración habitual para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com en la que trata temas sociales, escribe hoy la primera parte de un texto de dos entregas, sobre el problema surgido al trasladar el Ayuntamiento de Málaga las instalaciones de la grúa municipal a un parking público que tenía 400 usuarios: “La idea del equipo de gobierno fue algo contradictoria pues...

...se basaba en relocalizar en dos emplazamientos el total de los vehículos, uno en el Carril de la Cordobesa y otro en calle Rufina, éste último un solar propiedad de una empresa privada, por lo que todo el gasto ocasionado al contribuyente caería en saco roto y no daba seguridad, ya que dicha empresa podía empezar sus obras en cualquier momento levantando de nuevo el problema que estábamos viviendo”.

Carril de la Cordobesa, una obra para olvidar (I). La Princesa en lucha

Lo primero es comentar cómo empezó todo este proyecto, y, como se suele decir, lo que mal empieza mal acaba.


Todo comenzó cuando el señor alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, tuvo que cumplir lo pactado con el obispado y, los terrenos de la barriada de La Princesa, donde estaba situado el depósito de la grúa municipal, tuvieron que pasar al proyecto de la nueva edificación para la extensión del colegio concertado Padre Jacobo, algo que todos aprobamos, pues siempre que sea invertir en educación es beneficioso para la ciudad, aunque muchos prefiramos lo público.

Pero entonces se planteaba un problema, ¿dónde ubicarían las instalaciones de la grúa municipal? Pues al parecer no se rompieron mucha la cabeza y miraron hacia un lado y vieron un espacio, un parking municipal con más de 20 años de antigüedad donde sus usuarios vecinos pagan su cuota religiosamente, ingresos directos a las arcas municipales, lo cual nunca viene mal, y dicho parking es una zona de desahogo para la barriada La Princesa, una de las barriadas con mas densidad de población en Europa. Pero nada iba a frenar una vez más al equipo de gobierno del Consistorio malagueño para satisfacer a la Sociedad Municipal de Aparcamientos SMASSA y a su 49% de parte privada que la compone, aunque esto fuese en detrimento del bienestar de la ciudadanía y de los vecinos de dicha barriada y alrededores.

Ni cortos ni perezosos, de la noche a la mañana, y con solo 15 días de antelación, los usuarios del parking, alrededor de 400, recibieron una carta a mediados de septiembre en la cual les rescindían el contrato y tenían que abandonar su plaza el 1 de octubre del 2020.

Y pasó lo inevitable, y con lo que quizás no contaba el alcalde Francisco de la Torre, y es que los vecinos no se conformaron y empezaron a luchar por el bienestar de su barrio y contra una medida nuevamente dictatorial e incoherente, por parte de quien gobierna en nuestra ciudad.

Pronto se organizaron y empezaron las reivindicaciones, las cuales desde el minuto uno provocaron algo de efecto.


En la primera salida a la calle por parte de los vecinos ya se estaba convocando una mesa para resolver el asunto, a la que acudió una representación de los mismos.

Triste imagen la que nos describieron después, ya que a un lado de la mesa estaban luchando por los intereses de los vecinos apenas los dos representantes de éstos, mientras al otro lado, respaldando esta expulsión, estaba el equipo de gobierno del Ayuntamiento con el alcalde, y como no, el edil Pepe del Río, quien no dudó como en él es costumbre, en ningunear nuestras reivindicaciones, diciendo que éramos cuatro gatos cuando en la calle había más de 200 vecinos. Triste que un concejal del Ayuntamiento de Málaga vaya tan mal en matemáticas, aunque seguro que a la hora de recibir sus retribuciones no se equivoca tanto, y si lo hace seguramente será al alza.

Pero si algo fue desconsolador fue como la asociación de vecinos PRISCO se alineaba de parte del equipo de gobierno en la expulsión de los vecinos de los aparcamientos.

En tal reunión y como por arte de magia, en vez de expulsar a los vehículos en su totalidad habían encontrado un espacio para algo más de 150 plazas, compartiéndolo con la grúa municipal, pero no iba a ser suficiente y los vecinos lo teníamos claro o todos o ninguno, no íbamos a aceptar que parte de los usuarios fuesen expulsados sin más a la puta calle, y más aún sabiendo el problema que esto iba a suponer para una barriada que como en la mayoría de nuestra ciudad tienen como gran hándicap la falta de aparcamientos para los vecinos.

Tras la reunión entre vecinos, y con amplia mayoría, se decidió luchar por nuestro parking y no ceder a la presión a la que estábamos siendo sometidos. Todo fue con consenso, pues no puede ser de otra manera, de forma democrática, sin pastores ni rebaños, no como están acostumbrados a actuar nuestros dirigentes municipales, de forma dictatorial y sin importarles la ciudadanía más allá de su voto cada cuatro años.


Y cómo no, pronto empezaron las represalias y los insultos hacia los ciudadanos por parte del Consistorio, con la finalidad de desprestigiar lo que fue una reivindicación pura y dura. Ellos decían que éramos gente de fuera, que veníamos a increpar al barrio, que actuábamos contra el equipo de gobierno más que contra una actuación de éste, incluso que si no tenías coche en el parking no tenías derecho a protestar. Un argumento incoherente más, pues cualquier vecino tiene derecho a protestar, y más viendo las consecuencias de echar a tantos coches a la vía pública con la escasez de aparcamientos que hay. Pronto fue definida como una protesta politizada, pues buscaban cualquier excusa para desprestigiar a los vecinos, algo ruin, decepcionante y vergonzoso por parte de los que dirigen nuestra ciudad. No se podía caer más bajo insultando a los vecinos y a sus familias. Si es verdad que la oposición se preocupó por el asunto, y aunque es su trabajo, los vecinos les agradecimos que pudimos alzar más fuerte la voz, pero es triste que la ciudadanía no sea escuchada como debe ser si no va de la mano a veces de dirigentes políticos.

Los vecinos empezaron una encrucijada que duró alrededor de un mes, pero un mes muy espeso y saturado de reivindicaciones, y siempre poniendo un ojo en el parking y en la expulsión de los vehículos de éste, pues no nos fiábamos y con razón de que nuestros plazas fueran desalojadas con nocturnidad y alevosía.


Cabe recordar el momento que vivíamos, octubre de 2020 plena pandemia del COVID-19 y los vecinos, la mayoría de avanzada edad y aun sabiendo el peligro que corrían, salíamos una y otra vez a reivindicar nuestro bienestar bajo la mirada indiferente en este aspecto de Francisco de la Torre y su séquito.

Al final, como no podía ser de otra manera, el alcalde comprendió que era una locura la expulsión de tal cantidad de vehículos, pues ni La Princesa ni ningún barrio de los alrededores podría albergar a dichos usuarios.

La idea del equipo de gobierno fue algo contradictoria, pues se basaba en relocalizar en dos emplazamientos el total de los vehículos, un en el Carril de la Cordobesa y otro en calle Rufina, éste último un solar propiedad de una empresa privada, por lo que todo el gasto ocasionado al contribuyente caería en saco roto y no daba seguridad, ya que dicha empresa podía empezar sus obras en cualquier momento levantando de nuevo el problema que estábamos viviendo.


Algo contradictorio, pues en otras ocasiones siempre habían puesto impedimentos para realizar actuaciones pedidas por los vecinos de acondicionamiento de solares para paliar la falta de aparcamientos en dichas barriadas, como puede ser el situado en calle Orfila, además, era tirar el dinero, miles y miles de euros en asfaltado, vallado, iluminación, barreras… todo lo necesario para albergar a los vehículos desplazados con total seguridad.

Todo ello, recordamos una vez más, para no mover la grúa municipal de su ubicación actual, una ubicación que en parte no se entendía, pues Málaga con esta actuación es una de las pocas capitales que aun conservan dicho servicio dentro del núcleo urbano.

Pero, por fin los vecinos veíamos una salida y un compromiso, no sabemos hasta cuándo pero de momento todos estábamos ubicados y podíamos dar paso a la obra del Carril de la Cordobesa, obra que sin embargo traería y trae más de un dolor de cabeza una vez más a los vecinos…

(Continuará).