“Como todos sabemos, y a pesar de la que está cayendo, se aprobó un aumento del gasto del alumbrado en 437.700 euros más respecto al año anterior”

OPINIÓN. 
Calles de Málaga. Por Nacho Romera
Vecino comprometido por una ciudad mejor

12/12/22.
Opinión. Nacho Romera, vecino malagueño, en su colaboración habitual para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com escribe sobre el alumbrado navideño: “A mi parecer debería repercutir en todos de una forma más equitativa, no seré cerrado y admito que nuestro centro es el buque insignia de estas fechas y quizás necesite algo más de protagonismo, pero de ahí a llevarse tres cuartas partes del presupuesto un par de calles…

...más que buque insignia es la flota entera”.

Barrios pobres, barrios ricos, también por Navidad

Hoy para empezar mi publicación me gustaría recordar un estudio realizado por Julián Molina y publicado en esta revista, el cual describía la desigualdad de los barrios en zonas verdes según su poder adquisitivo.



Un análisis de la cantidad de zonas verdes públicas y privadas que existen en los distintos barrios de Málaga, en el que se llega a la conclusión de que las áreas con rentas más bajas tienen menos metros cuadrados de zona verde pública por habitante que los barrios más ricos.

En teoría, el Ayuntamiento debería trabajar para que estas desigualdades entre barrios se redujesen, pero cuando tiene oportunidad prefiere fomentar los negocios inmobiliarios que mejorar la vida de los ciudadanos.

Pues así con todo, el Ayuntamiento de nuestra ciudad continúa con sus actuaciones clasistas también por Navidad.

El sentimiento navideño, algo bonito y especial, unas fechas donde muchos intentan aparcar los problemas y por unos días muestran su mejor cara, pero un sentimiento que está siendo prostituido por los dirigentes en nuestra ciudad, y este año si cabe aun más, en forma de precampaña, pensando más en el postureo de cara a las elecciones que en respetar esta tradición, y que Málaga en general se viese envuelta en un ambiente Navideño.

Como todos sabemos, y a pesar de la que está cayendo, se aprobó un aumento del gasto del alumbrado en 437.700 euros más respecto al año anterior.

La concejala de festejos, Teresa Porras, salía al quite con argumentos insostenibles, los cuales se caían por su propio peso. Una de las principales farsas a las que hacía referencia era que dicho alumbrado generaba riqueza, y afirmaba que tal riqueza iba a llegar a más calles.

Algo que es mentira como demostramos, las calles iluminadas vuelven a ser el mismo número que el año anterior.


Y como no, se vuelven a enriquecer los mismos de todos los años, una muestra más de la falta de equilibrio en actuaciones llevadas a cabo en nuestra ciudad con el dinero de todos. A mi parecer debería repercutir en todos de una forma más equitativa, no seré cerrado y admito que nuestro centro es el buque insignia de estas fechas y quizás necesite algo más de protagonismo, pero de ahí a llevarse tres cuartas partes del presupuesto un par de calles… más que buque insignia es la flota entera.

También salía nuevamente al quite Porras acerca del sobre coste energético de este año con el alumbrado malagueño, con expresiones lamentables como “es el chocolate que se come el loro”. Una de dos, o el loro come mucho, o el loro fuma demasiado, pero desde luego son declaraciones bochornosas, cuando hay familias que no pueden hacer frente a ese coste en su día a día, y donde muchas de ellas este año no podrán poner la calefacción.

Qué fácil es gastar lo que no es tuyo, y más si están como siempre los pagafantas de los ciudadanos para hacerse cargo de sus caprichitos.


Como hemos comentado el numero de calles donde llega el alumbrado no ha aumentado, pero si se ha llevado a cabo una de las estrategias de este año preelectoral por parte del equipo de gobierno municipal, llegar a nuevas calles.

Como bien comentan algunos vecinos este año su calle está alumbrada, pero ha sido a costa de otras que si estaban iluminadas el año pasado y este año no hay casi representación navideña. Lo cual nos verifican también vecinos, que este año les toco bailar con la más fea.


Grandes arterias significativas de la ciudad, como es el caso de Héroe de Sostoa, conocida como carretera Cádiz, quedan a oscuras llegada la noche, al igual que barriadas enteras como La Isla o La Princesa, donde el alumbrado navideño ni llego ni se le espera, de este a oeste, de norte a sur, las quejas son constantes.


Quizás muchos piensen que esto sucede por su lejanía con el centro, pero ni siquiera muchos de los barrios cercanos pueden disfrutar y beneficiarse de este ambiente navideño. Tenemos el ejemplo de El Perchel, donde comerciantes dejan claro que eso de incentivar las compras por Navidad, no va con ellos.

Como bien refleja Jesús Sánchez, amigo de cadena SER, no serán el centro, no son calle Larios, pero muchas de sus calles son la entrada natural a la ciudad a quien llegue por la estación de tren. Dicho esto, quizás estos comerciantes no son importantes para nuestros dirigentes, dejando claro lo que comentábamos al principio, sobre un alumbrado clasista en nuestra ciudad.


Y como no podía faltar, algo típico por estas fechas y no por ello menos reprochable, toca vivir el pique en alumbrado que tiene nuestra concejala de festejos, Teresa Porras, con la ciudad de Vigo.


Un pique que llevamos observando en los últimos años de forma perpleja e indignada, muchos ciudadanos no entendemos este tipo de conductas y menos con dinero público de los contribuyentes.

Sentimos nuestra Málaga como una gran ciudad, y quisiéramos más criterio e  incitativas propias, quizás ser el espejo para muchas, pero no estar siempre mirando de reojo a otras, sin menospreciar en absoluto a las demás.


De hecho una población como Vigo, con menor número de habitantes, menor densidad y menor gasto público, le demuestra a nuestra concejala que puede estar a la altura de una gran urbe, e incluso llevar ese espíritu navideño a más zonas de la ciudad, cosa que como hemos comentado, echamos muy en falta en la nuestra.


P.D.: Un año más podemos apreciar como nuestros dirigentes, más allá de pensar en un espíritu navideño y en contentar al máximo número de vecinos posibles, en algo más sostenible y quizás más austero por los tiempos que corren, vuelven a utilizarlo de forma presuntuosa, clasista e importándole poco o nada gran parte de la ciudadanía.

Puede ver aquí otros artículos de Nacho Romera