“Cuantas más armas tengamos, más frágiles somos, porque esas inversiones van en detrimento de la mayoría social, suponen la justificación de menos inversiones en sanidad y en educación, en todo lo que suponga bienestar y justicia social”
OPINIÓN. Compromiso con Andalucía. Por José Antonio Jiménez Ramos
Coportavoz de Iniciativa del Pueblo Andaluz
10/03/25. Opinión. José Antonio Jiménez, docente y coportavoz de Iniciativa del Pueblo Andaluz (IdPA), escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el gasto en armas: “Escuchamos por todos lados que no podemos seguir las ideas perversas de Trump y sus colegas, que la extrema derecha hay que aislarla y es algo compartido en términos generales, pero que a la hora de actuar...
...lo hacemos en el sentido contrario, nos armamos hasta los dientes y asumimos el relato de la extrema derecha. Nos vuelven a ganar la batalla cultural y eso es una rendición en toda regla”.
No se puede ser pacifista a tiempo parcial
El pasado 5 de marzo se conmemoró el Día Internacional para Concienciar sobre el Desarme y la No Proliferación que fue establecido en 2022 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. La proclamación de este día busca fomentar una mayor conciencia y comprensión sobre las cuestiones de desarme y no proliferación, especialmente entre los jóvenes. Esta iniciativa refleja el compromiso continuo de la ONU con los objetivos de desarme multilateral y limitación de armas, esenciales para mantener la paz y la seguridad internacionales” (Véase https://es.wikipedia.org/wiki/).
Un día después, 27 países europeos deciden rearmarse para defender a Europa en general y a Ucrania en particular de los posibles ataques de EEUU y Rusia y proponen una inversión global en armas de 800.000 millones de euros para los próximos años[1]. De manera inmediata Pedro Sánchez declara que España llegará al 2% del PIB de inversión en defensa en el año 2030[2]. Ese 2% supone casi 32.000 millones de euros, en estos momentos España está en el 1,28% del PIB. El aumento en los próximos 5 años de los gastos de defensa en nuestro estado sería de más 11.000 millones de euros.
Perdónenme el uso abusivo de cantidades, que supone un cierto descontrol de la tesis del artículo, pero he creído conveniente trasladar esos datos para comprender la magnitud de lo que supone la subida de inversión en defensa. Porque ello permite entender que esto no es un juego de mesa, hablamos de forma clara de que “políticamente” se desvía una parte del gasto social al gasto en defensa. Es una decisión voluntaria, aunque pueda parecer necesaria por los “riesgos” de la situación actual.
Hay dos cuestiones de fondo, España suscribe el acuerdo para concienciar, sobre todo a la gente joven, de la necesidad del desarme y de la no proliferación de las armas nucleares y quiere conseguir con ello promover el desarme de todos los países y la limitación de armas, porque ello sirve “para mantener la paz y la seguridad internacionales” y segunda cuestión contraria a la primera, hay que subir la inversión en defensa porque nuestra democracia está en riesgo y porque además así nos lo pide nuestros colegas occidentales y eso es “santa palabra”. Por eso decía que no se puede ser pacifista a tiempo parcial, o se es o no se es, no hay medias tintas.
Algunas dirán “eso es una ingenuidad porque la realidad es la que es y nos obliga” y yo les digo que desde el momento que asumo esa posible ingenuidad, puedo perfectamente defender que invertir en armas es el camino contrario a ser pacífico, lo ha dicho la propia Asamblea de las Naciones Unidas que seguramente es parte de la ingenuidad imperante que busca ser pacifista en realidad. Y yo añado ¿qué clase de seguridad damos a nuestras sociedades aumentando la inversión en defensa?
Cuantas más armas tengamos, más frágiles somos, porque esas inversiones van en detrimento de la mayoría social, suponen la justificación de menos inversiones en sanidad y en educación, en todo lo que suponga bienestar y justicia social. Es tan así que algo que le gusta decir actualmente a nuestra clase dirigente, se convierte en un boomerang maldito. Escuchamos por todos lados que no podemos seguir las ideas perversas de Trump y sus colegas, que la extrema derecha hay que aislarla y es algo compartido en términos generales, pero que a la hora de actuar lo hacemos en el sentido contrario, nos armamos hasta los dientes y asumimos el relato de la extrema derecha. Nos vuelven a ganar la batalla cultural y eso es una rendición en toda regla.
Es preciso ser más utópico porque si no la realidad nos disuelve. Es el momento de trabajar más y con más recursos por la igualdad de las personas, por elevar el bienestar en el conjunto de nuestro planeta. ¿Cómo se puede defender el rearme en estos momentos cuando las desigualdades entre países es cada vez mayor? Les han cambiado el objetivo, por muchos paños calientes que les pongamos. Nuestra ingenuidad es una fuerza frente al entreguismo de los gobiernos europeos, en general y del español en particular. El pacifismo es algo más que una palabra conocida, es la base de una mejor vida para todas y todos. Seamos realistas, luchemos por la paz verdadera.
Puede leer aquí anteriores artículos de José Antonio Jiménez
[1] https://www.rtve.es/noticias/20250306/union-europea-acuerda-plan-rearme-europeo-apoyo-ucrania-sin-hungria/16480039.shtml
[2] https://www.eldiario.es/internacional/gobierno-abre-puerta-acelerar-aumento-gasto-defensa-llegar-2-2029_1_12111032.html