Al sector de la vivienda turística no hay que tenerle “más respeto”. A la vivienda turística hay que limitarla y regularla estrictamente. Porque sus consecuencias son gravísimas para la ciudadanía malagueña

OPINIÓN. El templo inacabado. Por Manuel Ares
Suaviter in modo, fortiter in re


14/02/23. Opinión. El militante de Adelante Andalucía, Manuel Ares, en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com escribe sobre las viviendas turísticas: “Hace unos días conocíamos el dato de que hay más viviendas turísticas que población en el Centro de Málaga. El problema es cada vez más evidente, al punto que hasta al alcalde le ha dado por pronunciarse, arguyendo que él es favorable a regular...

...la vivienda turística, pero que le falta el marco legal autonómico para hacerlo…”.

Málaga, ciudad en venta

Hace unos días conocíamos el dato de que hay más viviendas turísticas que población en el Centro de Málaga. El problema es cada vez más evidente, al punto que hasta al alcalde le ha dado por pronunciarse, arguyendo que él es favorable a regular la vivienda turística, pero que le falta el marco legal autonómico para hacerlo… ¿Os acordáis de aquel Paco de la Torre que gritaba a los cuatro vientos los tremendos y fastuosos males que la “Junta de Andalucía” producían a Málaga? ¿Qué ha pasado con todo aquello? ¿No será que ahora quien gobierna la Junta de Andalucía es su partido y, por tanto, esa defensa férrea y a ultranza de los ‘intereses’ de Málaga se han diluido? ¿Por qué no alza la voz y se dirige directamente al señor Juan Manuel Moreno Bonilla y le exige un marco legal para regular la vivienda turística? No será porque al señor Moreno Bonilla no le guste legislar, aunque suele ser más proclive a hacerlo para regular regadíos ilegales que profundizan la desertificación de Andalucía o para privatizar de forma enmascarada la Sanidad pública.

La cuestión es que, pese a la tibieza de la postura del señor De la Torre (porque mira que ha sido suavón y únicamente se ha visto forzado a posicionarse porque cada vez más la ciudadanía malagueña es consciente de las nefastas consecuencias de un mercado de vivienda turística absolutamente salvaje y desregulado), el sector de “alojamientos turísticos” ha mostrado su “malestar e indignación” y exigen “más respeto” al alcalde. Su argumento es que el impacto económico de la vivienda turística es de 398 millones de euros y, por tanto, hay que respetarlo.

Pero, ¿de qué cojones están hablando? ¿Impacto económico para quién? Pocos sectores son más improductivos que el de la vivienda turística. Porque sí, no soy fan del sector hotelero, un sector plagado de casos de explotación laboral y malas condiciones de trabajo -véase las camareras de piso-, que también profundiza en muchos casos en la destrucción de patrimonio histórico, la gentrificación o el monocultivo del sector turístico, pero al menos tienen un sector laboral, tienen una regulación a la que atenerse y unas condiciones que cumplir. Existen trabajadores del sector hotelero que, aunque mal, tienen sus trabajos en regla y pueden llegar a luchar por mejores condiciones a través del conflicto laboral y la negociación. El sector de la vivienda turística (cuando está ésta regularizada, porque el descontrol tan absoluto que existe respecto a ella no ha sacado aún la inmensa cantidad de vivienda turística que no se encuentra regularizada) únicamente deja ingresos en quien arrienda su vivienda temporalmente, a lo más, dejará unos euros en negro a quien busquen para limpiar la casa tras uno -o varios- usos. Pero nada más.


¿Se refieren al dinero que gasta el turista al consumir en la ciudad? El consumo se daría igualmente con un mercado regulado y limitado, priorizando la instalación hotelera (porque, reitero, aunque sigue sin ser un modelo deseable, al menos existen trabajadores, empleo, convenios laborales, condiciones de trabajo, es un mercado que puede regularse con mayor facilidad etc. lo cual sí repercute en mayor medida en la vida de los malagueños) y limitando la vivienda turística. Los únicos beneficiados por la vivienda turística son aquellos que sacan dinero a espuertas con una inversión moderada, con las consecuencias tan nefastas que producen en el mercado de la vivienda y la imposibilidad de acceso a ella por los malagueños.

No, al sector de la vivienda turística no hay que tenerle “más respeto”. A la vivienda turística hay que limitarla y regularla estrictamente. Porque sus consecuencias son gravísimas para la ciudadanía malagueña, y no podemos estar destrozando la vida de cientos de personas a costa del ingente beneficio de unas pocas. No sólo eso, sino que hay que ir más allá, y la vivienda turística tendría que ser posible prohibirla en las comunidades de vecinos. Porque hablamos de las consecuencias devastadoras en el acceso a la vivienda, pero también hay unas consecuencias demoledoras en el día a día de muchos vecinos que sufren la presencia de una -o varias- viviendas turísticas en su edificio. Que rompen completamente con su derecho al descanso, a una vida tranquila y a disfrutar de su espacio en el mundo (su casa). El derecho a vivir nuestra ciudad a todos los niveles, empezando desde nuestra casa a nuestros barrios y nuestras calles.

La vivienda turística es un problema que atraviesa muchas facetas del día a día de nuestra ciudad, y es por ello que es urgente intervenir su mercado. Porque lo que está en juego es la viabilidad de la ciudadanía malagueña de vivir -en- su propia ciudad.

Luego, señor De la Torre, aunque ambos sabemos que está usted en precampaña y va a decir lo que haga falta para contentar a las cada vez mayores capas de su propio partido que están sufriendo incluso en sus propias carnes los efectos negativos del modelo de ciudad que usted está implementando, la realidad es que no va a mover un sólo dedo por regular y limitar este mercado devorador. Ha perdido usted toda la contundencia y beligerancia con la que decía enfrentarse a la Junta por los “problemas” de Málaga, desde que está su partido en la Junta es un corderito dócil. Y lo peor es que, en vez de tanto vociferar en otros tiempos, ahora lo tiene tan fácil como pegar un telefonazo a su compañero y amigo Juan Manuel Moreno Bonilla y plantarse en esta cuestión. No lo hará, porque a usted la vivienda turística se la trae al pairo, porque a usted los problemas de vivienda no le afectan, y sabe que con declaraciones vacías calmará a más de un intranquilo en sus propias filas el tiempo suficiente para ganar otra vez las elecciones, y entonces seguir profundizan en este modelo de ciudad suicida al que nos tiene abocados.

Málaga se merece otra cosa, y el reinicio va a llegar.