“Celebrando sus 25 años de Paz particulares, Never Ending Paco. Su pontificado malacitano será sin duda recordado durante décadas”
OPINIÓN. El Blues de la señora Celie. Por Ainhoa Martín Rosas
Licenciada en Sociología y diseñadora, @aimaro6
06/05/25. Opinión. Ainhoa Martín, socióloga y diseñadora (AQUÍ), en esta colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com escribe sobre la campaña de Franco “25 años de paz”: “Consistía en el summum publicitario de la época: exposiciones, festivales, concursos, publicaciones, estrenos cinematográficos… todo para dar una imagen moderna del país. Como colofón, el kit de dopamina patrio...
...nos obsequió en nuestra querida Málaga con una barriada en la Carretera de Cádiz, de nombre homónimo, en 1965: Vender como un éxito el drama de un país nunca fue tan fácil”.
25 años de paz
En estos tiempos intensos en que nos ha tocado vivir, en los que la paz es un raro y breve privilegio, duran las noticias lo mismo que un suspiro con respirador artificial: Del apagón del siglo al robo de cobre más intempestivo, la actualidad no deja espacio al sosiego, y nuestro cerebro surfea las olas intercaladas de dopamina y cortisol como buenamente puede, al hilo de las noticias, de aquellos que se dejan la piel en vendernos la moto: Como dijo Drexler: “Todo el mundo intentando venderte algo. Intentando comprarte. Queriendo meterte en su melodrama. Su karma, su cama, su salto a la fama”... shhh
A veces envidio el comodín del público de los creyentes, benditos ellos, porque tienen respuestas a las mil preguntas que yo me hago, y sospecho que en su interior hallan a menudo bastante más paz de la que yo tengo, solo interrumpida por el propio ciclo de la vida cada vez que fallece un papa y, a pesar de su santidad, su terrenal cuerpo pide tierra y es necesario elegir a otro. Un rito sagrado y antiguo que no siempre fue como actualmente lo conocemos.
La palabra cónclave (habitación cerrada con llave) encierra (jeje) el significado de un proceso que, en el año 1628, en Viterbo (Italia), no se parecía en nada al actual, mucho más cercano a un eterno congreso del bienestar que a una ceremonia seria y perfectamente trabada. Durante 33 meses, los cardenales, que entonces no tenían reglas a las que atenerse, deambularon por la ciudad (sí, podían salir) sufriendo presiones de todo tipo de intereses, para reunirse diariamente y no llegar al deseado consenso democrático de estar de acuerdo en el candidato adecuado. Algo así como nuestros políticos cuando no son capaces de pactar en la fase de consulta Real y propuesta de candidato para elegir Gobierno.
Desesperadas, las autoridades civiles viterbenses, decidieron al año y medio del comienzo, encerrar a todos los congregados bajo llave en su palacio papal, racionándoles la comida y desmontando el techo del edificio para exponerles a las inclemencias del tiempo (cuentan las malas lenguas que utilizaron sus sagradas vestiduras para formar improvisadas “tiendas de campaña”). El balance de este salvaje “Gran Hermano Santo Padre Edition” fue de dos cardenales enfermos y uno fallecido, poca broma.
Ante semejantes condiciones, se esmeraron sus excelencias en elegir como sustituto a Gregorio X, quien, haciendo suyo el lema, "a más incomodidad, más velocidad", definió con precisión los límites que habrían de regir los procesos selectivos en años venideros, con una lógica aplastante: los electores serían encerrados bajo llave —del latín cum clave—para sortear las presiones externas, y la comida se reduciría cada cuatro días hasta que nombraran a un nuevo pontífice. A partir del tercer día, se daría una sola comida y desde el octavo, a pan y agua.
Es curioso que tras semejante pollo (3 años de proceso selectivo) el pontificado de Gregorio X sólo duró cinco años, vamos, que la cosa no salió a cuenta, pero la vida es así, y a veces hay gente que viene para quedarse y se va en un suspiro, y otra que supuestamente llega para un rato y después no hay manera de que se vaya ni con agua caliente.
Por ejemplo, si el general Sanjurjo no hubiera sufrido un accidente de avión durante el despegue para viajar a la zona sublevada, Franco quizás no habría liderado al bando nacional en el golpe de Estado, y puede que no hubiéramos sufrido el franquismo, evento del que se regocijó durante mucho tiempo, 25 años en concreto, hasta que decidió que la imagen pública le pasaba factura en el mundo y era el momento de iniciar una campaña publicitaria a lo grande, a la que llamó “25 años de Paz”, y que funcionó a la perfección, como cuando se hunde un crucero, y la compañía cambia de nombre y logotipo, y santas pascuas, a saturar al personal con anuncios en la tele para que vuelvan a comprar cruceros como locos.
“25 años de paz” consistía en el summum publicitario de la época: exposiciones, festivales, concursos, publicaciones, estrenos cinematográficos… todo para dar una imagen moderna del país. Como colofón, el kit de dopamina patrio nos obsequió en nuestra querida Málaga con una barriada en la Carretera de Cádiz, de nombre homónimo, en 1965: Vender como un éxito el drama de un país nunca fue tan fácil. Parecía que no, pero gracias a un accidente de avión, el dictador celebraba 25 años en el poder…
Igualmente, yo no daba un duro por él, que llegó gracias a una carambola, tras mil renuncias al poder de un Ministerio a cualquier periodista que le ofreciera un canutazo de su predecesora, Celia Villalobos, pero ahí está, celebrando sus 25 años de Paz particulares, Never Ending Paco. Su pontificado malacitano será sin duda recordado durante décadas por aquellos que se han visto beneficiados por sus numerosas bulas papales, y odiado por los que se han visto discriminados en el entorno de su Vaticano particular. Pero una cosa está clara: Publicidad toda la del mundo, barriadas las justas…
Ahora, digo yo que… las V.P.O. en los barrios, el tren litoral, los carriles bici decentes, el metro al PTA y al Palo, el Auditorio del Puerto o la solución de Los Asperones, y tantos y tantos entuertos, no disponen ya de mucho tiempo de espera. A veces, a una le gustaría sacar a la viterbense que lleva dentro, y encerrar, con clave, a todos los ediles en La Casona bajo el lema "a más incomodidad, más velocidad". Sabias y santas palabras, Papa dixit…