“El aumento del precio de la vivienda empobrece a la ciudadanía malagueña, ya que disminuye la renta disponible. Esto ha provocado que, en lo que va de año, se hayan producido casi 700 desahucios, mientras que las personas sin hogar son cada vez más jóvenes”
OPINIÓN. Por Gonzalo Fuentes
Desde mi rincón de la Desembocadura del Guadalhorce
06/11/24. Opinión. Gonzalo Fuentes, histórico sindicalista de CCOO en Hostelería y Turismo, escribe en su primera colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre la manifestación de este sábado por el derecho a la vivienda y contra la turistificación, la especulación y la precarización de nuestros barrios: “La actitud de los empresarios y partidos políticos de derechas se limita...
...solo a quejarse de la falta de personal en la hostelería, sin analizar el contexto en el que se está viviendo. Solo quieren personal para trabajar, no para vivir dignamente en nuestras ciudades”.
Málaga para vivir, no para especular
Es hora de actuar: frenar la compra especulativa y bajar los alquileres. Casas para vivir, no para especular. Por eso, el 9 de noviembre, el movimiento Málaga Para Vivir convoca una gran movilización por el derecho a la vivienda y contra la turistificación, la especulación y la precarización de nuestros barrios, como ya lo hicimos el 29 de junio.
El aumento del precio de la vivienda empobrece a la ciudadanía malagueña, ya que disminuye la renta disponible. Esto ha provocado que, en lo que va de año, se hayan producido casi 700 desahucios, mientras que las personas sin hogar son cada vez más jóvenes.
En este sentido, comparto y apoyo la movilización y manifestación que se llevará a cabo el 9 de noviembre en Málaga. Es evidente que los alquileres son impagables porque los salarios están perdiendo poder adquisitivo, especialmente debido al incremento del coste de los alquileres y de las hipotecas de quienes compraron una vivienda. Con este modelo de turistificación, los barrios están siendo desmantelados, expulsando a los vecinos más vulnerables, y el centro histórico se está convirtiendo en parques temáticos y en un comedor lleno de mesas y sillas.
En Málaga capital y la Costa del Sol, en particular, la situación es aún más grave debido a la turistificación. Es importante aclarar que la turistificación no es turismofobia. No estamos en contra del turismo, como afirman los dirigentes del PP y las patronales cuando nos oponemos a este modelo turístico insostenible que está expulsando a los vecinos. La turistificación está provocando, sobre todo, el crecimiento exponencial de las viviendas turísticas en Málaga y sus barrios, así como en todas las localidades de la Costa del Sol, debido a la falta de regulación tanto en la ciudad como en los principales municipios de la zona. En la provincia de Málaga se ha pasado de 31.736 viviendas turísticas en febrero de 2021 a 41.038 en febrero de este año. A diferencia de otras ciudades españolas, como Barcelona, Donostia o Palma de Mallorca, donde ya se ha implantado una moratoria y se han limitado temporalmente las licencias de viviendas turísticas y estas no han aumentado, en Málaga y Andalucía no ha habido ninguna medida similar.
Por ello, considero que una de las principales reivindicaciones debe ser la implementación de una moratoria sobre las viviendas turísticas, así como la promoción de un modelo turístico más sostenible y socialmente responsable, que genere empleo de calidad y mejores salarios. Otra medida necesaria es la instauración de una tasa turística para los visitantes, de manera que lo recaudado repercuta en mejores infraestructuras para las ciudades y en la mejora de la vida de los residentes. Los ciudadanos también deben notar que los beneficios del turismo aportan a la economía local.
En definitiva, necesitamos un cambio radical en el modelo inmobiliario y turístico de la Costa del Sol, que implique una política de viviendas con alquileres asequibles, evitando la expulsión de muchas personas de la ciudad.
La actitud de los empresarios y partidos políticos de derechas se limita solo a quejarse de la falta de personal en la hostelería, sin analizar el contexto en el que se está viviendo. Solo quieren personal para trabajar, no para vivir dignamente en nuestras ciudades. Además, se quejan de la falta de mano de obra, cuando lo que realmente faltan son derechos laborales, el cumplimiento de los convenios colectivos sectoriales, salarios decentes y que los empresarios asuman parte del coste de las viviendas de los trabajadores, hasta que haya alquileres accesibles en relación con los salarios.
Por todo esto, nos vemos el 9 de noviembre en las calles, luchando por una Málaga para vivir, no para especular.
#MálagaParaVivir
#NosQuedamos