“Sobre el papel, era un espacio modélico. En la realidad, es un solar lleno de coches, escombros, basura, jeringuillas y preservativos. Se ha convertido en un refugio para el consumo de drogas y la prostitución”

OPINIÓN. Por Gonzalo Fuentes
Desde mi rincón de la Desembocadura del Guadalhorce


13/03/25. 
Opinión. Gonzalo Fuentes, histórico sindicalista de CCOO en Hostelería y Turismo, escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el parque de Arraijanal: “Allí debería encontrarse el futuro Parque Metropolitano de Arraijanal, una promesa que lleva más de 14 años acumulando retrasos, excusas presupuestarias y falta de voluntad política. Lo que podría haber sido un gran pulmón...

...verde junto al Paraje Natural de la Desembocadura del Guadalhorce y el antiguo Campamento Benítez sigue siendo, a día de hoy, un terreno abandonado”.

Arraijanal: El parque que nunca llega

La parcela de Arraijanal, en Málaga, abarca unas 54 hectáreas y es el último gran espacio sin urbanizar del litoral malagueño. Sobre el papel, allí debería encontrarse el futuro Parque Metropolitano de Arraijanal, una promesa que lleva más de 14 años acumulando retrasos, excusas presupuestarias y falta de voluntad política. Lo que podría haber sido un gran pulmón verde junto al Paraje Natural de la Desembocadura del Guadalhorce y el antiguo Campamento Benítez sigue siendo, a día de hoy, un terreno abandonado.


Un proyecto prometedor que nunca se materializó

Ubicado entre Guadalmar y el Parador de Golf, el proyecto prometía un parque autosuficiente, con vegetación de bajo mantenimiento, pasarelas de madera hacia la playa, carriles bici y un jardín arqueológico para preservar los restos de una villa romana.


Sobre el papel, era un espacio modélico. En la realidad, es un solar lleno de coches, escombros, basura, jeringuillas y preservativos. Se ha convertido en un refugio para el consumo de drogas y la prostitución, en lugar de ser el gran espacio natural que Málaga necesita.

Un parque fantasma y una academia opaca

Hace años, la Junta de Andalucía presentó un diseño elaborado por el estudio Buró4. Sin embargo, más allá de los renders y las notas de prensa, lo único tangible que se ha construido en Arraijanal es La Academia del Málaga C.F., que ocupa parte de los terrenos inicialmente reservados para el parque.

Mientras la ciudad deportiva avanza, con dos fases completadas y una tercera aún pendiente —que promete incluir una residencia para alumnos y directivos—, el parque sigue en el limbo, atrapado entre la opacidad y la burocracia.

Ni el PSOE, cuando gobernaba la Junta, ni el PP desde 2018 han priorizado su desarrollo. Año tras año, los presupuestos autonómicos han destinado cantidades irrisorias al proyecto, insuficientes incluso para instalar bancos o farolas.

Promesas políticas y excusas financieras

El argumento recurrente ha sido la falta de financiación europea. Inicialmente, el parque iba a beneficiarse de fondos del programa 2014-2020, pero la falta de acuerdo entre la Junta y el Ayuntamiento de Málaga hizo que se perdiera esa oportunidad.

La excusa: el PSOE gobernaba la Junta y el PP el Ayuntamiento, y los intereses partidistas pesaron más que el bien común.


Cuando en 2018 el PP ganó las elecciones autonómicas, el presidente Juanma Moreno relanzó el proyecto “a bombo y platillo”, asegurando que se ejecutaría con fondos europeos del periodo 2021-2027. Sin embargo, hasta la fecha, no se ha movido una piedra.

Por su parte, el alcalde Francisco de la Torre, que antes culpaba a la Junta socialista del bloqueo, incluyó el parque en su programa electoral, asegurando que apoyaría su desarrollo junto a la administración autonómica. Pero, ¿qué ha cambiado realmente? Nada. A pesar de que el PP gobierna con mayoría absoluta en ambas instituciones, el proyecto sigue estancado y Arraijanal sigue siendo una idea más que una realidad.

Una historia de despropósitos

Desde el inicio, la historia de Arraijanal ha sido un cúmulo de decisiones erráticas. El Ayuntamiento de Málaga desembolsó más de 50 millones de euros en derechos urbanísticos para adquirir los terrenos y desbloquear el PGOU. Luego, la Junta modificó el plan original para ceder parte del suelo al Málaga C.F., permitiendo que el jeque Abdullah Al Thani construyera su academia en el último tramo de litoral malagueño sin urbanizar, a pesar de que se le habían ofrecido terrenos alternativos en Churriana o Puerto de la Torre.

Esta decisión ha tenido un impacto negativo en los vecinos de Guadalmar. La construcción de la academia ha implicado:

-Tala de árboles centenarios
-Saturación del tráfico, con una única salida a la autovía
-Contaminación lumínica, debido al exceso de iluminación en los campos de fútbol
-Ruidos constantes, que dificultan el descanso de los residentes

Mientras tanto, el futuro Parque Metropolitano de Arraijanal sigue acumulando polvo en los despachos.

¿Qué futuro le espera a Arraijanal?

A día de hoy, el Parque Metropolitano de Arraijanal parece más una quimera que un proyecto real. Málaga ha perdido una oportunidad única de dotarse de un gran espacio natural en su litoral, algo que otras ciudades han sabido aprovechar con visión de futuro.

Si la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga no toman de una vez por todas la decisión de impulsar este proyecto, Arraijanal seguirá siendo el símbolo de una ciudad que sueña con grandes infraestructuras pero que, a la hora de la verdad, las deja en el cajón del olvido.

Mientras tanto, las vecinas y vecinos, representados por la Asociación Vecinal ALMAR, han incidido en estos últimos años ante el distrito en el consejo territorial y con las concejalías para que:

-Se mantenga limpio el paraje
-Se impida la circulación de vehículos por el interior, que degradan la zona e impiden que los animales prosperen o vivan

En definitiva, Arraijanal necesita una solución inmediata:

-Creación del parque marítimo terrestre, para el ocio y disfrute de la población malagueña y sus visitantes
-Educación ambiental y arqueológica, para dar valor a su riqueza natural e histórica
-Protección y sostenibilidad medioambiental, para garantizar su conservación

Mientras tanto, urge inversión en protección, limpieza, mantenimiento y vigilancia, para evitar que el paraje siga siendo un vertedero o una pista de coches.