OPINIÓN. Lecturas impertinentes. Por Paco Puche
Librero y ecologista


13/12/12. Opinión. “Habría que, o bien poner una querella contra el Ayuntamiento de Mijas, o bien poner los hechos en conocimiento de la Fiscalía, para ejercer un control social ejemplarizante, y en bien de las futuras víctimas de la irresponsabilidad y la ignorancia”, estima Paco Puche en esta colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com en la que desgrana lo ocurrido con la demolición en el aljibe elevado de la urbanización Calypso de Mijas.

La Uralita y el mito de Calipso. Un presunto delito contra la salud pública, el medioambiente y los trabajadores del Ayuntamiento de Mijas

Calipso, (palabra de origen griego): la que oculta la verdad.

EN la mitología griega, Calipso es un personaje de la Odisea que trata de retener a Ulises en la isla Ogigia prometiéndole la inmortalidad y la eterna juventud (las dos grandes aspiraciones de la humanidad) y, a pesar de ello, prefiere el seducido volver con su Penélope.

POR ello, tanto por su etimología cuanto por su historia, Calipso, es un nombre muy apropiado para unirlo al amianto o asbesto, conocido vulgarmente como uralita. En efecto, el amianto, después de más de cien años de uso industrial y doméstico, sigue siendo un gran desconocido (el oligopolio industrial mundial, se ha constituido en lobby desde 1929, y ha conseguido complacientemente mantener en la ignorancia a la población, a sus técnicos  y a sus políticos). Con el amianto, como con Calipso, se oculta la verdad sistemáticamente.

TAMBIÉN
con el amianto se ha prometido la “eternidad” de sus productos. De hecho la marca y el  nombre del holding mundial han llevado la denominación de Eternit. También, qué casualidad, la voz latina amiantus significa “incorruptible”, inmortal, o como en Homero, fiel.

CALIPSO, por todo lo visto, era un buen nombre para unirlo con el amianto, y así ha sido en un rincón de la Costa del Sol, en donde se bautizó con el nombre de Torre Calypso a un edificio de siete plantas que albergaba 14 depósitos de amianto-cemento, sus correspondientes tuberías y placas aislantes del mismo material, que daban agua a las urbanizaciones próximas a la citada torre. El conjunto data de 1976 y el Ayuntamiento de Mijas acaba de proceder a su demolición. Por las buenas. Como se puede ver por la foto, entre la torre y los edificios apenas median unos 20 metros.


Relato somero de los hechos

EL pasado 20 de noviembre, martes, se inician los trabajos de demolición en el aljibe elevado de Calypso. Ante este hecho algunos sindicalistas exigen que se persone en la obra algún personal técnico en prevención del ayuntamiento, sin conocer en esos momentos la existencia del amianto-cemento en el mismo. Como esto no da ningún resultado dos días después se personan en la misma y logran paralizar la obra hasta el 27, y a partir de este día  una empresa privada hace una demolición rápida de la torre. Lo que descubren los sindicalistas es que antes del 20, cuando empieza la demolición, sus  compañeros de trabajo, empleados en el ayuntamiento, habían retirado los depósitos de amianto-cemento.  Estos eran  un total de 13 de los cuales nueve salen intactos pero cuatro de elllos “dado que tenían alguna fisura, al ser sujetos con la eslinga ceden a la presión y se fracturan, siendo reducidos a elementos menores con herramientas manuales … lo que provoca la friabilidad [pulverización] del fibrocemento” ([1]). El resto de amianto bien pudo caer en la fase de demolición rápida que vino después.

LOS empleados municipales que retiraron los depósitos antes del día 20, al proceder a hacerlo, descubren que se trata de uralitas y motu proprio, fueron por medios de protección elementales (mascarillas y monos de plástico). Los desechos se desconocen a donde han ido a parar pero el alcalde de Mijas, en el pleno que se celebra posteriormente, manifiesta  que los depósitos que han salido ilesos serán colocados en la sierra para el goteo de las reforestaciones que se están realizando, para ayudar al objetivo del déficit. Los sindicatos, ante tamaño disparate, denuncian al ayuntamiento tanto a la policía municipal, cuanto a la Inspección de Trabajo y exigen que se reúna urgentemente la Comisión de Seguridad y Salud. Por su parte el grupo municipal Alternativa Mijeña y los Verdes piden en el pleno el cese del concejal de servicios operativos José Manuel Muñoz.

CURIOSAMENTE, mientras el alcalde del Partido Popular (PP) de Mijas defiende que el manejo con amianto por parte de los empleados municipales ha sido el adecuado, cuando vemos que no ha sido así, en Lugo, por esas mismas fechas (30.11.12), el grupo municipal del PP en la oposición denuncia al ayuntamiento “porque adjudicó reparaciones de averías de tuberías de fibrocemento a empresas no autorizadas… y considera una temeridad que el gobierno local se salte, sin más, la ley” ([2]).

Unas notas didácticas sobre amianto/uralita para uso del ayuntamiento de Mijas

SOBRE la peligrosidad del amianto en todas sus versiones (blanco, azul o marrón) ya no cabe la menor duda. La Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha manifestado inequívocamente: “En el mundo hay unos 125 millones de personas expuestas al asbesto en el lugar de trabajo. Según los cálculos más recientes de la OMS, la exposición laboral causa más de 107 000 muertes anuales por cáncer de pulmón relacionado con el asbesto, mesotelioma y asbestosis. Se calcula que un tercio de las muertes por cáncer de origen laboral son causadas por el asbesto. Además se calcula que cada año se producen varios miles de muertes atribuibles a la exposición doméstica la asbesto”[3]. Si tenemos en cuenta que la exposición fuera del trabajo (doméstica y ambiental) representa cerca de un 30% del total, la cifra se eleva a unas 142.000 muertes por amianto en el mundo, cada año, y así al menos hasta 2030 en caso de que en este momento hubiese una prohibición mundial de extracción y uso. Como esto no es así, y al día de hoy más de 125 países (que representan 3/4 de la población mundial) aún no tienen esta prohibición, habrá que añadir más años de muertes y sufrimientos.

EL alcalde de Mijas, en su intervención en le pleno de la Torre Calypso, decía ufano que aquellos depósitos llevaban 38 años instalados y la gente no se moría de cáncer; que él mismo había bebido de aquellas aguas pues había vivido en aquella urbanización y estaba tan sano (pero algo advertido, añadía: “toquemos madera”).

EN efecto, han de tocar madera tanto los trabajadores que han desamiantado, como los habitantes de las urbanizaciones próximas a la torre, como los que han bebido tantos años de esas aguas (aunque con la ingestión, de momento, no hay concluyentes evidencias de exceso de cancerigenidad). La razón es bien sencilla: al tratarse el amianto de una cancerígeno clasificado por la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC) como de tipo I, implica que no hay dosis pequeña, que para algunos, no para todos, una pequeña exposición al amianto puede dar lugar, después de muchos años, a una de esas tres enfermedades tremendas del amianto: la asbestosis, el cáncer  de varios tipos y el mesotelioma. Por ello en la Directiva europea 2009/148/CE, de 30.11.2009 sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición al amianto, se dice que: “Los conocimientos científicos actualmente disponibles no permiten establecer un nivel por debajo del cual los riesgos de salud no existan, únicamente reduciendo la exposición al amianto se disminuirá el riesgo de enfermedades”. Ni que decir tienen que exposiciones mayores y continuadas elevan el riesgo enormemente.

LO tremendo del mito de Calipso como con el amianto, es que “oculta” el daño. Es lo que en la terminología profesional se llama “periodo de latencia”, que es el tiempo que media entre la primera exposición y la aparición de alguna enfermedad grave. En el caso del amianto éste va desde 20 años a 50 años. O sea que un niño que a los 10 años haya estado expuesto al amianto, puede desarrollar un mesotelioma, cuando cumpla los sesenta. Por esta razón, aunque en todos los países europeos el amianto está prohibido desde los años 90 (lo que no quita para que lo importemos incorporado a productos fabricados en China u otros países), seguirán cada año muriendo cada vez más gente, hasta alcanzar un pico o máximo en 2020 para luego descender. Para 2030 se calcula que 250.000 hombres morirán de mesotelioma en solo seis países de Europa Occidental (Suiza, Italia, Francia, Alemania, Gran Bretaña y Holanda) ([4]). Si tenemos en cuenta que el número aproximado de muertes por cáncer de pulmón es dos veces el de mesoteliomas, y añadimos las asbestosis y otras enfermedades del amianto, elevar esa cifra a  cerca de un millón de muertes por el amianto ya prohibido,   en esos seis países, no es exagerada. Queda el resto del mundo a añadir, y quedan las mujeres que también mueren por el amianto por causas ambientales. Las cifras globales de 10 millones muertes por lo que hasta ahora hemos usado, no son tampoco exgeradas. Para España estas cifras, por las exposiciones pasadas, se calcula que llegarán a más de 40.000 muertes considerando todas las enfermedades del amianto. Un epidemia, un genocidio, una catástrofe silenciosa… y silenciada. Se dice que el amianto es la mayor tragedia industrial de toda la historia de la humanidad, mayor que Bhopal o Chernobil.

Acerca del desamiantado

NO
hay dosis pequeña segura. Algunos pacientes de mesoteliomia (ese cáncer tremendo, específico de la exposición al amianto,  que no se cura y que da la cara una docena de meses antes de ser fatal) ni siquiera recuerdan cuando y dónde estuvieron expuestos. Han pasado tantos años, y la causa de su mal se debe a mera contaminación esporádica o ambiental, que no saben. Esto explica en parte  de la epidemia del cáncer no pare de crecer: hay suelto un enemigo mortal, invisible y mentiroso que es factor casual de muchas enfermedades… y que las autoridades y las empresas no quieren reconocer por lo que les costarían las indemnizaciones.

A esas múltiples planchas de uralita y a esos omnipresentes depósitos que vemos cohesionados y compactos, les basta un golpe, un corte, un deterioro progresivo para convertir lo sólido en millones de fibras del tamaño de varias micras (la micra es la cienmilésima parte de un milímetro: ni se ve, si se oye, si se entiende). Esas fibrillas indestructibles, que solo ve el microscopio electrónico, son las que se inhalan o ingieren y van y se afincan en el interior de los órganos de todos los seres vivos, dando lugar con el tiempo  a las graves enfermedades ya conocidas.

POR todo ello, y después de una batalla campal librada durante muchos años en Europa, Australia, y otras partes del mundo, por las víctimas y algunos sindicatos, se está dando lugar a la prohibición progresiva y a que los trabajos de desamiantado estén sujetos a legislaciones y reglamentos rigurosos.

PORQUE también queda mucho amianto instalado, basta con mirar depósitos, tuberías y tejados ondulados para percatarse que el enemigo anda suelto. La mayor parte de los  2,6 millones de toneladas importadas en el siglo XX, en España.  A veces instaladas en los lugares más inapropiados como en guarderías, colegios y hospitales. Curiosamente, de nuevo, mientras el PP de Mijas cumplía su promesa electoral de  erradicar la Torre Calypso (probablemente no sabía de qué hablaba), sus colegas del PP en la Comunidad Valenciana, a través de su Consellería de Educación, se negaban a retirar una cubierta de uralita de un IES de la comarca que se había hundido al peso de tres jóvenes que se subieron para podar una enredadera. “Los bomberos acudieron y regaron la zona para evitar que el polvo del amianto, altamente tóxico y cancerígeno, quedara en suspensión” ([5]). La citada Consellería había alcanzado un acuerdo con CCOO, antes de la crisis, para retirar el amianto de los colegios…

EL trabajo con la inmensidad del amianto instalado requiere para su manejo de fuertes medidas de seguridad para los trabajadores y para los demás ciudadanos. Las condiciones  que rigen en España vienen recogidas en el decreto 396/2006 y en la Directiva Europea 2009/148/CE. Excepto para casos de pequeñas intervenciones en amianto no friable (no desmenuzable) como hacer mediciones por ejemplo, rige en todos los demás casos. Como en  el de la Torre Calypso, al que habría que haber aplicado los exigentes protocolos de planeación, señalizaciones, medición permanente del amianto en el aire realizado por laboratorios especializados y autorizados, extracción de  fibras en el foco emisor, pulverización con agua,  especialmente con métodos de trabajo que no produzcan fibras,  medidas de protección e higiene individualizadas, encriptación de los restos y envío a vertederos controlados. Todo ello realizado por empresas que estén inscritas en el RERA (Registro de Empresas Relacionadas con el Amianto). El decreto es taxativo: “No podrá proseguirse el trabajo en la zona afectada si no se toman medidas adecuadas para la protección de los trabajadores implicados” ([6]), que fue lo que trataron de hacer los sindicatos con tan poco éxito.


La administración y la uralita: El Seprona y la jurisdicción de justicia

LA Inspección de Trabajo y el Seprona se  encarnan de vigilar el desamiantado, que es muy frecuente en cualquier obra o actuación en el subsuelo. Como es caro hacerlo de manera segura, se acude con frecuencia a ignorar la ley. Es el caso de las demoliciones de edificios (por ello es corriente ver trozos de amianto en los contenedores de obras) o en los trabajos con zanjas para arreglos de tuberías de agua o para instalaciones nuevas.

EL Seprona, en los años 2005 y 2006, intervino en Málaga en una veintena de obras por no retirar la uralita como un residuo peligroso para la salud. En unos casos paralizaron la actividad y en otros, como el actuado en el Aeropuerto y la Barriada García Grana, denunciaron el caso a la fiscalía, por si fuese constitutivo de delito. Un delito contra los trabajadores, la salud pública y el medio ambiente.

EL artículo 316 del código penal establece que  “Los que con infracción de las normas de prevención de riesgos laborales y estando legalmente obligados, no faciliten los medios necesarios para que los trabajadores desempeñen su actividad con las medidas de seguridad e higiene adecuadas, de forma que pongan así en peligro grave su vida, salud o integridad física, serán castigados con las penas de prisión de seis meses a tres años y multa de seis a doce meses”.

Y para la configuración de la responsabilidad en estos supuestos es importante recordar aquí la sentencia del Tribunal Supremo de 10 de mayo de 1980 que dice que:

“(...) Todos los que ostenten mando o dirección, técnicos o de ejecución, y tanto se trate de mandos superiores como intermedios y subalternos, incluso de hecho, están inexcusablemente obligados a cumplir y hacer cumplir cuantas prevenciones y cautelas establece la legislación del trabajo para evitar accidentes laborales y para preservar y tutelar la vida, integridad corporal y salud de los trabajadores ...”

ES ejemplar recordar la sentencia dada en Turín el pasado 13 de febrero contra dos magnates del amianto en el mundo: Stephan Schmidheiny y el varón de Cartier. Le han caído 16 años de cárcel a cada uno  por la muerte de más de 2.000 personas. Si algo así ocurriese en nuestro país automáticamente mejorarían las condiciones de seguridad e higiene en  el trabajo y en el ambiente. La impunidad empresarial y política produce mucho daño.

LA actuación en Calypso puede ser un presunto delito contra los trabajadores, la salud pública y el medio ambiente. En tratándose del amianto todo cautela es poca, y siendo tan flojo el control social sobre su manejo, las futuras víctimas necesitarían actuaciones ejemplarizantes de aplicación estricta de la ley. Esta es una buena ocasión para que los ciudadanos y los trabajadores se defiendan con la ley en la mano de los abusos del poder político.

Asuntos que han quedado pendientes

A la vista de todo lo dicho, se podría concluir que a partir de ahora son varias las actuaciones que caben:

Los trabajadores y vecinos más próximos a la Torre Calypso deberían someterse al Programa de Vigilancia de la Salud de los Trabajadores Expuestos al Amianto (PIVISTEA), establecido desde 2002 después de la prohibición en 2001 del  uso del amianto, para evitar cualquier desagradable sorpresa en el futuro.

Habría que hacer mediciones del aire y del terreno, para ver el estado de contaminación con amianto en que ha quedado después de la abrupta demolición.

Habría que asegurarse que los vertidos, adecuadamente encapsulados, vayan  a parar a un vertedero controlado para amianto.

Hay que olvidarse de la reutilización de los nueve depósitos salidos aparentemente indemnes del atropello. Su manejo exigiría todas las medidas de seguridad descritas, con lo que sería más caro el remedio que la enfermedad. Además, el decreto de prohibición del uso del amianto especifica que “el uso del amianto ya instalado seguirá estando permitido hasta su eliminación” ([7]), después entra en la categoría de los prohibidos.

Habría, por fin, que, o bien poner una querella contra el ayuntamiento, o bien poner los hechos en conocimiento de la fiscalía, para ejercer un control social ejemplarizante, y en bien de las futuras víctimas de la irresponsabilidad y la ignorancia.

QUE por esta vez la pericia en la mentira y el ocultamiento  de la ninfa Calipso no  salga victoriosa.

ANEXO. Denuncia de los sindicatos.



En el texto de la imagen se puede leer: “al tener conocimiento de la existencia de manipulación de material con amianto de las obras de demolición de la urbanización Calypso, le solicitamos una convocatoria urgente del Comité de Seguridad y Salud…” Firman CGT; UGT y CCOO

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[1] Así consta en la moción de censura que el grupo “Alternativa Mijeña y Los Verdes” presentó en el pleno celebrado con este motivo.

[2] El Progreso digital (Lugo), del 30/11/2012

[3] http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs343/es/index.html

[4] “Las proyecciones para el período 1995-2029 indican que el número de hombres que mueren de mesotelioma en Europa occidental cada año casi se duplicará en los próximos 20 años, pasando de 5.000 en 1998 a cerca de 9.000 alrededor de 2018, para luego reducirse, con un total de alrededor de un cuarto de millón de muertes en los próximos 35 años”. En, The European mesothelioma epidemic. Peto J, Decarli A, La Vecchia C, Levi F, Negri E. (Br J Cancer. 1999 Feb; 79(3-4):666-72.)

[5] http://www.levante-emv.com/comarcas/2012/12/05/consell-alega-competente-retirada-amianto-centros-educativos/957373.html

[6] http://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2006-6474 ( artículo 7, c)

[7] BOE, núm. 299 de 14 de diciembre de 2001