Catedrático de Economía de la Universidad de Sevilla

OPINIÓN. Tribuna abierta. Por Juan Torres López
Catedrático
de Economía de la Universidad
de Sevilla
23/11/11. Opinión.
La presión de la extrema derecha
de su partido y de sus votantes, los intereses de las grandes fortunas, la
prima de riesgo, la movilización social, la negociación en la nueva
configuración de Europa y las gestión del final de ETA. Estos son los seis
frentes a los que se enfrenta el nuevo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy,
según el análisis que realiza en esta colaboración con EL OBSERVADOR /
www.revistaelobservador.com, el catedrático de la
Universidad de Sevilla, Juan Torres.
Los seis frentes de
Mariano Rajoy
A la vista de cómo están las cosas dentro del Partido
Popular, en España, en Europa y en el mundo y siendo quién es Mariano Rajoy, no
creo que la mayoría absoluta que acaba de obtener el Partido Popular vaya a ser
suficiente para garantizarle al futuro presidente una etapa de gobierno
tranquila y estable.
ME
parece que de manera casi inmediata se le abren, al menos, seis grandes
frentes, aunque quizá no por el mismo orden en el que los comento.
EL
primero será la presión de la extrema derecha de su partido y de sus votantes.
De suyo es numerosa pero es que además tiene una presencia desorbitada en los
medios de comunicación, en la poderosa jerarquía católica y en muchos de los
líderes del partido. Pronto comenzarán a exigir derogación o cambios radicales
en las leyes de matrimonio homosexual, derecho al aborto, igualdad o memoria
histórica. Y presionarán sin cesar para disponer de presencia no solo
testimonial en la vida política sino también en los aparatos del Estado y en
los principales ámbitos de decisión. Su influencia no es poca y Rajoy le debe
favores así que no le va a ser fácil evitar ni soslayar sus demandas, sobre todo,
sabiendo que mantener esa base electoral de extrema derecha (que en realidad desprecia
a un Rajoy a quien llaman, entre otras lindezas, Maricomplejines) es esencial para
que el Partido Popular pueda seguir ganando elecciones.
EL segundo frente
es el que yo llamaría el de las "grandes familias de bien" que no forman
parte del grupo anterior, las derechas económicas de toda la vida o el de los hijos
de los "ricos por la gracia de Dios" del franquismo al que se han
unido los nuevos multimillonarios nacidos de los pelotazos de la pasada burbuja
inmobiliaria y de las anteriores olas de privatizaciones. Nada mejor que sus
propios apellidos indican quiénes son y de dónde vienen. Tienen intereses no
solo en el aparato del PP, que en gran medida controlan, sino también en los
negocios que generalmente solo son florecientes gracias al proteccionismo
semioculto que se practica a base de corrupción institucional, de ayudas de las
administraciones públicas, desgravaciones fiscales y, sobre todo, por su estrecha
vinculación con el sector financiero nacional, porque en este frente se
incluyen además los banqueros y grandes directivos que aún no han dado el salto
completo a los mercados globales.
SE trata de un
grupo que en etapas de globalización tendería a ser económicamente residual
pero que en España no solo no ha perdido poder económico, influencia política y
presencia mediática sino que incluso la ha aumentado gracias al modo tan poco ejemplar
y democrático en que se hizo la transición desde la dictadura. En él están también
los grandes magnates de los medios españoles, aunque se encuentren cada vez más
supeditados a los grupos internacionales que los controlan casi por completo. La
mejor expresión de sus intereses podría ser el documento que los grandes empresarios
liderados por la
Fundación Everis presentaron al Rey, quien, por cierto ha actuado
siempre como el gran mascarón de proa de esta oligarquía nacional, entre otras cosas,
porque tanto él como su familia se han enriquecido a su costa, como se está comprobando
estos días con su yerno Undargarín.
DESDE
este frente se le van a pedir a Rajoy cambios que fortalezcan su posición negociadora,
que les ahorren impuestos y les reserven mercados con menores costes, para lo
que reclamarán enseguida mano dura para debilitar a los sindicatos, a quienes como
buenos rentistas temen principalmente, y a los movimientos sociales de
respuesta al deterioro social que saben que va a ir en aumento a medida que se
apliquen las medidas que reclaman. Pedirán incluso cambios constitucionales y,
en general, un espacio político y social más favorable a la dimensión nacional
de sus intereses industriales y financieros. Algo que realmente implicaría una
modificación profunda no solo de leyes o aspectos formales sino de las reglas
de juego y del marco institucional hasta ahora existente y construido, con más
o menos éxito pero con muchas dificultades, por los sucesivos gobiernos
democráticos.
EL
tercer frente es posible que sea el que en primer lugar se manifieste como problemático.
CREO
que muy pronto comprobaremos que la prima de riesgo por las nubes no era culpa de
Zapatero y que la presión de "los mercados" (la extorsión de los
poderes financieros) sobre España no tenía nada que ver con que gobernase un
partido socialista que lo hiciera mejor o peor.
NO
me extrañaría nada que lo que ocurriera sea que muy pronto, antes incluso de
que se forme el gobierno, se fuerce un empeoramiento de la situación para dar
lugar y justificar una especie de intervención "suave", en el sentido
de que permita ser bien vendida por Rajoy como efecto de la herencia del gobierno
anterior, y que obligue a que España acepte un préstamo voluminoso para que de
esa manera los bancos alemanes recobren la mayor parte posible de la deuda de
los españoles. Y de paso justificar así una batería inicial de medidas
drásticas que no tuvieran que achacarse a la decisión autónoma del primer
gobierno de Rajoy sino a la incompetencia de Zapatero.
ES
verdad que esto le supondría al nuevo presidente dificultades para llevar a
cabo cualquier tipo de proyectos de regeneración económica a corto plazo pero,
en compensación, le supondría la ventaja de no tener que vender la dura
disciplina del tratamiento de choque inicial como algo propiamente deseado por
el Partido Popular sino como una especie de inevitable castigo europeo a la
fatal gestión del malvado gobierno anterior (que incluso podría verse en la
obligación de firmarlas en funciones para su mayor escarnio).
EL
cuarto frente es el de la movilización social. No es realista creer que la
gestión que se avecina, y de la cual ya hemos tenido un tráiler muy completo en
Castilla la Mancha,
Galicia o Cataluña, se va a llevar a cabo sin respuesta social alguna. Tontos
de remate estarían los dirigentes sindicales si creyeran por un momento que la
política “de responsabilidad” de otras épocas les va a proteger ahora de lo que
se les está preparando. Y van a ser muchos los sectores sociales que van a
empezar a notar en sus bolsillos y en las prestaciones a las que hasta ahora
han tenido derecho recortes que no podían ni imaginar hace unas semanas, de modo
que será inevitable que el frente de las movilizaciones sociales aumente.
EL 15M, por otro
lado, ha entrado en una especie de estado letárgico como consecuencia de su
rechazo mayoritario a tratar de influir en la marcha de las instituciones, pero
no me cabe la menor duda de que pronto va a volver a mostrar, quizá con más
fuerza y amplitud que nunca, un rechazo muy amplio a lo que se está preparando.
Y no es de descartar que este frente se refuerce además como consecuencia del
aporte de mucha militancia socialista que ahora comprueba con frustración las
consecuencias del silencio y la pasividad mantenidas bajo el funesto mandato de
su todavía secretario general.
EL
quinto frente es el de Europa, convertida ahora en una caverna en donde lo que
se dilucida es quién va a estar antes que los demás en la configuración del
nuevo orden internacional que se avecina y en la que los grandes poderes
industriales y financieros han decidido que sobran demasiadas veleidades
sociales, que se pierde mucho tiempo en las instituciones representativas y que
por el contrario, hay que ir más al grano de los mercados. Lo que se va a
decidir en los próximos meses son las diferentes velocidades, quién se situará
en el proscenio y quién en los distintos anfiteatros y sillas de platea o en el
gallinero. Y ahí va a hacer falta mucho más que un simple ex presidente
de diputación o un registrador de provincias. Y el problema es que, hasta
ahora, desconocemos qué piensa, cómo actúa y cuáles son las armas con las que
Don Mariano puede abrirse paso en los pasillos de Bruselas.
ES
precisamente por esto último que Rajoy tiene ante sí, finalmente, a un frente
que no es otro que él mismo. Ahora ya debe hablar. Ha de decir lo que quiere y
lo que va a hacer y ya no puede echar la culpa a otros o responder con más
silencios. Deberá gestionar el fin de ETA y la paz en el País Vasco,
seguramente tragándose todos los improperios con los que trató de descalificar
a Zapatero. Tiene que indicar a los españoles qué medida tomará cada día que
vaya pasando; no podrá disimular con sarcasmos su falta de ideas ni reírse de
Zapatero o Rubalcaba cuando muestre falta de liderazgo. Tendrá que acudir a las
citas internacionales y ha de mostrar que sabe actuar y negociar mejor que
Zapatero. Y, sobre todo, habrá de encontrar la fórmula de contentar a todos sin
que todos se lancen demasiado pronto a su cuello.
RAJOY
fue un multiministro en la época de Aznar que nunca necesitó sudar la camiseta,
quizá porque se sabía colocado como sucesor por la gracia de los pactos de un
Manuel Fraga entonces todopoderoso. Un ministro que, cuando tenía bajo su
responsabilidad la gestión del mayor problema pendiente de nuestra sociedad, se
dedicaba a decir que “ahora estoy en este chollo de Educación”.
PERO,
desde este momento, Rajoy no puede seguir actuando como lo ha venido haciendo a
lo largo de toda su carrera política, sin que haya podido saberse si subía o si
bajaba. Se enfrenta a su propia historia y personalidad y tendrá que demostrar
y demostrarse a sí mismo que no actúa como el que ha encontrado otro chollo,
ahora en el Palacio de la Moncloa,
sino como un verdadero estadista.
TODAS
estas dificultades se le presentan a Rajoy en una coyuntura económica que va a
ir a peor, en una clima de tensiones internacionales que va a obligar a tomar
partido a todas las naciones, con poderes financieros dispuestos a sobreponerse
de cualquier manera que sea a los representativos, con un modelo productivo
insostenible cuyo recambio nadie ha sido capaz de definir con acierto y con
grupos sociales que le sirven de apoyo (patronales, judiciales, profesionales,
religiosos...) cegados e incapaces, hasta el momento, de proponer otra cosa que
no sean simples letanías ideológicas para salir del atolladero en el que estamos.
EL tiempo dirá lo que da de sí Rajoy en este contexto, qué le aguantan y qué no sus compañeros de partido y el conjunto de los españoles.
- 22/10/10 La foto de la Virgen del Pilar con el manto del Banco de ‘Satander’ que el catedrático de Economía Juan Torres López lleva en su móvil
PUEDE ver: http://www.juantorreslopez.com