OPINIÓN. Despacho abierto. Por Encarnación Páez
Alcaldesa de Villanueva de Tapia
06/11/14. Opinión. “Pienso en voz alta al hilo de una noticia que está apareciendo en todos los medios de comunicación en los últimos tiempos: el ingreso en prisión de Isabel Pantoja. Su historia de amor y corrupción sería el argumento de un vodevil barato y casposo, pero yo me pregunto: ¿no es el morbo el que está empujando a la tonadillera a la cárcel?”. Ésta y otras preguntas sobre el comentado ingreso en prisión de Isabel Pantoja se plantea Encarnación Páez en su último artículo de opinión en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com.
Marinero de rayas
HE pensado mucho antes de compartir esta reflexión, he intentado delimitar qué planteamientos salían directamente de mi estómago, cuáles del corazón y cuáles de la razón y “hoy quiero confesar que estoy algo cansada”. Vivimos unos tiempos de azote brutal de la corrupción más increíble, de desmoronamiento del estado de derecho y de la democracia que lo sustenta y ello nos lleva a pedir cambios, a clamar justicia, a desear fervientemente una transformación profunda de las instituciones que haga que su ocupación esté vetada para los sinvergüenzas y los crápulas del poder.
PERO toda esta vorágine nauseabunda en la que estamos inmersos no debe hacernos perder el norte y los que defendemos (aun a costa de no ponerlos en práctica en alguna ocasión) los principios de igualdad, de justicia y de libertad tenemos que reflexionar en profundidad. La corrupción no se redime en la cárcel porque no tiene redención posible. Toda aquella persona que, usando o abusando de su cercanía a lo público se ha enriquecido espuriamente o ha permitido que alguien lo haga, en primer lugar debe devolver todo lo sustraído a las arcas públicas y, en segundo lugar, debe recibir el peso del estado de derecho, de la ley que se ha establecido para todos. Pero en igualdad de condiciones; como abogada creo en el derecho de defensa y el carácter (utopía) resocializador y de reinserción social de nuestras prisiones; pero creo sobre todo que el último recurso es el ingreso en prisión y la última ratio es el derecho penal.
PIENSO en voz alta al hilo de una noticia que está apareciendo en todos los medios de comunicación en los últimos tiempos: el ingreso en prisión de Isabel Pantoja. Su historia de amor y corrupción sería el argumento de un vodevil barato y casposo, pero yo me pregunto: ¿no es el morbo el que está empujando a la tonadillera a la cárcel?
HA sido condenada a dos años de cárcel; el artículo 88 del Código Penal vigente prevé la posibilidad de sustituir las penas de prisión inferiores a dos años, cuando no se trate de reos habituales, o sea se carezca de antecedentes penales. Defendamos una ley y una aplicación de la misma sin privilegios (estamos demasiado acostumbrados a lo contrario), pero también sin prejuicios. Esta pena debe ser ejemplar por el especial desprecio al patrimonio público, según el informe de la Fiscalía. Y vuelvo a preguntarme: si debe ser ejemplar, ¿por qué no la han condenado a cuatro años, por poner un ejemplo?
LO cierto es que una práctica, la de la sustitución de la pena cuando la condena no sobrepasa los dos años de prisión y no existen antecedentes penales, es muy habitual en nuestro sistema.
Si creemos en el estado de derecho y en la justicia, entiendo que las penas y las condenas deben ser ejemplares siempre y que el sistema judicial no se redime de su lentitud ni las leyes se corrigen en su imperfección con la entrada de Isabel Pantoja en la cárcel. El ejemplo se da cuando no se hacen distinciones.
AH, se me olvidaba….me gustan Concha Piquer, Juana Reina y Marife de Triana...
PUEDE ver aquí anteriores artículos de opinión de Encarnación Páez:
- 27/10/14 Protocolos
- 26/09/14 Hacer gala
- 17/01/14 Hay esperanza
- 03/01/14 Fascismo puro
- 29/10/13 ¿Estado de Derecho?
- 27/05/13 Defensor ¿del Pueblo?
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- 18/12/12 La ratonera
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