OPINIÓN. ¿Me quieren oír? Por Dardo Gómez
Periodista
02/06/16. Opinión. “Este eslogan aún no se ha oído; pero puede llegar a ganar la calle si continua la promiscuidad entre prensa y poder que convierte a los periodistas en el brazo armado de los poderes corruptos”. Así opina el periodista Dardo Gómez en su habitual colaboración conEL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. “Habría que comenzar a reflexionar, sin rubor ni prejuicios, en el brazo armado de...
...quién están convirtiendo los grandes medios a sus periodistas”.
“Todo el mundo odia a los periodistas”
LAS manifestaciones y las huelgas que están recorriendo Francia han sumado un nuevo eslogan: “Todo el mundo odia a la policía”. Seguramente, ese odio no lo comparte “todo el mundo” ni tampoco debe alcanzar a todas y cada una de las personas que hacen de policía.
SINembargo, sí es cierto como señala el periodista Raoul Lyon que “hay que recordar lo evidente, y siempre obviado por los grandes medios: si la policía es tan detestada es porque es el brazo armado de un gobierno que pilota su barco a golpe de látigo, políticas racistas, estado de emergencia o con la reciente aprobación a rodillo y por decreto de la Ley El Khomri”.
HABRÍA que comenzar a reflexionar, sin rubor ni prejuicios, en el brazo armado de quién están convirtiendo los grandes medios a sus periodistas.
SALVANDO distancias en cuanto al volumen de las movilizaciones, hace algunas noches en los disturbios del barcelonés barrio de Gracia se ha oído “la prensa apunta, la policía dispara…”, por parte de personas que no querían ser registradas por las cámaras de los informadores.
ES cierto que sin esas cámaras no nos hubiéramos enterado de la dudosa proporcionalidad de las cargas policiales, pero también es cierto que, más de una vez, esas imágenes han ido a parar a los archivos policiales. Además, creo que vale recordar la plena vigencia de la “ley Mordaza” que, lo está demostrando, no perdona ni a los informadores.
TODO esto hace un combinado explosivo que, por lo mismo, no admite análisis de “calentón” ni permite adjudicar culpas como quién reparte rifas, ni tampoco poner cara de ajeno y decir que uno no sabe por qué lo miran.
EL caso es que ese combinado se siguió cargando con periodistas lesionados por la policía y agredidos por los manifestantes, como titulaba un posterior comunicado del Sindicat de Periodistes de Catalunya (SPC): “La información, entre dos fuegos”. No todos admiten que los informadores se hallen en ese espacio de supuesta neutralidad por el mero hecho de que les caigan los chuzos de ambos lados.
Nos olvidamos de Gamonal
HACE algo más de dos años en el barrio burgalés de Gamonal, las manifestaciones se saldaron con una salva de huevos contra el frente de El Diario de Burgos y un ciudadano anónimo arrebató un micrófono de TVE para exigir algo: “¡No mientas! ¡No digas mentiras!”. Unas falsedades que hacían evidentes las imágenes y que venían alentadas y jaleadas desde el plató, lo que desembocó, esta vez también, en acoso a los informadores sobre el terreno. Lo mismo se reflejaba en otras televisiones privadas.
RECUERDO que un vecino, ante el tono de algunos tertulianos, les recomendó que se moderaran porque las consecuencias de sus términos desafortunados las estaban sufriendo sus colegas sobre el terreno.
TODO esto se ha revivido con el caso de Gràcia. He oído en algunas televisiones llamar “chusma” a los manifestantes y decir que era difícil que esos “desarrapados” pudieran hacer las actuaciones sociales que los vecinos decían que se desarrollaban en el local ocupado.
ESTA vez el programa “Els matins” de la televisión autonómica catalana, que suele no ser de las peores, se marcó una encerrona “a lo Mariló” para vapulear y silenciar, entre todos, a un vecino que ponía el acento en las cargas policiales y pedía explicaciones de que él llamaba ocupación del barrio por esas mismas fuerzas. Gasolina a “gogó”…
Prima la anécdota, no el análisis
SI cuando Gamonal el colectivo de periodistas locales condenó los hechos contra “los profesionales que están realizando su trabajo al servicio de la sociedad que merece ser informada”, en este caso ha sido el Consejo Profesional de TV3 el que ha emitido un comunicado con un título creo que poco afortunado. "Como no dices lo que me gustaría que dijeras, te agredo".
ES cierto que estos profesionales no soslayaron las agresiones de la policía a informadores y que reclamaron por la falta de rigor del canal que había emitido imágenes de los incidentes de Can Vies (hace casi dos años) como si fueran los de Gracia; pero se quedaron en la superficie.
TODO canal es para sus televidentes una unidad, ellos no separan el trabajo del informador en la zona del conflicto de los aditivos que arrojan los tertulianos en plató; las conexiones al escenario de los hechos no suelen servir para aclarar, sino para reforzar a los opinadores en sus teorías, a veces, muy tendenciosas. La confusión entre información y opinión es la regla.
POR otro lado, después de tan largas experiencias de alineamientos de trincheras se hace, por lo menos inocente, salir a pedirle a la ciudadanía que sepa distinguir en que momento ejercemos la profesión con dignidad.
LA periodista Aurora Vasco Campo comienza un artículo en El Confidencial diciendo: “No me aterra que me hayas mentido, sino que ya no pueda creerte, dijo en su día el filósofo alemán Friedrich Nietzsche. Una frase cargada de sentido que llega a su máxima expresión si se traslada al mundo del periodismo…”.
No sé si ya es tarde
NOS pasa como al pastorcillo mentiroso y además, nos han metido a todos en el mismo saco; sería suicida creer que la mayoría de la ciudadanía se equivoca y que hacemos un buen trabajo, a pesar de todo.
NO sé si es tarde, pero creo que siempre es tiempo para la reflexión. Por eso rescato del comunicado del SPC su intención de “instar a una reflexión a los profesionales de la comunicación y a los medios del porqué se producen estas muestras de descontento, de crítica y de rechazo hacia nuestra tarea informativa” (…). “A menudo vemos como programas y magazines de todo tipo tratan las movilizaciones en la calle de forma más que sesgada, con descalificaciones contra los colectivos que las protagonizan y no dándoles voz de una manera equilibrada a cómo se hace con otros agentes sociales implicados en los hechos”.
EL sindicato catalán, además, pone el dedo en la llaga: “La manipulación de la información que trasluce en estos espacios informativos a los que aludimos –especialmente en las televisiones– suelen ser el germen de los ataques que los profesionales que cubren la actualidad sufren en algunas ocasiones. Es urgente iniciar este debate para evitar situaciones que en un futuro puedan ser mucho más graves”. Como estoy seguro que surgirán los falsos despistados corporativistas de siempre, hay que aclarar que estas palabras no justifican las violencias y que no hay más responsable de una agresión que aquel que la comete. Pero no toca confundir la combustión espontánea con los pirómanos.
CASI en la misma línea el portal de análisis de la comunicación “Contexto y Acción – CTXT” publicaba un editorial/propuesta titulado ‘Algunas ideas para promover la libertad de prensa y el pluralismo’.
Hay que abrir el debate sobre nosotros
EL editorial se sustenta en una realidad contrastada: “La creciente promiscuidad entre prensa y poder, voluntaria en muchos casos y obligada en otros, dada la presencia de bancos y empresas del IBEX35 en la propiedad y los consejos de administración, ha ayudado mucho al hundimiento de la credibilidad de los medios y los periodistas españoles, visible en todos los estudios serios, que sitúan la confianza de los ciudadanos españoles en la prensa en un nivel similar al de Rumanía”.
TRAS diversas aportaciones para refrendar lo expresado, el editorialista señala que la situación es dramática; aunque con envidiable optimismo agrega, “pero no irreversible”.
TRAS lo cual sugiere que “Para que los periodistas dejen de encabezar, junto a jueces y políticos, las listas de profesionales que más desconfianza generan entre la ciudadanía, creemos que es urgente abrir una discusión profunda, abierta y plural sobre periodismo y democracia, como ha hecho recientemente Gran Bretaña antes de aprobar un proyecto de ley para favorecer el pluralismo de la prensa.”
A ese debate imprescindible invita a todas las fuerzas sociales. Por la cuenta que nos lleva, creo que las organizaciones de los informadores deberían ser las primeras en promoverlo, aunque tampoco me hago muchas ilusiones.
SI no lo hacemos, ya estoy oyendo los eslóganes: “Todo el mundo odia a los periodistas”. Espero no ser bueno como augur…
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