OPINIÓN. ¿Me quieren oír? Por Dardo Gómez
Periodista


07/09/16. Opinión. “Una grosera agresión a los derechos de las mujeres publicada por el director del Diari de Tarragona no merece la intervención del Consell de la Informació de Catalunya, que se declara incompetente”. Éste es el tema que aborda el periodista Dardo Gómez en su nuevo artículo de opinión en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com.

Nueva muestra de la ineficacia de la autorregulación

EL pasado 20 de julio el Ayuntamiento de Tarragona lanzó una campaña contra las conductas machistas; entre otros lemas se proponía el de ‘Solo el sí es sí’.

CREO que no hace falta ser muy listo para entenderlo en toda su dimensión y, disculpen, algo cretino para no apoyarlo; sin embargo, el director del Diari de Tarragona, Josep Ramon Correal, publicó casi de inmediato una notilla que con pretendido ingenio tituló ‘Sí es sí, o no’.

EN ese texto se arranca con que “hay una máxima del donjuanismo que afirma que si una señora dice que no, es que quizás sí; si dice que quizás sí, es que sí; y si dice que sí, no es una señora”.

NO le encuentro pizca de gracia, pero mucho de caspa. Más adelante señala el autor que “la pericia de la conquista amorosa requiere mucha perseverancia. Si damos por buena la sentencia que ‘sólo el sí es sí’ pondremos en peligro el futuro de la raza humana. En el amor, como en el marketing, la venta empieza cuando te dicen no. Siempre con señorío. Eso sí.”

COMO cualquiera puede imaginar, en minutos las redes se pusieron al rojo, pretendiendo enrojecer al autor. Lo que no consiguieron, porque entonces llegó la excusa de que había hecho “un comentario antiguo en un contexto muy susceptible. En definitiva, mi artículo hubiera hecho gracia hace cuarenta años cuando los usos sociales y la moral eran otros. Ahora no.”

Ese mismo día, en el programa radial ‘Versión RAC1’ este personaje lanzó una renovada versión de su vulgar opinión: “Ya sé que ahora dicen pues si decimos no, es que no. Pues yo no me lo creo. Hay muchas que dicen no y miran de reojo”.

CORREAL no entiende que quienes respetan la dignidad de las personas se hayan vuelto susceptibles ante los desmanes machistas; puede que hace “hace cuarenta años” personas como él no sintieran en toda su gravedad esos agravios a las mujeres pero, igual que ahora, esos actos y los chistes sobre ellos solo podían causar gracia a desalmados y a gentes de dudosa ética.

Una voz profesional

ADEMÁS de las redes, varias publicaciones, organizaciones de mujeres y hasta la portavoz del Gobierno catalán alzaron la voz de la indignación; desde las organizaciones de periodistas solo el Sindicat de Periodistes de Catalunya (SPC) hizo oír su rechazo.

EL 22 de julio este sindicato manifestó en un comunicado su repulsa y señaló que ese artículo “banaliza el grave problema de las agresiones sexuales e incluso se justifica la violación de las mujeres en el marco de un contexto de cortejo y de conquista amorosa, criticando la campaña del Ayuntamiento de Tarragona que quiere sensibilizar a la población sobre la necesidad del libre consentimiento de las mujeres en las relaciones sexuales.”

EL SPC finaliza su comunicado remarcando “que estas opiniones se pueden considerar como apología de la violencia contra las mujeres, que es un delito penado, contradicen cualquier código deontológico y ético de la profesión periodística y son totalmente inaceptables por parte del director de un medio, que es el responsable de su línea editorial.”

LA indignación extendida llevó a una estimada compañera de profesión a pedir la protección del Consell de la Informació de Catalunya (CIC), al entender que en ese texto se estaban vulnerando principios fijados en el Código Deontológico del Collegi de Periodistes de Catalunya. Vale la pena recordar que el CIC es una entidad inspirada por ese colegio con la intención de dotar de una herramienta a la pretendida voluntad de la “autorregulación de los medios”.

Y ahí llegó el disparate

EN pocos días el CIC le hizo llegar a nuestra compañera su respuesta que, pienso yo, debe haber elevado su primera indignación; tal como ha ocurrido con otros colegas que han conocido el texto de la misma:

“Estimada…
Le comunicamos que hemos recibido su queja al Consell de la Informació de Catalunya contra un artículo del director del Diari de Tarragona.
La presidencia y la secretaría general una vez analizada su queja, de la cual ya tenían conocimiento por otras consultas y porque se ha  hecho seguimiento a través de las redes sociales, lamentan no poder dar tramitación de la misma al CIC por tratarse de opiniones dentro del diario, y por lo tanto, fuera de nuestras competencias.
No obstante, le agradecemos que haya contactado con nosotros y quedamos a su disposición para cualquier consulta o asesoramiento en la cual la podamos atender.” (sic)

AL leer que el CIC decía que no podía actuar en virtud de que eran “opiniones dentro del diario” dudé de mi capacidad de entendimiento y consulté con varios colegas que, por suerte para mi, coincidieron con mi sorpresa. Realmente, este auto proclamado “órgano de arbitraje” había respondido tamaño disparate.

SI se había recurrido a él era precisamente, porque esas opiniones se habían difundido por medio del Diari de Tarragona y, por lo tanto, había llegado como contenido de ese medio a sus lectores. Claro es que estaban dentro del diario y por eso mismo se requería su intervención, entendiendo que si esas afirmaciones se hubieran pintado en una pared o volcado en un twitt no hubieran recurrido a ellos.

Y dicen que están para eso

CONSULTADA la web del CIC encontramos que este se proclama como “órgano de arbitraje privado e independiente que vela por el desempeño de los principios y criterios de ética profesional periodística contenidos en el Código Deontológico”y que “ejercerá sus funciones sobre todos los profesionales y medios de comunicación que desarrollen su actividad informativa en el territorio de la Comunidad Autónoma de Catalunya.”

ACLARA que para recibir su arbitraje“cualquiera persona física o jurídica puede presentar un escrito de queja debidamente legitimado por la presunta lesión cometida por un profesional de la comunicación o medio de los principios reconocidos en el Código Deontológico”.

ACLARA o precisa que por mandato de su estatuto es el “órgano encargado exclusivamente de resolver las quejas dirigidas por la presunta lesión cometida por un profesional de la comunicación que desarrolle su actividad informativa en el territorio de la Comunidad Autónoma de Catalunya de los principios reconocidos en el Código Deontológico. Estos principios deben ser interpretados de acuerdo con la constitución y el ordenamiento jurídico que corresponda.”

Basta un mínimo de sensibilidad

COMO de alguna manera, esto nos remite al código de marras, encontramos que este recomienda: “Respetar el derecho de las personas a su propia intimidad e imagen, especialmente en casos o acontecimientos que generen situaciones de aflicción o dolor, evitando la intromisión gratuita y las especulaciones innecesarias sobre sus sentimientos y circunstancias, especialmente cuando las personas afectadas lo expliciten.”(Criterio 9).

NO hay que ser demasiado sensible para entender que varios de estos supuestos han sido vulnerados en el artículo del director del Diari de Tarragona.

SEGUIMOS avanzando hasta el Criterio 12 del mismo documento y encontramos que recomienda: “Actuar con especial responsabilidad y rigor en el caso de informaciones u opiniones con contenidos que puedan suscitar discriminaciones por razones de sexo, raza, creencia o extracción social y cultural, así como incitar al uso de la violencia, evitando expresiones o testimonios vejatorios o lesivos para la condición personal de los individuos y su integridad física o moral.”

SI pudiera haber alguna duda en la interpretación del primero de los criterios expuestos; para este segundo basta con saber leer. Además, ya lo deben tener por la mano ya que, hasta hace unos años, la vulneración de este criterio era lo que mayores denuncia generaba ante el CIC. Que tampoco son muchas…

Entonces, ¿por qué? O, ¿para qué?

EL Consell de la Informació de Catalunya fue creado a finales de los ‘90 y lanzado en un gran acto presidido por el entonces presidente Jordi Pujol alcanzando la pronta adhesión, casi en el mismo acto, de 50 medios que aceptaban someterse a las decisiones del CIC si es que, alguna vez, les tocara algún tirón de oreja.

POR otro lado, el respaldo del Gobierno catalán era claro ya que esta Administración no solo se comprometía a aportaciones anuales en metálico para su financiamiento sino que también decía a los medios de comunicación que, si querían obtener subvenciones públicas, debían cumplir con los principios deontológicos que el CIC defendía.

CONCRETAMENTE se señalaba en la normativa que “A los efectos de determinar si se cumple este requisito, se tendrá en cuenta la adhesión al Consejo de la Información de Cataluña”; lo que significaba contribuir a su mantenimiento. Esto duró poco, ya que a los medios no les gustó mucho, y en 2011 este requisito fue suprimido; pero para entonces las adhesiones iniciales ya habían bajado a 33 y en dos años más quedaron en solo 21.

AHORA, según información del propio CIC, están en mas de 80 los medios adheridos, más algunas entidades sociales, cada uno de ellos “se compromete a colaborar en la financiación y difusión de sus actividades (las del CIC)”.

YO no se si esto puede generar necesariamente dependencias o miserias administrativas, pero en el caso del Diari de Tarragona no se daría ese temor ya que no esta adherido al Consejo. Aunque quizá, “por si las moscas…”

ES cierto que entre las limitaciones de este consejo está la de ser solo ‘declamatorio’ y no poder actuar si alguien previamente no presenta una denuncia documentada; pero también es cierto que en sus estatutos contempla que “La presidencia a criterio propio, del Patronato o del Consejo, podrá tomar la resolución de actuar de oficio en cualquier asunto que considere de trascendencia social.”

SE me ocurre que este hubiera sido un caso de estas características, pero se ve que no lo consideraron trascendente; lo que obliga a la pregunta: Entonces, ¿para qué los necesitamos?; ¿para seguir mareando con la parida de la autorregulación?

MIENTRAS tanto, el autor del desaguisado ha dejado la dirección del Diari de Tarragona; pero no crean que ha renunciado o ha sido expulsado de ese cargo. ¿Quién puede imaginarse cosas como esas entre hipócritas?

EL señor Josep Ramon Correal acaba de ser promovido a consejero editorial adjunto para que lleve las relaciones institucionales y el desarrollo de la marca del diario. Es lo que hay… Como decía el maestro Ryszard Kapuscinski: para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser un buen hombre, o una buena mujer: buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas”.


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