OPINIÓN. ¿Me quieren oír? Por Dardo Gómez
Periodista
06/04/18. Opinión. El periodista Dardo Gómez habla en su columna para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el tratamiento informativo que los medios han dado al caso Gabriel. En el texto se recogen algunos ejemplos de polémicos artículos o bulos que han difundido ciertos periódicos o televisiones sobre este supuesto asesinato. También explica la necesidad de cambiar ciertas pautas para darle...
...a las noticias una vertiente más seria que sensacionalista, se hace eco del argumento de la presidenta del Consejo Audiovisual de Andalucía, Emelina Fernández, que señala que "no se pueden rellenar cuatro horas de un espacio televisivo difundiendo bulos, haciendo juicios paralelos, y vulnerando los derechos tanto de la familia como de la víctima".
Los medios degradarán la información las veces que haga falta
HE leído que el Consejo Audiovisual Andaluz (CAA) ha acordado trasladar a la Fiscalía de Jaén los resultados de un informe propio sobre el tratamiento dado por distintos informativos y magacines a la noticia de una agresión sexual sufrida por un niño de nueve años en un centro escolar de esa provincia. El CAA lo ha trasladado también a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ya que al tratarse de prestadores bajo su ámbito de competencias, supone que debería intervenir. Aunque nunca se sabe...
LOS programas que menciona ese informe “desvelaron datos de los menores involucrados en los hechos que pueden conducir a su identificación” lo cual, además de una falta grave pautada en la Ley General de la Comunicación Audiovisual, demuestra que eres un canalla. Esto último lo digo yo.
SEGÚN el informe en esta canallada han incurrido “los programas informativos y los magacines de La1 de TVE (La Mañana y Telediario 1), de Telecinco (El Programa de Ana Rosa e Informativos Telecinco), Antena3 (Espejo Público y Noticias 1), de Canal Sur TV (Buenos días, Andalucía, Noticias Mediodía, Noticias 1 y Andalucía Directo) y de Onda Jaén (Noticias 1 y Noticias 2)”.
ESTA aberración comprobada por el CAA, que es de lo más respetable que circula en esta plaza, viene a rubricar los largos días de indecencia de los medios, sobre todo televisivos, que vivimos con casi coincidencia en el caso Gabriel. Muy triste…
También la prensa carroñera
DESTACARON las televisiones en la impudicia, sin embargo, sería injusto no mencionar a los dos medios de prensa que han puesto más de sí por abrevar en la inmundicia de la carroña informativa: “El Español” y “OkDiario”; al frente de los cuales siguen exponiendo su exquisita profesionalidad Pedro J. Ramírez y Eduardo Inda. Maestro y alumno han competido en estas semanas por embeber de indecencias su información sobre el casi y, bajo el supuesto reclamo de justicia, difundir doctrinas de odio y falta de humanidad.
EN un supuesto alarde de ingenio, que insulta a la profesión, el diario de Pedro J. pergeñó lo de “la carnicera de Burgos” para la acusada confesa, retrayendo a ese oficio ejercido por ella en aquella ciudad con una vergonzosa intención evidente. El mismo diario se sumó a la difusión del llamado xenófobo de una petición de firmas, formulada a través de las redes, para que Ana Julia Quesada cumpliera la condena que se le imponga en una cárcel dominicana, su país de orígen.
EN el argumentario de esta deplorable solicitud, se señalaba que la pena que impartiera de la justicia española sería “insuficiente castigo y demasiado complaciente para con esta asesina, incluso si se le impusiera la pena de 150 años de prisión o cadena perpetua, ya que se encontraría con el confort de cualquiera de las cárceles españolas”.
SI el reclamo es vergonzoso, no lo es menos la actitud de un medio que se dedica a difundir tamañas barbaridades. Aunque quizá sea aún menos perdonable que el mismo medio bajo el título “Los cuatro minutos de estrangulamiento de Gabriel” se regodeara en relatar, basado en supuestos aportes médicos, como puede haber sido ese acto de tamaña crueldad y, además, asegurarnos de que tiene que haber sido una "muerte angustiosa". Vaya canallas.
Siempre pueden ser peor
ALGUNA rata de información descubrió, en el diario de Eduardo Inda, que la tragedia de una familia también podía servir para vincular a la detenida con un movimiento vecinal o una plataforma política, con la clara intención de desacreditarlas.
ASÍ “OkDiario” publicó que, durante su estancia en Burgos, la acusada “publicó en su perfil de Facebook numerosos mensajes de apoyo a los disturbios violentos del barrio de Gamonal, que en enero de 2014 quedó convertido en una batalla campal. En estos disturbios participaron grupúsculos radicales como Izquierda Castellana (hoy próxima a Podemos), con el apoyo de elementos de la izquierda abertzale afín a los proetarras de Bildu.”
EL mismo diario llegó a la vivienda donde en un penoso accidente, hace más de veinte años, había muerto la primera hija de Ana Julia Quezada; el medio gasta un lenguaje que induce a presumir alguna proximidad entre ambos ocurridos y señala que, entonces, aquel hecho “fue analizado en su momento por la policía y considerado de puramente accidental. Pese a ello, ahora la Policía ha decidido comprobar de nuevo los hechos.” Nada ha confirmado este extremo.
EN la puerta de esa misma casa, una cadena de televisión nos ofreció el triste espectáculo de una joven periodista que blandiendo su micrófono pulsaba el interfono de un piso donde sabía que no estaba su ocupante, la hija de la acusada, y amenazaba con que seguiría frente a esa puerta cerrada a la espera de alguien que nada tenía que ver con el suceso y que su medio aspiraba a convertir en una víctima colateral de la infamia.
Porqué y para qué
AUN me pregunto que cifra miserable habrá cobrado esa periodista por ese trabajo igualmente miserable; como miserable debe ser quien la envió a cometerlo. Quiero creer que es una consecuencia más de la precariedad laboral que vive la profesión y me horroriza pensar que la pobre joven haya podido creer que eso que estaba haciendo era periodismo.
DOS expertos en la crítica de los medios televisivos, Mariola Cubells y Ferrán Monegal, desnudaban la parafernalia indecente con se construyen estas coberturas agotadoras. "No se hace un programa de una hora y media porque tenemos mucha información que comunicar, no, se hace repitiendo lo mismo una y otra vez. Es una desmesura", decía ella, mientras que Monegal afirmaba que "Las direcciones de las cadenas exigen que mantengan el tema en pantalla horas y horas. Es cuando la prudencia pasa a un segundo término, y hay que entrar en terrenos especulativos, repitiendo un bucle de imágenes e informaciones".
LA presidenta del Consejo Audiovisual de Andalucía, Emelina Fernández, repudiaba estas prácticas al señalar "no se pueden rellenar cuatro horas de un espacio televisivo difundiendo bulos, haciendo juicios paralelos, y vulnerando los derechos tanto de la familia como de la víctima".
DESDE el mismo consejo andaluz han vuelto a reclamar por la creación de un Consejo audiovisual estatal; y el profesor Guillermo López recordaba que "las televisiones privadas también son un servicio público, que tienen asignado por parte del estado esa concesión administrativa" y que "se les puede quitar la concesión".
EN el mismo acto y tiempo, hizo una inmersión en la realidad y reconoció lo remoto de esa posibilidad: "Las televisiones privadas son muy poderosas, el gobierno no se atreve a entrar. A ver quién es el valiente que revierte una concesión". No dudó en señalar que "la autorregulación claramente no es suficiente", y que, aunque él mismo sabe que es una opinión muy impopular, "un poco de intervencionismo no vendría en absoluto mal, legislar el tratamiento que hacen los medios".
Y así seguiremos; de momento, hasta el próximo capítulo de información vomitiva…
PUEDE ver aquí anteriores artículos de Dardo Gómez:
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