El anuncio de una formación política de aspirar a regular los intereses cruzados en la propiedad de los medios ha despertado el ladrido de sus periodistas de confianza que pretenden ignorar que múltiples organizaciones internacionales vienen manifestando que este es un riesgo real para la democracia informativa
OPINIÓN. ¿Me quieren oír? Por Dardo Gómez
Periodista04/04/19. Opinión. El conocido periodista Dardo Gómez reflexiona en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el control de los medios de comunicación por parte de entidades financieras. Los directivos de los bancos forman parte de los consejos de administración de los grupos de comunicación. “Esto no es una cuestión menor y para quien quiera indagar al respecto lo remito...
...a las palabras del periodista Pere Rusiño, que hace cuatro años en el Fòrum de Debats de la Universitat de València, destripaba cómo estaban las cosas entre nosotros. Según sus datos, de los 16 miembros del consejo de administración del grupo Prisa, doce habían sido directamente colocados en esas butacas por el sector financiero o grandes fondos de inversión. También dijo, para quien no lo supiera, que el dueño del grupo Godó, Javier Godó, es vicepresidente segundo de La Caixa y consejero de Caixabanc. Que El Periódico de Cataluña está en manos de La Caixa y otros bancos y que en el consejo de administración de ABC opinan el Banco Santander y el BBVA”, indica Gómez. Que añade que “esto es sabido por todas las personas que, de una manera u otra, estamos vinculados a la industria de la comunicación; por eso resulta decepcionante que algunos periodistas, en lugar de callar su impotencia ante esta realidad, salgan a ladrar contra quienes anuncian que quieren poner fin al creciente deterioro de la información que recibe la ciudadanía desde los grandes grupos de medios”.
No solo los bancos pagan la desinformación
EL anuncio de una formación política de aspirar a regular los intereses cruzados en la propiedad de los medios ha despertado el ladrido de sus periodistas de confianza que pretenden ignorar que múltiples organizaciones internacionales vienen manifestando que este es un riesgo real para la democracia informativa.
A finales de marzo se escucharon/leyeron algunas voces de supuesto estupor ante el anuncio de los portavoces de la agrupación Unidas Podemos de incluir en su programa, según he leído en su web, “regular por ley la prohibición a los bancos y fondos de inversión de ser propietarios de acciones de medios de comunicación”. Lo que harían, señalan, modificando la Ley 7/2010 General de la Comunicación Audiovisual con el fin de que “una persona jurídica no pueda tener acciones que supongan más del 1% de la propiedad de un medio de comunicación y, al mismo tiempo, posea también una empresa de sectores estratégicos”.
NO llego a suponer qué tipo de alianza política les permitiría plasmar este proyecto, pero lo veo crudo… No sé por qué se inquietan por algo de tan difícil viabilidad pero, miren por dónde, la reacción ha servido para poner en relieve el grado de sumisión de algunos directores de medios a las entidades financieras y, peor aún, su obsecuencia ante hechos que deberían ruborizarlos.
COMO subordinada de esta propuesta, la agrupación morada aseguraba que su propuesta también serviría para “proteger los derechos laborales de los redactores y freelances, porque no puede ser que estén una o dos semanas en zonas de conflicto y se les pague 35 o 50 euros por un reportaje”.
DATOS que nadie ha desmentido y que, por otra parte, han sido denunciados más de una vez por todas las organizaciones sindicales y profesionales de periodistas. Tal vez por eso medios como el diario El Mundo han puesto el acento de su crítica en que los portavoces del anuncio “no han sabido explicar cómo van a hacer posible que a los periodistas se les pague más si sus empresas dejan de recibir ayudas bancarias”.
UNO pensaba que los medios de comunicación tenían como base de su negocio elaborar información y contratar publicidad; parece que para El Mundo el core de la industria de prensa es pedir créditos.
EL Confidencial se sumó a esa misma teoría babeante y aseguró disponer de información según la cual los banqueros se habrían dirigido a Unidas Podemos para señalarle: “que, si les fuerzan a retirarse del accionariado de las grandes empresas mediáticas, se producirán ‘despidos masivos’, especialmente en el sector de la prensa escrita y de la radio. Apuntan directamente a una ‘decena’ de medios de comunicación, que quedarían en una situación ‘tremendamente delicada’, si los grandes bancos se ven forzados a salir del capital de esas compañías de forma abrupta”.
ESTO que acaben de leer es tremendo, ya que suena a extorsión de la mafia y que este medio no tiene empacho en actuar como emisario de los mafiosos; porque esta supuesta extorsión que dicen conocer la relatan como con regocijo.
EL segundo de estos medios, además, no puede entender que se pretenda que los bancos “podrán conceder créditos, pero no podrán sentarse en los consejos de administración de los grupos mediáticos”. Como estos chicos parecen lerdos, se lo voy a explicar: la esencia del negocio financiero es prestar dinero para ganar dinero. Por lo mismo, lo que deberían tratar de entender es cuáles son las razones, ajenas a su negocio de ganar dinero, por las cuales los bancos invierten en una industria desahuciada como la prensa.
EL interrogante es igualmente aplicable a todas las empresas estratégicas que invierten en medios de comunicación. Si no se encuentra la respuesta es que uno es muy tonto o muy desleal.
No solo los bancos…
ESTAS supuestas reflexiones frívolas de algunos medios solo pueden obedecer, en el mejor de los supuestos, a una flagrante ignorancia de los riesgos de la concentración mediática y de las espurias razones de las participaciones de las grandes empresas en la propiedad de los medios. Algo que no ha descubierto Unidas Podemos, ya que viene preocupando desde hace tiempo a los más altos organismos internaciones.
ESTE pasado enero la Comisión Europea llamó la atención a la comunidad europea sobre la creciente ampliación de las inversiones extranjeras en el mercado europeo; ante lo cual consideraba necesario el control de esas inversiones en los sectores estratégicos de la economía y la sociedad. Entre estas empresas de “necesidad social” la CE había decidido incluir a las empresas de medios de comunicación, las de almacenamiento y procesamiento de datos, y a las de tecnologías para procesos electorales.
SI los medios son empresas estratégicas es, desde todo punto de vista, suicida que se facilite la propiedad de ellas a un sector igualmente estratégico como el de las empresas financieras.
ESTO deberían saberlo quienes escriben sobre el tema, como también tendrían que saber que la UNESCO, en mayo pasado, difundió su informe “Concentración de Medios y Libertad de Expresión” en el que se concluye que “el factor de la propiedad de los medios de comunicación” influye directamente en el contenido, pluralidad y perspectiva de los mensajes que se difunden, lo cual podría ir en contra del derecho humano a recibir una variedad de información y opiniones para tomar mejores decisiones.
ESTE informe, que firman los expertos en regulación de medios de comunicación Toby Mendel, Ángel García Castillejo y Gustavo Gómez, señala que a los riesgos de la concentración de los medios se suma el fenómeno conocido como “propiedad cruzada”, aquella en que los dueños de una empresa de medios también poseen otras compañías en industrias diferentes como tiendas o bancos, o incluso en otras ramas de los medios de comunicación.
ASIMISMO, la organización recomienda crear sistemas capaces de garantizar el respeto de esas normas y de la transparencia de parte de los medios, por parte de un organismo independiente sin ninguna influencia política o comercial.
SE hace difícil pensar que tanto la Comisión Europea como la UNESCO tengan una especial inquina contra los bancos y el resto de estratégicas…
Este es un tema muy gordo
LA Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI), junto con el European Centre for Press and Media Freedom (ECPMF) y el Observatorio para los Balcanes y el Cáucaso Transeuropa (OBCT) con el apoyo de la Comisión Europea, celebraron el año pasado en Madrid la conferencia ‘Newsocracy’ para analizar la relación entre la propiedad de los medios y la pluralidad informativa.
ALLÍ se puso de relieve que conocer quiénes son los dueños reales de los medios de comunicación, saber qué conexiones tienen los miembros de sus consejos de administración con el Estado, saber si esas empresas tienen contratos con la Administración públicas y cuáles son sus otros intereses económicos, son aspectos fundamentales para evaluar la credibilidad de un medio.
POR su parte, el experto Joan Barata, asesor de varias instituciones internacionales sobre cuestiones relacionadas con la libertad de expresión apuntó en ese mismo encuentro: “No se trata de ir contra la libre competencia, sino de proteger el derecho a la información de los ciudadanos”. Bastante claro, ¿verdad?
POR su parte, Reporteros Sin Fronteras (RSF) se ha tomado muy en serio este tema de la propiedad de los medios y en 2017, unos días antes de las elecciones, exigía al futuro presidente francés “luchar contra la concentración de los medios, transparencia en su propiedad y penalizar el tráfico de influencias en la información”.
DE forma concreta exigía: “Modificar las disposiciones obsoletas de la ley de 1986 de radiodifusión, la cual solo limita las fusiones horizontales, y luchar contra la concentración de medios en manos de grupos con intereses en otros sectores” y, además, “garantizar la aplicación de las normas sobre la transparencia de la propiedad de medios de manera que se respete la obligación de divulgación de la identidad de los accionistas. Introducir la obligación de transparencia en el beneficiario final de la propiedad del capital de los medios de comunicación”.
El enemigo está en casa
POR su parte, el Parlamento Europeo en su informe “Análisis comparado de la libertad de la prensa y del pluralismo en los Estados miembros de la UE”, considera que la independencia y el pluralismo de los medios de comunicación se están deteriorando en todos ellos, como consecuencia de que el poder de las corporaciones económicas y el poder político se combinan para ejercer presión sobre los medios de comunicación, cada vez más debilitados por las dificultades culturales y financieras.
EL estudio, encargado por la Comisión de libertades civiles, justicia y Asuntos de Interior (LIBE), ha tenido en cuenta para el análisis del concepto de pluralismo en los medios estas consideraciones: participaciones diversas, la independencia de la presión política y económica, la observación de la ética periodística y de la calidad profesional, la estabilidad financiera, la diversidad cultural y política del contenido, la diversidad geográfica y la independencia de las autoridades reguladoras.
EL estudio establece que ninguno de los Estados miembros del estudio cumple con todos estos criterios y señala que todos ellos tienen obligaciones pasivas y positivas para preservar la libertad de expresión y el pluralismo.
COMO se ve, esto no es una cuestión menor y para quien quiera indagar al respecto lo remito a las palabras del periodista Pere Rusiñol (El País, Público, El diario.es, Alternativas Económicas, Mongolia…), que hace cuatro años en el Fòrum de Debats de la Universitat de València, destripaba cómo estaban las cosas entre nosotros.
SEGÚN sus datos, de los 16 miembros del consejo de administración del grupo Prisa, doce habían sido directamente colocados en esas butacas por el sector financiero o grandes fondos de inversión. También dijo, para quien no lo supiera, que el dueño del grupo Godó, Javier Godó, es vicepresidente segundo de La Caixa y consejero de Caixabanc. Que El Periódico de Cataluña está en manos de La Caixa y otros bancos y que en el consejo de administración de ABC opinan el Banco Santander y el BBVA.
LA lista de propiedades cruzadas sigue hasta donde vosotros queráis llegar y, con esa información, podréis llegar a evaluar como los intereses comerciales y estratégicos de sus reales dueños influyen en las informaciones importantes que publican estos medios.
ESTO es sabido por todas las personas que, de una manera u otra, estamos vinculados a la industria de la comunicación; por eso resulta decepcionante que algunos periodistas, en lugar de callar su impotencia ante esta realidad, salgan a ladrar contra quienes anuncian que quieren poner fin al creciente deterioro de la información que recibe la ciudadanía desde los grandes grupos de medios.
BERTOLT Brech dejó escrito: “El que desconoce la verdad es un ignorante; pero el que la conoce y la desmiente, es un criminal”.
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