Periodista y secretario general de la FeSP
05/07/11. Opinión. “La defensora del lector de El País pregunta por qué la imagen que los ciudadanos tienen de los informadores se ha deteriorado tanto, pero los colegas consultados solo le dan excusas de mal pagador”. A partir de esta intervención, el colaborador de EL OBSERVADOR...
Periodista y secretario general de la FeSP
05/07/11. Opinión. “La defensora del lector de El País pregunta por qué la imagen que los ciudadanos tienen de los informadores se ha deteriorado tanto, pero los colegas consultados solo le dan excusas de mal pagador”. A partir de esta intervención, el colaborador de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, Dardo Gómez, entra a valorar los problemas del prestigio social de una profesión sometida a unos“medios que no lo son de la información sino emisarios de los poderes económicos”.
Más “Indignados con los periodistas”
LA defensora del lector de El País pregunta por qué la imagen que los ciudadanos tienen de los informadores se ha deteriorado tanto, pero los colegas consultados solo le dan excusas de mal pagador.
SÉ que suelo meterme en jardines minados, aunque nunca por vocación; pero no había imaginado que criticar ciertas incapacidades de los habituales tertulianos de los medios podría irritar tanto.
NO lo entiendo, de veras, porque creo que en función de emitir opiniones o comentarios un periodista no tiene más licencias que cualquier otro ciudadano; ya que en esa actuación no está informando, sino expresándose. Aunque debiera estar informado sobre lo que opina.
EXPRESAR es una libertad compartida con todo españolito y tan respetable como la mía de criticarlos por opinar, según mi criterio, sin fundamentos ni avales informativos ni comprensión de la realidad.
ELLOS opinan, yo los critico y estamos en paz…
SIN embargo, algunos opinan que también a los periodistas nos alcanza aquella máxima de perro no come carne de perro que no permite a los medios informar sobre los conflictos laborales de otros medios. Que casi siempre, son idénticos a los propios.
Es que me obligan
NO quisiera pasear por más jardines minados, pero es como si me empujaran a ellos, ya que el último domingo de junio tres colegas vinieron a confirmar mi visión de que ya no somos espejos de la realidad sino constructores de una realidad propia que, además, nos conduce a analizar todo lo externo a esa realidad, pero no a bucear en su interior.
EL pasado 26 de junio la defensora del lector del diario El País, la colega Milagros Pérez Oliva, bajo el título “Indignados con los periodistas” recogía las quejas de distintos lectores que sostenían que los medios se empeñaban en demonizar el llamado Movimiento 15-M.
ANTES de entrar en harina, creo que merece destacarse que la colega Pérez Oliva, se viene tomando muy en serio su tarea y además lo hace con habitual tino y respeto por el lector.
PUES bien, ella en ese artículo también aportaba la opinión del Observatorio de Medios de la Asamblea Popular de la madrileña Arganzuela, que decía observar "una creciente tendencia por parte de los principales medios de comunicación a tergiversar la realidad”.
ESTA gente, en el análisis que puede verse en su web señala que atentamos contra los principios deontológicos del periodismo con “la construcción de una realidad falsa y la inclusión de opinión donde solo debería haber información”.
Solo una pregunta
YA de su cosecha, la defensora agregaba “En los últimos años hemos podido observar cómo la imagen de los periodistas se deterioraba en las encuestas de valoración ciudadana, pero nunca hasta ahora las críticas se habían expresado de forma tan clara. Creo que debemos preguntarnos por qué. Para ello he pedido ayuda a tres personas cuyo criterio considero de referencia”.
ME parece que conviene remarcar que habla de los últimos años y no de lo sucedido a partir del último 15 de marzo, que menciona encuestas de valoración ciudadana, no de entrevistas a “indignados” y termina preguntando por la razón de ese descrédito comprobado a tres colegas de su diario con responsabilidad editorial.
APORTO parte de las respuestas que se le han dado en lo que considero más sustancial:
EL primero: "el movimiento de los indignados critica a los medios de comunicación tradicionales, sin establecer muchas diferencias entre unos y otros, porque para ellos la contradicción principal no está entre la izquierda y la derecha, entre los profesionales y los manipuladores, entre los propietarios y los periodistas, sino entre el establishment económico, político y mediático (con quien está tan cabreado)”.
AL segundo no le extraña que (siempre los indignados) apunten "sus miradas críticas, a veces demoledoras, contra el periodismo establecido. Sería extraño que quienes impugnan la representación política no discutieran la mediación periodística. Elecciones sin urnas, democracia sin representantes, huelgas sin sindicatos o periodismo sin periodistas, son paradojas del siglo XXI que están ya entre nosotros,…".
EL tercero abunda en lo anterior y señala que "Hay un asalto generalizado del Movimiento 15-M contra la idea de la mediación. Se está instaurando una visión según la cual la voluntad general es algo que se puede construir sin instituciones intermediarias. Es un tipo de sociedad que se considera mejor representada por los aficionados que por los expertos y que valora más al filtrador que al periodista”.
Perded toda esperanza
SI alguien esperaba un mínimo de autocrítica o algo de análisis sobre cómo están haciendo los medios su trabajo de informar que pierda toda esperanza.
SI en nuestro encuentro anterior me sobresaltaba la incapacidad de algunos colegas para contemplar la realidad y tratar de bucear en ella; esta vez detecto hasta un rasgo de soberbia.
ANTE las críticas de ciertos ciudadanos sobre cómo estamos haciendo nuestro trabajo y el sentimiento generalizado de descrédito de nuestra profesión, lo que hacen estos colegas es casi afearles sus ideas a los afectados por la información y echar el balón a las gradas.
Muy feo
POR suerte, la defensora del lector no se conforma con esas respuestas y tras ellas insiste en que “es urgente redefinir qué es buen periodismo y señalar aquellas prácticas periodísticas que contribuyen al descrédito general de los medios”.
Y la señora Pérez Oliva, más objetiva y centrada que sus colegas encuestados concluye señalando que “Los ‘indignados’ nos confrontan con nuestras carencias como colectivo. Creo que el debate es urgente y necesario y por eso les animo (a los lectores) a que me envíen su opinión”.
¡ÓLE por la defensora!
SEGURAMENTE ella ha sido más sensible y considero probable que hasta se haya sentido afectada al transcribirlo, como me afecta a mi leerlo, la escasa disposición de sus colegas a sentirse obligados con la ciudadanía, en la cual está depositado el Derecho a la Información.
Cómplices necesarios
LA defensora cerraba con esta advertencia de ese colectivo de Arganda preocupado por nuestro deber de informar “En nombre de las personas que os leen, de las personas que pagaron vuestras carreras de periodismo, de las personas que confían en vuestra imparcialidad, recuperad vuestra profesionalidad como periodistas”.
SEGURAMENTE, estos buenos ciudadanos no saben -porque muchos de los nuestros lo ocultan- que nuestra capacidad de defensa de su derecho a la información está castrada y que hay cómplices necesarios de esa amputación.
PRIMERO y fundamental, unos medios que no lo son de la información sino emisarios de los poderes económicos que tienen puestos sus intereses en canastas que no tienen nada que ver con la información.
SEGUNDO, pero no menos importante, la cobardía cívica de la gran mayoría de los partidos políticos de nuestros arcos parlamentarios estatales y autonómicos que han resignado su capacidad política y su compromiso con el derecho de la ciudadanía a las voluntades de los dueños de esos medios.
Y un tercer cómplice/víctima: nosotros; una profesión mediocre en su voluntad profesional que se alineó de forma irreflexiva, hace treinta años, tras las organizaciones herederas del franquismo.
NO lo descubro ahora, lo vengo diciendo desde la pavoneada Transición española; que si en algo fue mezquina y de valor gallináceo ha sido en su renuncia a fijar las bases de una regulación profesional que no hubiera permitido llegar a este estado de cosas.
PUEDE consultar aquí anteriores colaboraciones de Dardo Gómez:
- 09/06/11 15-M, acampadas y periodismo
- 04/05/11 La colegiación y otras monsergas
- 07/04/11 Vicios públicos y privados
- 03/03/11 Y a esto lo llaman corregulación
- 10/09/10 El sur existe y habla claro
- 29/07/10 Falta de responsabilidad y recochineo…
- 09/06/10 Por sus actos los conoceréis
- 24/03/10 Fomentando la trata de esclavos
- 23/02/10 La cabeza del periodista, por favor…
- 26/01/10 Volvemos a descubrir el Mediterráneo
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