OPINIÓN. ¿Me quieren oír? Por Dardo Gómez
Periodista
y secretario general de la FeSP
12/04/12. Opinión. “La presencia de los mandatarios de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en Cádiz debería hacer sonar todas las alarmas entre los periodistas españoles; la patronal de la prensa americana, vinculada a la CIA desde su nacimiento, ha patrocinado dictaduras tan aberrantes como las de Pinochet”. El colaborador de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com
Dardo Gómez repasa en este artículo la siniestra historia de la SIP en América Latina, soporte de golpes de
Estado. “Alguien debería decirle al Príncipe de Asturias que, con esta gente,
mejor no juntarse”, concluye.
El cártel de la
desinformación de América Latina visita Cádiz
EN pocos días los medios españoles van
a lanzar al vuelo las campanas para anunciar que Cádiz alberga del 20 al 23 de
abril próximos la reunión anual de la Sociedad Interamericana
de Prensa (SIP), cuya apertura hará el presidente del Gobierno y contará con la
presencia del Príncipe de Asturias.
ASÍ aderezado, el evento se venderá
como una reunión de periodistas; lo que es falso de toda falsedad.
LA
SIP,
es una asociación de propietarios, editores y directores de diarios, periódicos
y agencias informativas de América. Sus integrantes en su mayoría no son periodistas;
aunque algunos lo hayan sido y se han reconvertido en hombres de confianza de
los accionistas de los más de 1.300 periódicos y revistas que integran esta
organización.
ADEMÁS, nos van a querer presentar a la SIP como una organización
defensora de las libertades democráticas y esforzados luchadores por el derecho
a la información. Otra mentira; ya que ni siquiera son defensores de la
verdadera libertad de prensa; ya que ellos solo la ven como la libertad que les
haga de tapadera al monopolio de la información.
PARA saber quiénes son o cómo actúa este
cartel de la información, que alojaremos en España este mes, sobra
documentación; pero celosamente oculta por ellos mismos; por lo que creo que
conviene darle un breve repaso a su historia.
QUIZÁ, aunque muy improbable, si alguien
en la Casa Real
se enterara del pasado y presente de la
SIP podría dudar de la conveniencia de que el heredero de la Corona alterne con según
qué gente.
El fundador
EL edificio sede de la SIP, en el South West de la Tercera Avenida de
Miami, lleva el nombre de uno de sus fundadores, Jules Dubois; que era coronel
de la inteligencia militar norteamericana, reconvertido en corresponsal del Chicago Tribune en Latinoamérica para
servir a la CIA.
ES que la SIP nació de una operación de
la inteligencia estadounidense para hacerse con la organización panamericana
preexistente y en la que había periodistas y diarios independientes. Los
responsables de esa operación y quienes sentaron las bases del funcionamiento
de la SIP y su
orientación ideológica fueron los agentes de la CIA Jules Dubois y
Joshua Powers, y el funcionario del Departamento de Estado estadounidense, Tom
Wallace.
EL mencionado Dubois aparece en el
conocido mural de el pintor mexicano Diego Rivera “Gloriosa Victoria”, realizado
como condena de la invasión de Guatemala por la CIA y la empresa bananera United Fruit en junio
de 1954.
EN la obra aparece Dubois junto al
entonces secretario de Estado John Foster Dulles, hermano mayor de Allen Welsh
Dulles, ex presidente de la
United Fruit y primer director civil de la CIA en 1953.
EL dictador Carlos Castillo Armas,
impuesto por los invasores, había sido alumno de Dubois en la academia militar
de Panamá, conocida como Escuela de las Américas, una “escuela de torturas” que
ha tenido como alumnos destacados a los militares Lepoldo Galtieri, Augusto
Pinochet y Hugo Banzer, juzgados por crímenes contra la humanidad.
HASTA su muerte, Dubois presidió la Comisión de Libertad de
Prensa e Información, columna vertebral de la SIP.
Gente de
solera
LA connivencia de la SIP con las dictaduras y su
soporte de los golpes de Estado en América Latina ha tenido su máximo exponente
en el apoyo a las dictaduras del Cono Sur en los años setenta.
SOBRE todo, en la preparación del golpe
contra el Gobierno de Salvador Allende. Mientras el entonces presidente de la Comisión de Libertad de
Prensa de la SIP,
el dominicano Germán Orés, escribía comunicados expresando su preocupación por
falsas violaciones a la libertad de prensa en Chile, el dueño del diario El Mercurio y vicepresidente de la SIP, Agustín
Edwards, encabezaba desde su periódico el hostigamiento a Allende.
EDWARDS se reunió
con Richard M. Helms, director de la
CIA, y recibía de esta más de un millón de dólares de esa campaña
de desestabilización que, años más tarde, reveló una investigación del Senado
de Estados Unidos.
EN 1974, en
medio del feroz genocidio desatado en Chile, Argentina y Uruguay que diezmó las
redacciones de esos países, la SIP
proclamó que en esos momentos el riesgo para la
libertad de prensa en el continente era el gobierno nacionalista del
peruano Juan Velasco Alvarado.
CON lógica
cínica, no podría causar sorpresa que en el 2002 fuera nombrado presidente de la SIP el empresario uruguayo Danilo Arbilla, que contaba en su
currículum haber sido jefe de prensa de la última dictadura militar en Uruguay.
Durante su gestión entre 1973 y 1976, se clausuraron 173 medios de
comunicación, se intervino la
Asociación de la Prensa Uruguaya (APU), la organización sindical
de los periodistas y fue desaparecido el subdirector del semanario Marcha,
Julio Castro, mientras eran encarcelados y torturados decenas de periodistas.
EL nombramiento de este colaborador de
los genocidas motivó que los periódicos uruguayos La República y Posdata se
retiraran de la SIP.
Informe Mac Bride
EN 1980 fue presentado el informe “Un
solo mundo, voces múltiples”, que era el resultado del trabajo de una comisión
nombrada por la Unesco
y presidida por el Premio Nobel de la
Paz, Sean MacBride.
ESE documento, conocido como Informe
McBride, ha sido el informe sobre periodismo y sociedad más profundo jamás
elaborado y en el se exponía el desequilibrio del flujo informativo y se
planteaba la necesidad de mayor justicia en el intercambio de información, así
como de menor dependencia en relación a las corrientes de comunicación.
ERA un mensaje a futuro que anticipaba
la necesidad de democratizar los medios para evitar el monopolio de la
información por parte de los grandes grupos mediáticos; que es lo que ahora
vivimos.
LA SIP, que tuvo en España aliados destacados como El País o ABC, se convirtió en una de las más feroces voces opositoras del
informe, consciente que demandaba una verdadera libertad de prensa.
EL acoso de los grandes medios contra la Unesco no cesó hasta conseguir que Estados Unidos e Inglaterra retiraran sus fondos al organismo internacional y abandonaron ese organismo.
Salir por
piernas
UNA de las últimas actuaciones
destacadas de la SIP
fue protagonizada en mayo del año pasado por su ex presidente, el guatemalteco
Gonzalo Marroquín que, además de director del diario Siglo XXI, es accionista del canal de telenovelas Guatevisión y del consorcio Prensa Libre
que tiene el monopolio de la distribución de papel para periódico en Guatemala. Marroquín
se presentó en Buenos Aires para dar soporte al monopolio del mismo carácter
que ejercían los diarios Clarín y La Nación,
propietarios de Papel Prensa y socios eméritos de la SIP, que estaban denunciados
por apropiación indebida de esa empresa, protegidos por la dictadura del
general Videla.
PARA males del señor Marroquín, su
presencia en Buenos Aires coincidió con la decisión de la Fiscalía de calificar esa
apropiación como un presunto “delito de lesa humanidad”, al considerar que las
maniobras urdidas entre los dueños de Clarín
y La Nación y el gobierno de la dictadura podrían
“haber sido parte del conjunto de acciones persecutorias desplegadas desde el
Estado…”
EL otro motivo de la presencia de la SIP en Buenos Aires era
mostrar su preocupación por el “atentado a la libertad” que representaba para
ellos la inminente promulgación de la nueva Ley de Comunicación Audiovisual de
ese país. Una norma modélica que están imitando la mayoría de los países
democráticos del entorno.
LA respuesta que recibió Marroquín fue
la de miles de representantes de la comunicación, la educación y la cultura
argentinos; tras lo cual salió de puntillas del Río de la Plata negándose a recibir a
la prensa.
GUSTAVO Granero, vicepresidente de la Federación Internacional de Periodistas, cerró esta visita señalando que la SIP “ha quedado al descubierto; ya nadie cree sus mentiras en torno a la libertad de expresión”.
Director
de mérito
EN esa visita, Mallorquín era
acompañado del “papa negro” de la organización, el chileno Julio E. Muñoz; que
desde hace 19 años ejerce de director ejecutivo de la SIP; aunque es funcionario de
la organización desde hace treinta -fue director del Instituto de Prensa- y
maneja todos los resortes de la entidad.
MUÑOZ realizaba el pasado noviembre en una
entrevista en Buenos Aires estas declaraciones:
- La SIP cree que
la mejor ley de prensa es la que no existe porque las regulaciones
constitucionales en cada país son suficientes. No se trata de patentes de
corso, sino de la conveniencia de que los gobernantes de turno no caigan en la
tentación de someter a la prensa independiente a través de la manipulación o la
interpretación acomodaticia de ese tipo de leyes.
-¿Cómo debe ser la autorregulación en los medios de comunicación social?
-La autorregulación está asociada a la ética del editor y del periodista. No se pueden imponer criterios rígidos en esta materia.
-¿Puede asegurar que los editores de los medios privados no practican censura o autocensura de acuerdo con sus intereses particulares?
- El editor es libre y debe obrar de acuerdo con su propia ética; si censura está desconociendo su responsabilidad con la sociedad y su compromiso con la verdad. El hecho de que un cura abuse de un niño, no implica que toda la iglesia sea mala. Evidentemente vamos encontrar excepciones, pero la excepción no hace la regla.
Traficantes
de información
OTRAS de las obsesiones del director
ejecutivo de la SIP
y sus directores propietarios, son los medios comunitarios; ellos entienden que
todos los espacios radiales o televisivos deben ser para los medios comerciales
y que el resto de la ciudadanía no tiene derecho a competir con ellos en ese
espacio.
DE allí su enfrentamiento con varios
gobiernos democráticos de Sudamérica empeñados en facilitar estos recursos de
comunicación a las comunidades indígenas y otros colectivos sociales
minoritarios.
EL periodista Pascual Serrano cuando
habla de estos personajes los califica de “traficantes de información”; sin
embargo, a la vista de tantos hechos demostrados se me hace que sus tráficos
son aún más peligrosos y afectan, también, otros derechos fundamentales de las
personas.
PUEDE consultar aquí anteriores colaboraciones de Dardo Gómez:
- 27/03/12 Los periodistas y sus supuestas libertades
- 19/12/11 Un escándalo que viene de lejos
- 04/10/11 Silenciar también es mentir…
- 13/97/11 El mito de la autorregulación hace agua
- 05/07/11 Más “Indignados con los periodistas”
- 09/06/11 15-M, acampadas y periodismo
- 04/05/11 La colegiación y otras monsergas
- 07/04/11 Vicios públicos y privados
- 03/03/11 Y a esto lo llaman corregulación
- 10/09/10 El sur existe y habla claro
- 29/07/10 Falta de responsabilidad y recochineo…
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