OPINIÓN. Sin comentarios. Por Luis Callejón
Experto en turismo

luis_callejon.jpg15/10/10. Opinión. El movimiento ciudadano originado el pasado julio alrededor del manifiesto Salvemos el Puerto consiguió despertar del ‘letargo conformista’ a Málaga y obligó a Junta y Ayuntamiento a ponerse de acuerdo y aceptar una de las exigencias del manifiesto: el derribo de la verja...

OPINIÓN. Sin comentarios. Por Luis Callejón
Experto en turismo

luis_callejon.jpg15/10/10. Opinión. El movimiento ciudadano originado el pasado julio alrededor del manifiesto Salvemos el Puerto consiguió despertar del ‘letargo conformista’ a Málaga y obligó a Junta y Ayuntamiento a ponerse de acuerdo y aceptar una de las exigencias del manifiesto: el derribo de la verja. Sin embargo, a juicio del colaborador de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com Luis Callejón, “una vez pasado el efecto ‘gaseosa’ de toda esta historia, se aplica un viejo sistema que, según me cuenta algún historiador, se inventó en El Pardo, donde se dejaba pasar cierto tiempo para que al final cuando las aguas estaban más calmadas, hacer lo que el General quería”.

Sueños de una noche de verano

EL pasado mes de julio soñé, bendita ilusión... que Málaga por fin estaba despertando de su letargo conformista característico. En este mismo medio de comunicación, leía el manifiesto titulado Salvemos al Puerto, que firmaban 40 ciudadanos de distintas ideologías y responsabilidades intelectuales, a los que se adhirieron más de 200 personas en 48 horas, desde abogados y catedráticos hasta pequeños empresarios, trabajadores y estudiantes.

EL impacto fue impresionante… tanto que por primera vez, de una sola tacada, se pusieron de acuerdo el Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía a través de su delegada en Málaga (hoy aspirante a la alcaldía).

EN una de las adhesiones leí el ejemplo que se puso de una histórica discusión entre el entonces alcalde de Córdoba Julio Anguita (IU) y el obispo de esta Diócesis en la que quedó claro que al obispo lo nombraron a dedo y el alcalde fue nombrado democráticamente por votación popular y que por tanto, el religioso no era el obispo del alcalde mientras Julio Anguita sí era el alcalde del obispo.puerto_malaga7.jpg

ENTRE Málaga ciudad y el Puerto me da la impresión de que nos encontramos ante la misma disyuntiva, pero en esta ocasión además el Papa de Roma estaría a favor de Julio Anguita, o lo que es lo mismo, la Junta de Andalucía está de acuerdo con el Ayuntamiento y los dos con el sentir del pueblo de Málaga, verdadero protagonista en el que radica la soberanía.

SIN embargo, una vez pasado el efecto ‘gaseosa’ de toda esta historia se aplica un viejo sistema que, según me cuenta algún historiador, se inventó en El Pardo, donde se dejaba pasar cierto tiempo para que al final cuando las aguas estaban más calmadas, hacer lo que el General quería.

EMPECÉ a preocuparme con un artículo publicado en el diario Sur por el arquitecto Sr. Jerónimo Junquera, ganador del Concurso para la Integración Puerto Ciudad de Málaga, con su Palmeral de las Sorpresas, que ya en su momento, cuando se publicó, personalmente creí que era una gran idea por su originalidad (siempre que éstas vengan con un certificado de vacunación contra el picudo rojo).
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CON dicho artículo entendí que, más que una presentación de su obra, el proyecto era un encargo político para defender el mantenimiento de la verja… Pensé que un artista de la categoría del señor Junquera debería estar más preocupado de su obra que del marco que le pondrán, bien sea madera, hierro forjado, o como está dictando la moda en estos tiempos, sin marco.

EL lunes pasado día 4 de octubre, en una tertulia a la que asistió la Autoridad Portuaria, a una pregunta sobre la situación en que estaba el derribo de la verja, usando presuntamente la leyenda de aquel General, afirmó que lo único que tenía previsto era unir el Puerto a través de la Plaza de la Marina.

¿QUÉ pasó con el efecto ‘gaseosa’?... ¿Cómo es posible que en sólo tres meses se haya convertido en agua dulce sin una sola burbuja?

CREO que nunca Málaga volverá a tener una oportunidad tan clara para convertirse, no sólo en la ciudad más atractiva de Andalucía, sino en la capital con mejor imagen del Mediterráneo, si el Parque de Málaga está unido en toda su longitud a su Puerto.

PORQUE el Paseo de los Curas todo el mundo sabe que se puede soterrar aprovechando a los ingenieros y a las tuneladoras del metro.

SI no se recupera con todas sus fuerzas el espíritu del manifiesto Salvemos el Puerto... ¿Quién le explicará a las generaciones venideras que por razones presuntamente personales, Málaga seguirá teniendo su Gibraltar particular?

PUEDE consultar aquí anteriores artículos publicados por Luis Callejón:
- 30/09/10 Con sabor agridulce
- 07/09/10 Sin comentarios II
- 23/07/10 Sin comentarios