OPINIÓN. El buen ciudadano. Por Rafael Yus Ramos
Coordinador del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía
05/02/18. Opinión. El coordinador del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía, Rafael Yus, hace una nueva entrega en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com de una serie dedicada al papel de las mascotas en la sociedad. En esta ocasión trata la vertiente sanitaria, afirma que “en este marco aparecen problemas de salud tanto en las personas, como en las propias mascotas”, algo que a su juicio...
...“incrementa el gasto sanitario y veterinario sin contar lo que supone una pérdida de calidad de vida para un animal”.
Reflexiones sobre la creciente sociedad mascotizada (V). La salud en la interacción mascótica
SEGÚN la OMS, la salud es el estado de completo bienestar físico, mental y social. En toda sociedad existen problemas de salud, de forma que, en muchos casos, la salud es un reflejo de las características de esa sociedad, de cuáles son los hábitos de sus individuos, de cómo se relacionan entre sí, de cómo es el hábitat en el que viven y de qué medidas disponen para atender los problemas de salud que aparecen. Por la misma regla, en una sociedad mascotizada como la de nuestras ciudades modernas, en cuyas viviendas no sólo viven personas, sino también otros animales, aparecen nuevos problemas de salud, tanto los propios de cada componente (animal y humano), como de los específicamente derivados de la interacción entre animales y personas. El abanico de problemas de salud de los animales domésticos, que aquí reduciremos a las mascotas más corrientes, es muy extenso, y aunque puede discutirse la aplicación del concepto de salud de la OMS a las mascotas, si es cierto que, en esa antropomorfización que se tiende a hacer con las mascotas, éstas son consideradas como humanos (miembros de la familia, hijos perpetuos, etc.), no es abusiva su aplicación. Es indiscutible que las mascotas tienen problemas de salud física y mental, y, aunque es más discutible la extensión de salud social a las mascotas, si somos coherentes con esta visión antropomórfica de estos animales que conviven con las personas, hemos de aceptarlo también. Ciertamente, la salud “social” en las mascotas no tiene la misma entidad que en la especie humana, pero no cabe duda de que mascotas como los perros son animales sociales por naturaleza, viven normalmente en manadas jerarquizadas llamadas jaurías, donde existe una interacción social de forma natural, capacidad innata que en su hábitat urbano es ignorada por la sujeción a las normas de su habilitación como mascota. Caso diferente son los gatos, por naturaleza solitarios, salvo en los momentos de celo y crianza, aspecto que también se limita deliberadamente en su condición de mascota, aunque en su interacción con los humanos pueden surgir otros problemas que afectan también a su salud y que podemos incluir como salud social. El apego que existe entre dueños y mascotas y las continuas visitas al veterinario normalmente garantizan un buen estado físico de la mascota, pero a menudo se descuida el mental y social.
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