OPINIÓN. El buen ciudadano. Por Rafael Yus Ramos
Coordinador del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía


17/12/18. Opinión. El coordinador del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía, Rafael Yus, habla en su nuevo artículo para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre los balates, una tecnología rural centenaria, y reflexiona sobre su papel frente a la erosión o su valor patrimonial, ahora reconocido internacionalmente. Yus lamenta que la nueva agricultura esté destruyendo este rico patrimonio...

Los balates: ¿un patrimonio de la humanidad en extinción?

CON
fecha 26/XI/2018, ocho países mediterráneos, entre ellos España, fueron incluidos en la Lista Representativa del Patrimonio Cultura Intangible de la Humanidad en “la técnica constructiva de la piedra en seco”, presente en numerosas provincias de España, y que en la Axarquía, tiene su más visible concreción en los llamados balates. Pequeños muros de piedra seca (sin hormigón ni aglomerante) que los agricultores han venido haciendo desde hace siglos en los cerros y colinas de la comarca de la Axarquía. Se logra así un reconocimiento internacional a una tecnología agraria centenaria que GENA-Ecologistas en Acción ha defendido desde hace 30 años. Pero, ¿está dispuesta la nueva agricultura de subtropicales a respetarla como merece este galardón?

Balates y paisaje

SEGÚN
el Diccionario de la Lengua, los bancales pequeños y estrechos, formados por un terreno en pendiente, cortándolo o allanándolo para sembrar o hacer plantaciones en él, reciben el nombre de paratas (del latín paratus que significa "preparado"). Como veremos más adelante, una parata tiene un margen en forma de murete llamado balate, si bien esta última denominación también se utiliza simplemente para nombrar a un terreno en declive de muy poca anchura, es decir, una parata.


LA palabra balate proviene del árabe balat, que significa “camino”, una denominación heredada de la cultura agrícola introducida por la cultura árabe en comarcas andaluzas abruptas como la Axarquía o la Alpujarra. Efectivamente, como veremos, inicialmente el balate era una construcción para asegurar el tránsito de ganado de carga por la ladera de la montaña, a través de caminos elaborados con la misma tecnología que los bancales agrícolas (imagen). Más adelante se ha utilizado para denominar el margen de una parata, una denominación que en la Axarquía se sustituye por la de bancal o terraza pequeña y estrecha formada por un terreno en pendiente y, en algunos lugares también se conoce por embarrada que ha derivado en muchos pueblos malagueños en el término, más popular de albarrada o “albarrá”. Pero la palabra balate también aparece asociada a otro tipo de construcciones rurales, por lo que el balate no es más que una tecnología de edificación de un muro con piedra seca (sin argamasa) con suficiente estabilidad y drenaje para usos muy diversos, aunque siempre ligados a terrenos en pendientes.

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