“Estos productos afectan gravemente a la biodiversidad marina, no dudamos en calificar esta cuestión como ecocidio, que nadie quiere denunciar porque afecta a la gallina de los huevos de oro de los españoles: el turismo de sol y playa”
OPINIÓN. El buen ciudadano. Por Rafael Yus Ramos
Coordinador del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía GENA
29/09/21. Opinión. El coordinador del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía (GENA), Rafael Yus, analiza en una serie de artículos el impacto de las cremas solares en los ecosistemas marinos: “Cada año, la prensa se hace eco de las advertencias que dan continuamente los dermatólogos sobre los peligros de la exposición solar, dando recomendaciones sobre el horario más apropiado para los baños, así como los...
...sistemas de protección solar: horario, sombreros, sombrillas, gafas de sol filtradoras de rayos UV, y, la consabida crema protectora”. Informa EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. SIGUE
El ecocidio y suicidio de los baños de sol. [3] La magnitud del problema de los filtros solares UV
Cada año, la prensa se hace eco de las advertencias que dan continuamente los dermatólogos sobre los peligros de la exposición solar, dando recomendaciones sobre el horario más apropiado para los baños, así como los sistemas de protección solar: horario, sombreros, sombrillas, gafas de sol filtradoras de rayos UV, y, la consabida crema protectora. En anteriores capítulos hemos mostrado las características de las cremas de protección solar y también sobre sus efectos en la salud humana, en calidad de disruptores endocrinos. Si, tal como afirma tozudamente la comunidad científica, los filtros de protección UV son una fuente considerable de trastornos orgánicos en los seres humanos, no se puede ignorar que hay otras formas de vida, principalmente acuáticas que, al recibir estos productos cuando se desprenden de nuestra piel al bañarnos, también pueden ser afectadas. Veamos en qué medida.
El mar Mediterráneo se considera hoy día como un punto caliente (hot spot) de biodiversidad. La última estimación da cuenta de más de 17.000 especies marinas que habitan este mar. Esta cifra representa del 4 al 18% de la biodiversidad marina del mundo, y con 28% de las especies marinas consideradas endémicas de la cuenca. Sin embargo, la mayor biodiversidad se da en la zona occidental y precisametne en áreas costeras y plataformas continentales, con hábitats únicos y en peligro de extinción como praderas de fanerógamas marinas, arrecifes de vermetidos, entre otros. También es también el hábitat de muchas especies emblemáticas en peligro de extinción, como la posidonia (Posidonia oceanica), la tortuga verde (Chelonia mydas), la tortuga boba (Caretta caretta), la foca monje del Mediterráneo (Monachus monachus), el atún rojo del Atlántico (Thunnus thynnus), el mero oscuro (Epinephelus marginatus), o la nacra (Pinna nobilis).Se da la circunstancia, lamentable, de que estos lugares constituyen el principal destino turístico del mundo, recibiendo más de 671 millones turistas internacionales (según datos de 2018), siendo la región más visitada el sur del Mediterráneo, con 267,4 millones, concentrada en pocos países, entre ellos España (81,8 millones de turistas en 2017). Todo esta gran afluencia produce una alta presión antropogénica sobre sus entorno natural a lo largo de la temporada de 3 meses, periodo en el que se concentra el uso de protector solar es mayor entre la población. Y este hecho tiene su lado social positivo puesto que el turismo es la mayor actividad económica marítima que actualmente emplea a más más de 2,35 millones de personas, lo que equivale al 1,1% del empleo total de la UE, y algunas áreas son el principal combustible de la economía local. Sin duda alguna, regiones españolas como las islas Baleares o Andalucía, concentran la mayor parte del turismo costero, tanto a escala nacional o internacional en el Mediterráneo (Fig.1). Es una afluencia creciente, como muestra el crecimiento interanual (Fig.2), concentrándose especialmente en los meses más cálidos del año (mayo a septiembre) (Fig.2).
Una vez situados en los destinos turísticos costeros, el consumo de protectores o cremas solares (Fig.3) es generalizado entre la población y los bañistas que intentan evitar que su piel se dañe por los rayos ultravioleta, siguiendo las recomendaciones de la OMS y los dermatólogos. Según las encuestas, en España los bañistas usan protector solar en la cara (57%) y cuerpo (60%) y no es casual que España era, con mucho, el país del mundo con mayor consumo de protector solar per cápita en 2012 con 189 ml. El uso masivo de filtros solares en los países mediterráneos y el aumento de los visitantes de turismo durante la temporada de verano han llevado a un aumento de las concentraciones de filtros UV en el ecosistema costero, encontrándose una relación directa entre los bañistas y filtros UV en las aguas de la playa. Esto se comprobó en Mallorca, donde los filtros orgánicos (benzofenona-3 (BZ-3) y 4-metilbencilideno alcanfor (4-MBC)), así como derivados de los inorgánicos (Ti2 + y Zn2 +), aumentaron sus concentraciones en aguas superficiales y especialmente en la microcapa superficial, con el aumento de bañistas durante un día de verano.
Los filtros UV orgánicos se han analizado en cuatro matrices costeras del Mediterráneo (Fig.4): agua de mar (en la microcapa superficial donde puede sufrir procesos de fotooxidación o fotodegradación por el sol), en el biota marino (ingesta y acumulación por el fitoplancton y por los animales marinos),en sedimentos del fondo marino y en la arena de playa. Como los protectores solares son un cosmético con marcado uso estacional, las concentraciones de filtros UV orgánicos en el agua de mar dependen de la época y técnica de muestreo y análisis. En agua de mar, se han cuantificado al menos nueve tipos de filtros UV orgánicos en concentraciones del orden de ng / L. El BZ-3 fue el filtro UV más estudiado y el de mayor concentración encontrado (3.300 200 ng /L en una playa española). Sin embargo, el salicilato de octilo (OS) presenta las concentraciones medias más altas (440 ng /Ll)). Hay muchas evidencias que indican que estos compuestos pueden bioacumularse en tejidos de biota marina como camarones, erizos de mar y delfines, entre otros. Debido a la lipofilia de estos compuestos, también pueden acumularse en sedimentos marinos.
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