“Los filtros UV no se eliminan por completo durante el tratamiento de las depuradoras de aguas residuales, por lo que son vertidos directamente a ríos o mar”

OPINIÓN. El buen ciudadano. Por Rafael Yus Ramos
Coordinador del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía GENA

06/10/21. Opinión. El coordinador del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía (GENA), Rafael Yus, analiza en una serie de artículos el impacto de las cremas solares en los ecosistemas marinos: “La existencia de filtros solares en las cremas de protección contra la radiación UV de la piel en los bañistas se conoce desde mediados del siglo pasado. Pero su posible impacto en el medio ambiente no ha sido reconocido hasta...

...recientemente, pese a que ya en los años 1990 se empezara a sospechar algo”. Informa EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com.

El ecocidio y suicidio de los baños de sol. [4] El impacto de los filtros solares UV orgánicos

La ciencia es una actividad humana colectiva, pese a que se realice de forma compartimentada por distintos equipos de investigación. Pero la publicación de los resultados de las publicaciones de cada equipo permite compartir conocimiento, mejorarlo o refutarlo, y de este modo hacer que el conocimiento científico esté cada vez mejor fundamentado y tenga mayor alcance y aplicaciones. Esto es lo que ha sucedido con el impacto de los filtros solares de tipo orgánico, como resumiremos a continuación.

Cómo entran los filtros UV en los sistemas acuáticos

La existencia de filtros solares en las cremas de protección contra la radiación UV de la piel en los bañistas se conoce desde mediados del siglo pasado. Pero su posible impacto en el medio ambiente no ha sido reconocido hasta recientemente, pese a que ya en los años 1990 se empezara a sospechar algo. En aquella década se empezaba a tener conciencia de que los seres vivos estaban acumulando microcotaminantes procedentes de productos fabricados por el ser humano, como los pesticidas. Se apreció que determinadas sustancias químicas de tipo orgánico eran poco metabolizadas y se acumulaban en los tejidos grasos de los animales, hasta llegar a producirles trastornos de diverso grado, algunos de carácter endocrino, pues esas sustancias actuaban como disruptores endocrinos. Pero no se sospechaba nada de los filtros solares, que ya por entonces se estaban utilizando de forma masiva por todo el mundo, para prevenir afecciones dérmicas tan graves como el melanoma. En esta década ya se empezó a detectar filtros solares en el agua de los lagos y fue precisamente el equipo alemán de Nagtegaal et al. (1997) los primeros en revelar, a partir de experimentos realizados entre 1991 y 1993, que en dos especies de peces de los lagos alemanes, la perca (Perca fluviatilis) y rutilo (Rutilus rutilus) había hasta 7 tipos distintos de filtros solares UV en tasas de 40 y 90 ng/kg, siendo el más común el metil-bencilideno alcanfor (4-MB), un filtro de tipo orgánico. Por entonces, en Alemania se consumía 8.000 toneladas de crema solar, en la que un 10% estaba formada por estos filtros UV, que no sólo se usaban para las cremas solares, sino también para muchos otros productos cosméticos. Los autores explicaban la presencia de estos compuestos en los peces por su incorporación en el medio acuático, procedente de los bañistas y otro residuos, acumulándose en sus tejidos por su carácter lipofílico.

Por aquella época, sin embargo, la preocupación estaba centra en el impacto de estos filtros para los seres humanos, y por ello la investigación inmediatamente posterior no aportó gran cosa adicional sobre el descubrimiento de  Nagtegaal et al. (1997). Sotkes y Diffey (1999) probaron que estas sustancias eran bastante estables y resistentes al agua. Algunos equipos de investigación como el de Schlumpf (2001) empezaron a interesarse sobre la posible presencia de estos filtros en el cuerpo humano y, tal como se ha explicado en un capítulo anterior, demostraron que actuaban como disruptores endocrinos, causando trastornos en el desarrollo y función del aparato reproductor masculino y femenino, así como en el tiroides y sistema nervioso central, continuando estos estudios hasta 2004, encontrando fuentes diversas de contaminación de estas sustancias (pues se usan como fotoestabilizantes para todo tipo de cosméticos), siendo las cremas solares una de las más importantes. Se comprueba que en estos filtros UV es característica la presencia de hidrocarburos aromáticos de estructura simple o múltiple, a menudo con grupos hidrófobos unidos, por lo que la mayoría de los filtros UV utilizados en los protectores solares son altamente lipofílicos y por lo tanto, puede acumularse en el cuerpo humano y el medio ambiente. Pero, pese a estar centrados en los efectos en los seres humanos, estos autores ya apuntaron sobre el posible impacto en el medio ambiente, aunque este asunto no fue investigado por ellos.

Más adelante, se empezó a estudiar el origen de la contaminación de filtros UV en aguas residuales y aguas superficiales. Balmer et al. (2005) examinó la existencia de cuatro importantes compuestos orgánicos de filtro UV en aguas residuales y aguas superficiales. En Suiza, Poiger et al. (2004) los encontró en dos lagos recreativos. Lambropoulou et al.. (2002) determinaron la existe ncia de 2-hidroxi-4-metoxibenzofenona y ácido octildimetil-p-aminobenzoico  en muestras de agua de piscinas, desechos de duchas y agua de mar, encontrando que en todos los casos procedían de personas que habían aplicado productos cosméticos a su piel antes del baño. Hasta ahora, la mayoría de los estudios centrados en filtros UV se han llevado a cabo en Europa y EE.UU., pero el equipo chino de Weihong Li et al. (2007), también lo corroboró, al encontrar  cuatro filtros UV: benzofenona-3 (BP-3), 4-metilbencilideno alcanfor (4-MBC), metoxicinamato de etilhexilo (EHMC) y octocrileno (OC), en varias plantas de tratamiento de aguas residuales (EDAR) de Tianjin, en febrero, julio y septiembre y en concentraciones oscilaron entre 34 a 2.128 ng/L. Encontraron que las concentraciones de los cuatro filtros UV fueron mayores en los meses cálidos (julio y septiembre) que en los fríos (febrero). Estos resultados indican que los filtros UV no se eliminan por completo durante el tratamiento de las depuradoras de aguas residuales, por lo que son vertidos directamente a ríos o mar. Este tipo de estudios reveló que con el tratamiento regular de aguas residuales, la lipofilia no permite realmente una eliminación extensa de productos químicos en este tipo de tratamiento (coagulación y filtración por membranas). Incluso la ozonización, la forma en que se hizo en esta planta, no es muy eficaz para eliminar estos y probablemente otros compuestos.

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