“Los árboles pueden ser considerados como auténticos sumideros de carbono, ya que almacenan grandes cantidades de CO2 en sus tejidos, y de este modo disminuyen una parte importante de los gases de efecto invernadero que participan en el calentamiento global”

OPINIÓN. El buen ciudadano. Por Rafael Yus Ramos
Coordinador del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía

06/02/23. Opinión. El coordinador del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía (GENA), Rafael Yus, escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre los bosques urbanos: “La arboleda urbana es un importante sistema de mitigación del cambio climático. Pero hemos visto que también se puede convertir en un eficaz sistema de adaptación, pudiendo considerarse como refugios...

...climáticos. Estas propiedades empiezan a ser admitidas por todo el mundo”.

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Los bosques urbanos del siglo XXI. ¿Víctimas o verdugos del cambio climático? (1)

Actualmente ya empiezan a preocupar las consecuencias del cambio climático y prueba de ello son las últimas leyes y decretos que desarrollan lo que se supone que debería ser medidas de mitigación y adaptación a este fenómenos cuya factura no hay duda de que es antropógena. Medidas que, bienvenidas, sin embargo vienen demasiado tarde, cuando apenas tenemos margen para que sean significativas para esta problemática, y además muy conservadoras, con ese temor visceral a cambiar las sacrosantas “reglas del mercado”.

Sin embargo, en este contexto no son abundantes los estudios sobre el papel del arbolado urbano, especialmente los bosques urbanos. Resumiendo mucho esta cuestión, encontramos dos campos de estudio necesariamente relevantes para este gran tema que es cambio climático:

a.- El papel de los bosques urbanos en la mitigación y adaptación al cambio climático. En este caso lo calificaríamos como “verdugos” del cambio climático.

b.- El efecto que provocará el cambio climático sobre el arbolado de nuestras ciudades. Aquí, sin embargo, los bosques urbanos aparecen como “víctimas” del cambio climático.


En esta serie de artículos vamos a dar un repaso a estas dos cuestiones, aprovechando el inventario de árboles del municipio de Vélez-Málaga, que hemos elaborado para lo que tal vez podrá ser un Plan Director del Arbolado de este municipio.

Los bosques urbanos como “verdugos” del cambio climático

La costumbre de plantar árboles en las ciudades nació para lograr, inicialmente, una pequeña cantidad de tipos de funciones, como la de procurar sombras y paseos, mejorar la estética urbana, etc. Más adelante se empezó a ver que había otros “servicios” adicionales que prestaba el arbolado urbano: atrapar el polvo, filtrar los gases contaminantes, reducir el ruido, aumentar el bienestar, etc. Más recientemente, sin embargo, se van añadiendo otros servicios de los árboles urbanos, que ahora son de especial relevancia en el contexto del cambio climático. Veamos los más importantes:

1. Los árboles como sumideros de carbono. Como es conocido, los árboles, a través de la fotosíntesis, absorben CO2 atmosférico y lo incorporan en sus tejidos como moléculas orgánicas. Una parte pequeña de esas moléculas tiene que quemarlas en la respiración para mantenerse vivos, pero una gran parte se queda almacenado, a veces durante siglos. Aproximadamente la mitad de la biomasa de un árbol es carbono y ese carbono proviene exclusivamente del CO2 que toma por las hojas durante la fotosíntesis. Se ha calculado, en algunos árboles, que un solo árbol es capaz de absorber hasta 6 kg de CO2 al día (Fig.1), y aunque una parte la devuelve a la atmósfera por su propia respiración, otra se queda (o fija) definitivamente en los tejidos. Todo ello conduce a la convicción de que los árboles pueden ser considerados como auténticos sumideros de carbono, ya que almacenan grandes cantidades de CO2 en sus tejidos, y de este modo disminuyen una parte importante de los gases de efecto invernadero que participan en el calentamiento global, actúan, pues, como especie de “verdugos” contra el cambio climático.. Así que una manera de mitigar los efectos del cambio climático consiste en mantener y ampliar la vegetación arbórea urbana, pues a mayor superficie de arboleda, mayor cantidad de CO2 se retira de la atmósfera y se queda secuestrado en los tejidos del árbol. Recuérdese que ante los diferentes escenarios de cambio climático previstos para Andalucía, nada positivos, el papel de los sumideros de dióxido de carbono urbanos es muy importante. Lógicamente, cuando mayor es el árbol más capacidad tiene de absorber CO2 que se va almacenando en sus tejidos (Fig.2).

Ahora bien, no todos los árboles urbanos tienen la misma eficiencia en la fijación de CO2. El Dr. Figueroa, de la Universidad de Sevilla, calculó la capacidad de fijación del CO2 por cada especie de árbol urbano, en distintos ambientes climáticos. Su cálculo, que obtuvo con instrumentos de precisión, lo expresó en kilogramos de CO2 por metro cuadrado de hojas y a lo largo de un año. De este modo, para las ciudades situadas en el litoral Mediterráneo andaluz, entre las cuales se encuentra Vélez-Málaga, incluyó un centenar de especies de árboles, cuya eficiencia oscilaba entre un máximo de 5,55 KgCO2/m2.año que tenía, en exclusiva, la falsa acacia (Robinia pseudoacacia) y un mínimo de 0,72 kgCO2/m2.año que se obtenía con la casuarina (Casuarina equisetifolia). Lamentablemente, la falsa acacia está actualmente inventariada como especie invasora, y por tanto está prohibido plantarla, pero todavía se ven algunos ejemplares residuales que no han sido eliminados. Por debajo de la falsa acacia se encuentra la morera (Morus alba) con 4,86 kg.CO2/m2.año, seguido de los eucaliptos (Eucaliptus camaldulensis) con 4,46 kg.CO2/m2.año, el cinamomo (Melia azedarach) con 3.86 kg.CO2/m2.año. etc.

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