OPINIÓN. El buen ciudadano. Por Rafael Yus Ramos
Coordinador del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía

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26/09/12. Opinión. En esta segunda parte de la colaboración de Rafal Yus con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com se pone al pico de la Maroma “como ejemplo de uso desequilibrado de los recursos naturales”. Alerta Yus de que la masificación “no sólo elimina el componente clave de esta modalidad de turismo (el encuentro con la naturaleza) sino que aporta graves

amenazas para la flora y fauna, la integridad del espacio natural en cuestión.

¿Parques naturales o parques temáticos? Sobre la masificación del turismo de naturaleza

LA montaña rusa de la Maroma. Otro ejemplo de ese uso desequilibrado de los recursos naturales, lo tenemos en el continuo trasiego a pico de la Maroma (2.065 metros), el más alto del Parque Natural de Tejeda y Almijara. Yo entiendo el afán deportivo de subir a la Maroma, la he visitado numerosas veces desde 1976, unas veces por estudios, otras por placer. Siempre he ido en grupos de no más de diez personas y allí nos encontrábamos a veces a otro grupo y otras a nadie. Nada que objetar. Pero conforme se iba extendiendo la fama de esta excursión, y en particular determinadas rutas, se ha ido produciendo una creciente y preocupante masificación. Desde hace algunos años venimos advirtiendo que hay grupos de personas que suben a la Maroma y pasan la noche allí. Cualquiera puede comprobar las piedras colocadas en seco para el vivaqueo. La pernoctación en la Sierra de Tejeda está prohibida, pero tampoco se pide permiso. Hemos comprobado que algunos de estos grupos suben a este lugar y hace su botellón, su fiesta particular en las alturas y levantan el campo, resacosos, al día siguiente, no siendo infrecuente que dejen basuras, hecho que ha favorecido la proliferación de ratones en la cumbre, en una zona donde de otra manera sería precaria la vida ya que hay pocos recursos.

EN ese afán por no poner demasiados impedimentos al disfrute del medio ambiente, la Consejería de Medio Ambiente no se preocupa de estas cosas. Como en el caso anterior, hemos planteado a la Junta Rectora del Parque Natural, que controle el flujo de personas, entre otras razones porque la Maroma es precisamente una zona de protección especial (grado A) dentro del parque. Lejos de hacernos caso, el flujo de visitantes a este lugar es tremendo. Algunos colegios e institutos organizan excursiones colectivas de 30-60 o más alumnos a la Maroma, como si de una feria se tratara. La masificación trae consigo muchos problemas. Por mucho que los profesores o monitores se propongan controlar la masa humana, no consiguen hacerlo más que a los dos o tres que tienen más cerca, no pueden controlar lo que se hace lejos de ellos. Nosotros sí lo hemos visto: tiran basuras, hacen ruidos, cantando, chillando, cogen ramilletes de flores, tiran piedras a las lagartijas, abandonan el sendero para “cortar” y se meten por zonas forestadas que acaba siendo destruida en sucesivos pasos, etc. La masa no se puede controlar. No hay más opción que los grupos reducidos. Por esto hemos pedido en retiradas ocasiones que se obligue a pedir permiso y que los grupos no sean más de 20 por monitor. Y aún así, habría que prohibir el acceso de grupos a la Maroma, hay otros lugares menos frágiles en la sierra, especialmente equipados para estos usos turísticos, como son las adecuaciones recreativas. No es algo nuevo, hay parajes que ya lo vienen haciendo desde hace años. Yo tuve que pedir permiso para visitar Doñana con monitores de una empresa colaboradora y había sitios de visita prohibida.

ESTAS razones son las que hemos esgrimido para oponernos a excursiones masivas como las organizadas por algunos grupos deportistas, como el torneo llamado “Mar Maroma”, una competición organizada en Vélez-Málaga para un foro de 150 participantes, de la que se han hecho ya dos ediciones, en el 2010 y en el 2012, que consistía en subir a la Maroma de noche en competición. Pero la Consejería de Medio Ambiente, lejos de tan siquiera sopesar estas amenazas, no sólo autorizó esta iniciativa privada, sino ella misma ha venido organizando, durante cuatro años consecutivos, una excursión masiva de carácter institucional que denominan: “Encuentro 2 Provincias en las Alturas”, siendo el reciente día 22 del presente mes la cuarta edición de las mismas. La experiencia consiste en organizar una excursión por la ladera sur (malagueña) y otra por la norte (granadina) para encontrarse al final en la Maroma (¡qué imaginativo!, así tenemos contentos a los municipios de ambas vertientes), con una afluencia que en principio no tiene límites, pero que siempre ha sido masiva. Un auténtico desatino que tan siquiera tiene el aval de la Junta Rectora, es por la simple iniciativa de los responsables del parque natural. Con un sentido totalmente opuesto a la conservación, esta institución se dedica ahora a promocionar el ascenso en masa, el uso insostenible y destructivo, cuando tendría precisamente que dar ejemplo de cómo se debe disfrutar de esto sin dañar el paraje con tanta gente. Todo ello ha sido objeto de sucesivas denuncias.

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ENTRE las razones que señalábamos para solicitar la desautorización de estas actividades figuraba la Ley 4/2007, que en su artículo 52 establece la obligación de garantizar la conservación de las especies autóctonas silvestres y sus hábitats. En el Decreto 145/1999, por el que se aprueba el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) del Parque Natural de Tejeda y Almijara se establece una zonificación del espacio protegido en base a tres grados de protección, en el que la vertiente sur de la Maroma entra en una zona de grado B (sometidas a restauración de ecosistemas) y la cima de la Maroma entre en una zona de grado A (sometida a conservación activa). En ambas zonas se toleran la actividades deportivas, con la condición de que no sean intensivas y sean de bajo impacto. En particular, la Maroma, que forma parte del piso oromediterráneo de la sierra, posiblemente el glaciar más meridional de Europa, es destacado por su vulnerabilidad y la exigencia de una protección estricta cuando afirma: “en conjunto, las formas del piso oromediterráneo configuran un espacio necesitado de una estricta protección”. Por ello, aunque se admite aprovechamientos de tipo recreativo, éstos tienen que tener un carácter difuso. Estas cuestiones son remarcadas en el Artículo 84, dedicado a las zonas de protección de grado A, en cuyo primer apartado, punto g) indica que son compatibles las actividades recreativas y deportivas de bajo impacto, indicando, en el segundo apartado, punto c), que no son compatibles las actividades recretativas y deportivas que impliquen la afluencia de visitantes por encima de la capacidad de acogida. Finalmente, según el Decreto 23/2012, en el Capítulo V, artículo 54, sobre las actividades de ocio, se especifica en el apartado 1, la obligación de respetar los valores ambientales y las especies silvestres y sus hábitats. En el apartado 2 establece la obligación de respetar normas y limitaciones que se establezca en cada caso y tal como se detalle en la normativa específica (ej.PORN) de cada espacio natural protegido. Por otra parte, es preciso tener en cuenta que, entre los elementos potencialmente amenazados por esta actividad, localizados en el piso oromediterráneo de la Maroma, figuran los siguientes hábitats de la Directiva 92/43 CEE asumidos por la legislación española y por los que se declara el LIC de Tejeda-Almijara:

-Enebral Oromediterráneo: comunidad de Juniperuscommunis BC

-Espinares Caducifolios: Lonicero -Berberidetum hispanicae con   Rosa  sicula y Prunus postrata

-Piornal Xeroacántico Oromediterráneo: Genisto-Velletum spinosae anthyllidetosum tejedensis variante oromediterránea con Astragalus granatensis

-Tomillar Hiperxerófilo de Dolomías: Hippocrepido-Pterocephaletum spathulati

-Pastizal Psicroxerófilo de Pavimentos: Erodio-Saxifragetum erioblasta erodietosum cheilanthifolii variante de Sideritis glacialis.

-Gleras Móviles: comunidad de Iberis granatensis

-Lastonares: Helictotricho-Festucetum scariosae

-Pastizales Anuales: Saxifrago-Hornugietum petraeae

-Vegetación Rupícola: Hieracio texedensis-Jasionetum minutae centranthetosum nevadensis

ENTRE las especies sometidas a régimen de protección se encuentran: Taxus baccata, Amelanchier ovalis y Sorbus aria. Pero los elementos más sensibles en la Maroma son: la especie endémica de Sierra Tejeda, Hieracium texedense (catalogada en peligro de extinción) y Hippocrepis prostrata (catalogada como vulnerable).

FRENTE a estas razones, la Consejería de Medio Ambiente (Delegación de Granada, que ahora es quien administra el parque) ni se dignó a dar una respuesta. No obstante conseguí hablar personalmente con uno de los funcionarios responsables y me vino a decir lo de siempre: que “no es para tanto” y además se atrevió a desautorizar la veracidad de las especies endémicas amenazadas en ese lugar, que es lo mismo que desautorizar a los botánicos que las han estudiado al detalle y que los han señalado con precisión en este lugar. Otro caso flagrante de irresponsable administración de los recursos naturales en nuestra provincia.

Conclusiones

TITULAMOS este artículo como “¿Parques naturales o parques temáticos?”. Porque se trata de eso precisamente. Todos tenemos derecho al medio ambiente, a disfrutarlo, sí, ¿pero como si fuera un parque temático? Esta cuestión es clave. El turismo de naturaleza y el turismo activo han sido encuadrados, con ligereza, dentro del grupo de “turismo blando” e incluso de “ecoturismo”. Pero todo depende de cómo se haga ese turismo, y un elemento que desde luego va en dirección opuesta a su pretendida inocuidad es la masificación. Porque la masificación no sólo elimina el componente clave de esta modalidad de turismo (el encuentro con la naturaleza) sino que aporta graves amenazas para la flora y fauna, la integridad del espacio natural en cuestión. Con los parques naturales está pasando algo parecido a las playas. Si las playas se han convertido en balnearios (una urbanización de la playa como elemento natural, bien limpitas, sin dunas ni vegetación), poco falta para que se haga lo mismo con los parques naturales. Algunos parajes naturales, como los Acantilados de Maro-Cerro Gordo tienen la virtud de disfrutar de la doble condición de parque natural y de playa. Pues bien ahí está el ayuntamiento de Nerja para reclamar, de manera persistente, libertad para “acondicionar” este  paraje para convertirlo en un balneario y usarlo como un recurso turístico más a explotar, como ya viene haciendo con otras playas del municipio. Quiso esta institución que se autorizaran chiringuitos en el paraje de Maro Cerro Gordo, peleó para que permitieran bajar los coches a las calas, y ya poco le falta porque ahora (otra irresponsabilidad de la Junta de Andalucía dentro de su política electoralista de “sírvanse de nuestros parques naturales”) ya han logrado meter el negocio de las hamacas y sombrillas en el paraje natural. La autoridad (que no se ejerce en este caso) no tiene en cuenta que estos acantilados están en un paraje natural y que por tanto los usos turísticos están expresamente prohibidos por la ley. Lejos de hacer caso, otra caja registradora más a costa de unos recursos que son de todos los españoles. El siguiente paso será decretar la Ley de Parques Temáticos para que sustituya a la molesta Ley de Espacios Naturales.

PUEDE leer aquí la primera parte de esta colaboración:
- 25/09/12 ¿Parques naturales o parques temáticos? Sobre la masificación del turismo de naturaleza (I parte)

PUEDE acceder aquí a anteriores colaboraciones de Rafael Yus:
- 2706/12 Amnistía urbanística de Fomento versus regularización de la Junta
- 24/05/11 El turismo rural: masstige sin responsabilidad social corporativa
- 25/04/12 Insumisión frente al decreto de regularización
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