OPINIÓN. Bienestar Ciudadano. Por Antonio Villanueva
Realizador audiovisual
21/10/13. Opinión. Antonio Villanueva retoma su colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com para hablar del ciclismo urbano en Málaga, y hacer una comparativa con las infraestructuras de Sevilla. “Es cierto que existe un mayor respeto hacia el ciclista pero siempre hay algún capullo en su ranchera restregando al ciclista su debilidad.
Empecé con un triciclo, seguí con dos ruedas para acabar con ninguna en la estática”.
El carril bici en Sevilla y Málaga
DE pequeño pedaleaba por los pasillos de mi casa con un triciclo. Luego me aficioné a ir a todas partes con la bici hasta que un mal día le cogí miedo abandonándola en un trastero. Y ahora solo me atrevo a pedalear en una bici estática. Ésta es mi versión de mito de la Esfinge cuando le plantea el acertijo a Edipo.
SI hago memoria, la primera vez que circulé por un carril bici fue por un engendro que imaginó el Ayuntamiento de Málaga a mediados de los noventa y que iba desde la Avenida de Carlos Haya hasta la Calle Martínez Maldonado. Mientras evitaba atropellar a los peatones y de soslayo miraba a los amenazantes bordillos, pegué un bote y me incorporé de nuevo al asfalto. Preferí descender entre los coches antes que arrollar a los transeúntes. Nunca más volví a meterme en un carril bici (o no existían o estaban mal diseñados). Y, repito, por el camino agarré un miedo fundado a circular en bici. Recuerdo que la razón última fue un camión de 18 ruedas que pasó a tres dedos de mi codo a una velocidad considerable. Aquella sacudida no arrolló mi cuerpo pero sí atropelló mi espíritu.
POSEO un inútil carnet de conducir en algún cajón pero nunca he tenido coche. La bicicleta era entonces mi medio de transporte. Primero tuve una bici de carrera de 10 velocidades y luego una de montaña con tres platos y nueve piñones. Nunca me compré un casco .Los únicos accesorios eran el bombín, una luz roja parpadeante y un kit de reparaciones básico. El cullotte era una excentricidad y los maillots solo se pusieron de moda tras los éxitos del Banesto.
ASÍ que cuando empezaron a crear carriles bicis por las ciudades asistí al espectáculo con una mezcla de incredulidad, ilusión y nostalgia.
SEVILLA fue la primera gran ciudad meridional que se atrevió a realizar la apuesta. Una red de carriles bici diseñada por técnicos a lo largo de toda una ciudad llana y con no pocas calles angostas y laberínticas. Fue un reto (o una excentricidad) que llevó al pacto de gobierno Izquierda Unida en el 2003. Se le encargó el desarrollo del proyecto a técnicos de la Gerencia de Urbanismo de Sevilla que acabó transformando la capital andaluza en un ejemplo distanciándola al fin de la catetada de la Expo del 92. En solo 4 años administraron 30 millones de euros y 120 kilómetros de vías públicas. Todo facilidades para el usuario: sistema de recogida y reparaciones, estacionamientos a lo largo de toda la ciudad y un carnet para poder utilizar las bicis municipales por solo 10 euros al año. La consecuencia: los ciclistas compartieron las calles con peatones y vehículos de motor.
EN esta misma revista, hace unos años, después del fracaso de la candidatura a la capitalidad cultural, el profesor Alfredo Rubio decía que ‘Málaga debe dejar de mirar al Guggenheim de Bilbao y mirar el proceso que dio lugar al Guggenheim. El proceso y no el resultado’.
POR el efecto imitación, el Ayuntamiento de Málaga empezó a pintarrajear de rojo su suelo y lo llamó carril bici. Se inauguró precipitadamente justo antes de las elecciones municipales del 2011.
LOS gestores de la ciudad miraron el resultado de la red de carriles bici de Sevilla y no el proceso.
NO todo fue de color de rosa en Sevilla. Cuatro años después de la inicial apuesta ,Antonio Rodrigo Torrijos se impuso en IU de Sevilla sustituyendo a Paula Garvín y convirtiéndose en primer teniente de alcalde en el 2007 .Torrijos ubicó a sus comisarios políticos para controlar a los técnicos, pero ya era tarde para joderlo todo. Ni siquiera Torrijos ha podido acabar con la bicicleta en Sevilla.
MIENTRAS se ha presentado un Plan Andaluz de la Bicicleta que pretende, tomando como patrón Sevilla, que la bicicleta sea un modelo real y alternativo al coche no solo para hacer deporte sino como fórmula de desplazamiento diario. Todo muy mono. La bici parece estar de moda. Es más sana y barata que el coche.
MÁLAGA sigue teniendo la red de carriles bici más deficiente de las grandes ciudades de este país. A pesar de jugar a su favor con un particular microclima y con calles más amplias, nos conformamos con 30 kilómetros de carriles que tropiezan con quioscos, marquesinas y peatones .Es una pena que no se tenga en consideración ni a los ciclistas ni a los técnicos de vía pública y urbanismo en la elaboración de la red. No basta con pintarrajear las calles sin sentido.
AHORA solo pedaleo en la bici estática. Me resisto a recuperar la bici con ruedas. Es cierto que existe un mayor respeto hacia el ciclista pero siempre hay algún capullo en su ranchera restregando al ciclista su debilidad. Empecé con un triciclo, seguí con dos ruedas para acabar con ninguna en la estática.
Y Edipo respondió a la Esfinge: El hombre, que gatea a cuatro patas cuando es niño, luego con las dos piernas y al final de sus días se acompaña de un bastón.
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