OPINIÓN. La fachada indiscreta. Por Anton Iván Ozomek Fernández
Geógrafo y autor del blog ‘Edifeicios’

24/02/14. Opinión. El colaborador de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com Anton Ozomek recurre al ejemplo del burgalés barrio de Gamonal para sostener que en Málaga “no ocurrirá nada parecido porque los malagueños son muy chovinistas pero solo de palabra y casi nunca de acto”. Y lo hace al hilo de los “sólidos rumores que anuncian que antes de que acabe este mes de febrero, los 120 años de Historia del edificio popularmente conocido como ‘La Mundial’ darán paso -previa demolición y retirada del montón de escombros- a un nuevo ‘solar del paraíso”.

En Málaga nunca habrá un movimiento vecinal como el de Gamonal

POCAS personas en España podrían decir que no han oído hablar de Gamonal, ese barrio burgalés en el que los vecinos llevaban meses luchando contra un plan urbanístico, contra un bulevar diseñado y promovido por el Ayuntamiento y que finalmente hubo de ser anulado. Sin embargo, no fue sino hasta que algunos “radicales” quemaron contenedores de basura y tiraron piedras a la policía que el caso llegó a cobrar repercusión en los medios de comunicación a escala nacional; a pesar de que lo cierto es que el movimiento de protesta vecinal siempre fue pacífico, pero eso no es lo importante.

TAMPOCO importa si lo que se proyectaba hacer era ‘bueno o malo’ en términos urbanísticos, lo realmente trascendente del caso es que la mayoría de vecinos, casi siempre tan silenciosos, habitualmente tan pasivos ante las decisiones de los políticos en el poder, habían dejado por fin de callar; porque sentían que el barrio era SUYO y no de los políticos que ocupaban la alcaldía y que estaban empeñados en materializar algo que, al parecer, solo iba a beneficiar a unos pocos y a perjudicar a otros muchos.

Y decimos “SUYO” en mayúsculas, porque ese fue el auténtico elemento clave en el caso Gamonal. Ese considerar que las calles y plazas no son del Ayuntamiento sino de los ciudadanos puede parecer algo trivial, pero sin ese sentimiento de propiedad por parte de los vecinos, jamás hubiesen sido capaces de enfrentarse a la pesada maquinaria burocrática de la Administración Pública.

FUE ese grito de “la calle es nuestra, no vuestra” el que logró que un plan urbanístico cien por cien legalizado acabara siendo retirado y miles de folios compulsados y aprobados jurídicamente sirvan ya solo como papel para reciclaje. Y ocurrió porque la mayoría de vecinos dijo alto y claro que esa supuesta legalidad no puede nunca estar por encima de lo que decida el pueblo constitucionalmente soberano.

DE este modo, los políticos del Ayuntamiento de Burgos se rindieron a la evidencia (algunos opinan que Lacalle recibió una llamada desde el número trece de calle Génova en Madrid) y admitieron que mantener la tozudez les podía costar no ya el recrudecimiento de la algarada callejera en Gamonal, sino una auténtica revolución de empoderamiento ciudadano extendiéndose por toda España como la pólvora, con imprevisibles consecuencias.

PORQUE en casi todas las ciudades españolas la especulación urbanística es un pernicioso pero constante fenómeno que siempre favorece a unos pocos y perjudica a la mayoría; a pesar de lo cual lo común es que el ciudadano mire para otro lado, quizás con la humilde e inocente esperanza de que alguna migaja de las inmensas plusvalías que manejan los poderosos acabe llegando a ellos. Aunque como han demostrado los vecinos de Gamonal, no siempre es así, y en ocasiones el pueblo demuestra que no ha olvidado cómo rebelarse ante lo injusto.

SIN embargo, en Málaga no ocurrirá nada parecido porque los malagueños son muy chovinistas pero solo de palabra y casi nunca de acto. Exclusivamente si se ponen en peligro las procesiones de Semana Santa o su club de fútbol de primera división, saldrá el pueblo malagueño a tomar las calles y defender lo que es SUYO.

“ESTOS días, sólidos rumores anuncian que antes de que acabe este mes de febrero, los 120 años de Historia del edificio popularmente conocido como ‘La Mundial’ darán paso -previa demolición y retirada del montón de escombros- a un nuevo ‘solar del paraíso’ que durante años, décadas tal vez, formará parte del paisaje urbano del BIC Centro Histórico de Málaga.”

PORQUE el Palacete de los Condes de Benahavís, que también sirvió como sede del Gobierno Civil en Málaga, no es de los malagueños. No es suyo, ni tampoco es de los ciudadanos el pasillo de Atocha y el Hoyo de Esparteros, ni era suyo ninguno de los doscientos edificios centenarios demolidos en la Almendra Histórica desde que Francisco de la Torre ocupara la alcaldía de Málaga en el año 2000. Ni suya es la Ley de Patrimonio Histórico vulnerada, ni el torticeramente modificado PEPRI que permitirá levantar torres de hormigón de diez plantas en pleno casco antiguo de nuestra ciudad milenaria. Nada de esto es suyo porque los malagueños no lo sienten como de su propiedad, aunque realmente, por imperativo legal, lo es.

TAMPOCO será suyo el beneficio económico producto de una operación inmobiliaria que enriquecerá de forma desmesurada a unos pocos especuladores. Porque los malagueños se conformarán con mirar para otro lado mientras esperan que las migajas lleguen: tal vez algún hijo consiga un trabajo mal pagado en el ‘hotel de Moneo’ si es que se construye algún día; algo que, por otra parte, un buen número de conocedores del sector duda que llegue a ocurrir nunca, porque el proyecto no es auténticamente viable en términos de mercado.

MIENTRAS tanto, la piqueta trabajará incansable y los malagueños, henchidos de fatuo orgullo, seguirán presumiendo frente a los turistas: ¡mira qué bonita es mi Málaga, mira qué maravilla de Centro Histórico! Eso sí, ciegos ante una incuestionable realidad donde la mitad de los edificios apenas tienen cincuenta años de antigüedad. Y mañana derribarán otro más, gracias a ese silencio cómplice de la mayoría de malagueños.

P.D.
Para aquellos que deseen conocer todos los detalles técnicos del proyecto urbanístico e inmobiliario en Pasillo de Atocha-Hoyo de Esparteros, conocido como ‘hotel de Moneo’ y que promociona la empresa Braser, se recomienda la lectura de estos dos artículos:

http://www.revistaelobservador.com/opinion/47-la-fachada-indiscreta/6339-la-insoportable-levedad-del-hotel-de-rafael-moneo-relato-sobre-la-grave-especulacion-urbanistica-en-el-hoyo-de-esparteros-y-la-destruccion-del-patrimonio-historico

http://www.revistaelobservador.com/2-uncategorised/7969-caer-la-dignidad

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