A las críticas indignadas de vecinos se suman algunos empresarios que prefieren no revelar su nombre. Consideran, como muchos residentes, que la ocupación de terrazas en algunos puntos es desmedida
16/02/16. Opinión. En la hostelería del Centro de Málaga no existe unanimidad. Hay locales y propietarios disconformes con la campaña de MAHOS y Amares, las dos asociaciones que hoy conforman la patronal del sector en este barrio de la ciudad. Desde la semana pasada ambas tienen en marcha una campaña que pretende “salvar la hostelería” del ‘acoso vecinal’ que les exige únicamente cumplir la...
...Ley: no pasarse en la ocupación de la vía pública con las terrazas y cuidar que el ruido no moleste a los vecinos. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com ha dado con empresarios que denuncian, por el contrario, que esta campaña solo guarda los intereses y privilegios que disfrutan grandes establecimientos como las bodegas El Pimpi o Café Central (el primero ocupa toda una plaza y obstaculiza un callejón, el segundo no desmonta una infraestructura móvil ni por la noche), o bares como Cheers, en la Plaza del Obispo, parte del emporio del exconcejal de Cultura del PP, Damián Caneda.
LA bronca entre empresarios y vecinos del Centro Antiguo se ha polarizado. Las asociaciones de hosteleros reclaman un cambio de modelo de ciudad y reivindican que el Centro Antiguo es patrimonio de toda Málaga, no solo de sus vecinos. Los segundos solo piden que se cumplan los términos legales actuales sobre ocupación de la vía pública prevista o los continuos problemas de ruido. Pero hay empresarios que ruegan que no se criminalice a todo el sector: tampoco están de acuerdo con la campaña para ‘salvar la hostelería’ de MAHOS y Amares al entender que esta iniciativa solo busca guardar los intereses de grandes establecimientos como El Pimpi, Café Central o locales como Cheers.
ESTA revista ha denunciado en varias ocasiones las prácticas de estos negocios que, con nombres y apellidos, han llegado a obstaculizar mediante sombrillas y parasoles la calle que conecta Alcazabilla y Granada (la Plaza de la Judería). De hecho, es el Pimpi la bodega que con su terraza (incluyendo a El Pimpi Marinero) ocupa la práctica totalidad de la plaza Zegrí. José Cobos, dueño y fundador de este establecimiento, es uno de los directivos de una de las dos asociaciones que llevan a cabo esta campaña, que ya ha sido tildada de “sinsentido” incluso por el propio equipo de Gobierno municipal.
EN su campaña, la patronal de los hosteleros reclama un cambio de modelo en el Centro Antiguo advirtiendo de que ‘ahogar’ a los locales supondrá despidos, y que buena parte de los trabajadores de estos establecimientos son los propios residentes del barrio. Este tipo de argumentos han desatado estupefacción entre vecinos y también entre algunos hosteleros que no tienen dudas al afirmar que si se les retira terrazas a este tipo de establecimientos será beneficioso para otros locales más modestos y aumentará la competitividad en la zona.
LOS locales de Damián Caneda (el Cheers ocupa buena parte de la ya bastante explotada Plaza del Obispo, frente a la Catedral) o el Café Central (que se asienta sobre buena parte del suelo de la Plaza de la Constitución) son algunos de los que con más energía reclaman actuaciones al Ayuntamiento de Málaga para aliviar su situación. Mientras, vecinos como Antonio César, presidente de Málaga Centro Vecinos, se ven agraviados por sus reivindicaciones, y lamentan la pérdida de muchas estampas en el Centro Antiguo como la antigua Plaza de las Flores. César explicó a esta revista la semana pasada que guarda todavía fotografías de antaño en las que su hijo y él jugaban en esta plaza del Centro, en la que hoy no queda nada más que terrazas de los negocios aledaños.
MAHOS y Amares, las dos entidades que representan a la patronal de hosteleros en el Centro Antiguo, han emprendido una campaña a favor de los negocios del Centro. En un manifiesto, apuntan a que el centro “pertenece a todos los malagueños, ya que la inversión por residente supera con creces la de cualquier otra zona de Málaga”. “Como zona de gran afluencia turística que es, vivir en el centro, tiene sus servidumbres, precisamente, porque es patrimonio de toda la ciudad”.
“EL crecimiento de Málaga nos obliga a abrir el debate a otras zonas y barrios de la misma, incluso de la provincia, donde la hostelería está siendo demonizada, en vez de valorada por todo lo que aporta a la sociedad malagueña, poniendo en peligro el trabajo de miles de familias que viven del sector, tanto de empleos directos como de indirectos”. Así lo apunta el mismo documento, que también solivianta a líderes vecinales como el propio César, que se preguntaba otra cuestión. “¿Cuántos locales soportarían una inspección laboral?”, aseguraba, dejando la pregunta en el aire.
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