Una decepción que cierra el ciclo abierto por el 15M. Las expectativas de cambio en la provincia se frustran por unos motivos similares al resto del estado, con la salvedad de que en Málaga se han manifestado con especial intensidad
29/06/16. Opinión. Ante las altas expectativas que había generado la coalición Unidos Podemos, hay que reconocer que el saldo final ha supuesto un baño de dura realidad. Los resultados no deberían suponer un fracaso (tercera fuerza política con dos diputados en Málaga), pero una vez más la lectura del momento político hace que la sensación de decepción sea patente. Un análisis del llamado...
...‘ciclo del cambio’ ofrece algunas claves que en Málaga se han vivido con especial intensidad. En esta provincia, la suma de los votos de Podemos e Izquierda Unida tras el 20-D ascendía a 185.752. Los datos del 26J arrojan un resultado de 139.634 sufragios para la coalición, 46.118 apoyos menos. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com analiza los datos y las posibles causas.
SON varias las explicaciones que corren en boca de los analistas. Las aspiraciones de Unidos Podemos de liderar un gobierno dentro de un bloque progresista se han visto frustradas. El cacareado sorpasso al PSOE no se ha producido y la unión de Izquierda Unida y Podemos se ha dejado más de un millón de votos en el camino. La primera de las tesis apunta a que la confluencia no ha funcionado porque el votante de IU ha retirado su apoyo a Unidos Podemos. Ignacio Sánchez Cuenca, profesor de Ciencia Política de la Universidad Carlos III de Madrid, expone un dato que puede corroborar esta teoría. El politólogo esgrimió ayer en el programa El Intermedio de La Sexta (AQUÍ) que en todas aquellas provincias donde IU mantenía una tasa de voto alta en solitario, la coalición de Unidos Podemos ha sufrido un descenso significativo. Extrapolando esta tesis a Málaga (una de las provincias en las que Izquierda Unida ha mostrado tradicionalmente más fuerza), la pérdida de votos es palpable. En el 26-J, el porcentaje de voto de Unidos Podemos se estancó en un 18,82% y apenas ha subido un punto con respecto a la candidatura de Podemos en solitario para el 20-D. Si nos vamos a la suma del porcentaje de Podemos e IU en Málaga en el 20-D, encontramos que el dato asciende, nada más y nada menos, que al 23,92%. Cinco puntos más que el resultado de Unidos Podemos el 26-J. Si lo traducimos a votos, hablamos de 46.118 papeletas que han volado de la urna de Unidos Podemos en estas últimas elecciones.
OTRA de las interpretaciones, que además puede explicar la reticencia de todos los votantes hacia Unidos Podemos (incluido el de IU), es el rechazo que genera el hiperliderazgo de Iglesias y todas las figuras colocadas por el oficialismo. Hay que recordar que Iglesias era el líder peor valorado en la última encuesta del CIS junto a Mariano Rajoy. En el caso de Málaga nos encontramos con otro paradigma. Alberto Montero, conocido principalmente por su polémica en el caso de la UMA y por haber presidido el CEPS, organismo que recibió fondos por su trabajo en Venezuela, ha encarnado este fenómeno. Montero solo ha conseguido arrastrar el voto que ya impulsaba la cúpula de Madrid. Sus antecedentes, (recordemos que otorgó un trabajo de investigación a su compañero y amigo Iñigo Errejón, una convocatoria a la que solo se presentó este último, AQUÍ) no parecen muy estimulantes para la mente de un votante indeciso. Montero representa el tipo de candidato que los votantes han percibido como impuesto por una estructura vertical, típica de los viejos partidos. Además, su mochila no estaba llena precisamente de parabienes. Por tanto, el baile del votante indeciso sí puede haber sido determinante. Sin embargo, la abstención, que apenas ha descendido (no llega a un punto porcentual: 67,50 % el 20-D al 67,11% el 26-J), no parece un factor determinante en Málaga.
POR si esto no fuese suficiente, hay que analizar el caso de la otra diputada que ha obtenido su escaño por Málaga. Eva García Sempere de Izquierda Unida alcanzó el número dos en esta lista en una negociación de despachos. Esta coyuntura terminó dando al traste con todo el proceso de primarias de Unidad Popular en Málaga. Algo que transcurrió con éxito en la convocatoria del 20D y que iba a ser repetido para el 26J hasta que IU lo bloqueó. Unidad Popular, la coalición en la que se escudó IU para salvar los muebles, fue desechada de manera muy poco democrática y esto, a buen seguro, aportó un saldo negativo a la intención de voto de los simpatizantes (AQUI).
LA última de las tesis es la que exponen algunas figuras cercanas al 15-M como Emmanuel Rodríguez. Este historiador, sociólogo y ensayista, impulsor de Fundación de los Comunes y de la extinta iniciativa Ahora en Común, apunta en un reciente artículo en el medio ctxt Contexto y Acción (AQUÍ) los siguientes argumentos. La exposición de Rodríguez culpa a la desconexión que Unidos Podemos ha efectuado con los valores de ruptura democrática que trajo el 15-M. Esto ha producido un desgaste paulatino y palpable que ha terminado desencantando a muchos votantes. La pérdida de identidad como movimiento transversal en favor de una fórmula de partido clásico, la pérdida del carácter asambleario y los problemas con la elección de candidatos en primarias han podido ser determinantes. Si a esto sumamos el férreo control de una estructura verticalista, las jerarquías y la profesionalización de los nuevos políticos que sustituyeron al desborde popular, el cóctel esta servido. El desplazamiento de los círculos, que tenían a la gente y a la participación como principal reclamo, fue una de las grandes decepciones protagonizadas por Podemos.
EN nuestra provincia, todo ese desgaste estuvo encarnado en la corriente no oficialista de José Vargas. El malagueño se hizo con la Secretaría General en la ciudad para terminar dimitiendo en enero de 2016. Esta candidatura capitalizó el espíritu 15-M de la provincia y su exclusión supuso un coste en votos del que el partido morado malagueño aún no se ha recuperado. Varios datos pueden constatar esta tesis a nivel provincial. El tanto por ciento de apoyo a Podemos en la provincia se sitúa de media entre 2 y 3 puntos menos que en el resto del estado. Concretamente en el 18,82% en Málaga frente a 21,10%. Málaga resultó ser en el nacimiento de Podemos una de las ciudades con más círculos y más militantes por ratio de población y en estos momentos cae en 2,28% de intención de voto con respecto a la media nacional.
LOS resultados del 26-J nos muestran cómo todas las fuerzas de carácter minoritario asociadas a ideas del 15-M como PACMA o Recortes Cero han aumentado sus modestas tasas de voto. PACMA ha pasado a ser la quinta fuerza en la provincia por detrás de Ciudadanos. Acumulan 11.463 votos y un 1,5% del porcentaje de votos y crecen exactamente en 2.577 votos con respecto al 20-D. Recordemos que Unidos Podemos, una fuerza de tamaño muy superior a los animalistas, solo ha crecido en 6.654 votos. Recortes Cero duplican sus resultados y se sitúan en 1.445 votos. Hasta la corriente escindida de Izquierda Anticapitalista y que lideró Podemos en Málaga, Izquierda Anticapitalista Revolucionaria, se ha permitido el lujo de entrar en la lista de las formaciones con voto con 456 sufragios. Sumando todas estas fuerzas del espectro de izquierdas, a las que se podrían añadir el PCPE (791 votos) o los nuevos andalucistas, Somos Andaluces (1.096 votos) los votos ascienden a una nada desdeñable cifra de 15.431 votos. Todo esto sin tener en cuenta el efecto multiplicador que puede darse en confluencias cuando existe un aglutinador positivo y armonioso que suele atraer a más votantes. Sin embargo, el efecto de esta coalición de despachos y entre cúpulas parece haber tenido un efecto disuasorio. La estructura de Podemos en Málaga ha sufrido muchos vaivenes y ha expulsado a militantes y votantes que han terminado creando nuevos partidos o buscando su espacio en otros. Es difícil constituir una alternativa ganadora con estos antecedentes. Todos estos datos pueden consultarse en la web del Ministerio del Interior (AQUI), o en esta práctica infografía que publicó el periódico El Mundo (AQUÍ).
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