Continúan las reacciones a la torre del dique de Levante. El presidente de la Diputación dice no haber escuchado críticas al proyecto. O es sordo o desprecia la opinión de catedráticos de la UMA, profesionales expertos o de la oposición

28/09/16. Opinión. El pasado lunes 26, Elías Bendodo, presidente de la Diputación Provincial de Málaga, ofreció en rueda de prensa unas declaraciones sobre el nuevo  y mamotrético hotel del Puerto que no han sido todavía ponderadas en toda su amplitud y profundidad. Debe tener un grave problema de oído. Es sordo. Ya que afirmó que no había escuchado ninguna crítica al proyecto. Un claro desprecio...

...a la moción presentada por el grupo municipal Málaga para la Gente, a la posición del de Málaga Ahora o a las múltiples opiniones que desde catedráticos de la Universidad a colectivos de expertos como el Colegio de Arquitectos han realizado en estos días. Pero la guinda del pastel llegó cuando, en un alarde de innovación propio de las nuevas gafas de tres dimensiones de la marca Samsung, comparó el impacto visual de una estructura vertical de 135 metros como la del hotel, a nivel del mar, con la de la ampliación de la plataforma del muelle 9. Pero hizo la comparación desde las alturas. Se ve que el presidente de la Diputación vive en las nubes y desde una vista área como la que proporciona el monte Gibralfaro contempló toda la ciudad. Y desde las alturas lo ve todo igual, igual de insignificante o igual de grandioso. Así, a ojo de buen cubero, le parece a él desde lo alto del monte, que el hotel no afeará tanto la vista de la bahía. Mucho peor fue la plataforma del muelle 9 con sus grúas, ni comparación. Es una opinión de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com.

PARECE que la opinión del decano del Colegio de Arquitectos, la del presidente de la Fundación Manuel Alcántara y vicedecano del Colegio de Economistas o la del presidente de la Academia de Bellas Artes de San Telmo expresadas claramente en los medios de comunicación locales, no significan nada para Elías Bendodo. Tampoco significa nada la opinión de un profesor universitario como Matías Mérida ni el resto de profesores de la UMA que se han definido en contra del proyectado hotel. Por supuesto, tampoco significa nada la postura de los grupos políticos de la oposición municipal como Málaga para la Gente o Málaga Ahora. Y como no podría ser de otra forma, no le importa nada la opinión de los ciudadanos. Sus compañeros del Partido Popular en el Ayuntamiento demuestran que, al igual que al presidente de la Diputación de Málaga, la opinión que menos les importa es la de los ciudadanos. No les preguntan, no los hacen partícipes de las decisiones. En pocos meses nos hemos dado cuenta de que la única consulta que parecía que estaban dispuestos a hacer, aquella consulta que se aprobó en el pleno del Consistorio con respecto a qué hacer con los terrenos de Repsol fue un espejismo, papel mojado. Eso sí, la opinión de algunos ciudadanos sobre el metro hay que tenerla en cuenta porque le interesa a su Partido Popular y su alcalde De la Torre. A los vecinos que padecen la noria que les den. Se les puede prometer una cosa (no a la noria sin su consentimiento)  y la contraria (que les zurzan, voy a poner la noria por dinero) cuando interese. Como ha hecho otra vez De la Torre.


PERO entre todas estas declaraciones y contradeclaraciones buscando siempre el beneficio propio, destaca la que hizo desde Gibralfaro. En un alarde de perspectiva ha considerado que el impacto visual que provoca la plataforma del muelle 9 es incluso superior a la que podría provocar la torre de 135 metros del hotel. Y que nadie protesto por las grúas del muelle 9 y que ahora sí porque es una forma de molestarle a él personalmente. Él lo ha visto todo claro cuando ha subido a su monte Sinaí, al Gibralfaro malagueño, y desde allí, como no podía ser menos en un portavoz de dios, ha bajado con sus tablas de la Ley, con sus diez mandamientos  o su docena, que el no va a ser un Moises cualquiera, y las ha expuesto ante los mortales. Y sus doce mandamientos se resumen en dos: “No oirás críticas al proyecto de dios y si las oyes te las pasas por el arco del triunfo”.

BENDODO ve la ciudad desde las alturas y piensa que todos los malagueños vemos la bahía desde el mismo sitio. Ese lugar donde Elías se codea con su amigo Tony Blair. Ese lugar desde el cual todo es exacto. Igual de insignificante o igual de grandioso. Allí donde una torre es igual que una plataforma, midan lo que midan y sirvan para lo que sirvan. Así por encimilla, Elías se sube al monte, y haciendo un cálculo con los dedos de una mano, mide, imagina, sublima claramente la torre de 135 metros y, entonces, lo visualiza. No va a estropear el perfil de la bahía más que la plataforma del muelle 9. No sabemos qué coño tiene que ver una cosa con otra pero ahí está. Con un par. Con un par de neuronas.

NUNCA deja de sorprender hasta dónde son capaces de llegar ciertos políticos para justificar sus posiciones. Les da igual violentar la razón más elemental y el sentido común para salirse con la suya. Que sus proyectos faraónicos se cumplan, que se paguen con el bolsillo de todos, que los de siempre se lo lleven calentito. Les da igual que de este tipo de operaciones finalmente solo quede otro horror urbanístico más que sumar a la ciudad en su conjunto. Porque siempre llega un día en que se hace evidente que todos los puestos de trabajo que prometieron no llegaron, que todo el desarrollo y bienestar que nos ofrecían no era cierto y ese día se hará imposible ver si el impacto y el destrozo causado a la imagen de Málaga sea igual al de la plataforma del muelle 9. Ese día ni siquiera Bendodo desde el Gibralfaro del cielo, por mucho que se esfuerce, podrá decir que el hotel mamotrético de 135 metros de altura afeaba menos que la plataforma del muelle 9. Esperemos que un rayo le traspase camino de su Damasco particular y vea la luz. La misma que se ve en la bahía si se mira desde Gibralfaro.

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